La Seminci celebra a Saura y Storaro, otra vez juntos en la película «El rey de todo el mundo», y la música mexicana

M. A. F. VALLADOLID / E. LA VOZ

CULTURA

Los octogenarios cineastas Vittorio Storaro y Carlos Saura, en la 66.ª Seminci.
Los octogenarios cineastas Vittorio Storaro y Carlos Saura, en la 66.ª Seminci. Nacho Gallego | Efe

«Para mí el cine es el arte total», afirma el realizador aragonés autor de filmes míticos como «La caza» y «La noche oscura»

30 oct 2021 . Actualizado a las 16:42 h.

Fue el fin de fiesta soñado para una sección oficial que brilló a gran altura en la Seminci, con el pase fuera de competición de El rey de todo el mundo, el nuevo largo del director español Carlos Saura -que hará 90 años en enero- y el fotógrafo italiano Vittorio Storaro -que luce 81-. Ambos jóvenes octogenarios abordan, esta vez, a modo de panorámica, la música popular mexicana, usando como coartada el montaje de un musical en Ciudad de México por parte de un director local y una reputada bailarina, protagonizados por Manuel García-Rulfo y Ana de la Reguera junto a varias primeras figuras del baile. Más allá de la obsesión del dúo Saura-Storaro por las coreografías y sus recorridos por diferentes músicas y folklores -no colaboraban desde Flamenco, flamenco (2010)-, que te podrán gustar o no, lo cierto es que da lo esperado, un espectáculo de luz y sonido, con una subtrama violenta lindando el tópico. En todo caso, el propio Saura admite ser un tipo con suerte porque, pese a su avanzada edad, puede seguir trabajando. «Para mí el cine es el arte total. Yo he hecho ópera, teatro, documentales… y cine de ficción. Sobre todo, los musicales me llenan totalmente porque hay música, fotografía, historia, escenografía, interpretación… Se reúne todo», concluye el veterano realizador aragonés.

La sección competitiva Doc.España ofreció un nivel inusual. En particular, destaca El sueño de Sigena -que el 9 de noviembre arriba a las pantallas españolas-, filme realizado por Jesús García Lambert -Globo de Oro en el 2018 por Caravaggio, l’anima e il sangue- sobre la peripecia personal del astrofísico Juan Naya, originario de Villanueva de Sigena, famoso por el monasterio que mantiene en litigio a los Gobiernos de Aragón y Cataluña por las pinturas románicas de su sala capitular -para los especialistas, la verdadera Capilla Sixtina del románico-, que fueron dañadas al comienzo de la Guerra Civil española. La película se centra en la apasionante aventura emprendida por Naya en el 2007, cuando llegó a sus manos un libro de fotografías en blanco y negro tomadas antes de la guerra por el arquitecto Josep Gudiol y que le provocaron el resurgir de sus recuerdos de niñez, cuando su abuela le describía los impresionantes frescos. Un trabajo detectivesco para dar con los vivos colores originales, a lo que seguiría la implicación de artesanos, restauradores y artistas 3D, hasta lograr su total reconstrucción virtual, que en el documental toma vida con un cuidado visual infrecuente en el formato.