Aunque la serie de Netflix fue ideada para contar con una única entrega, Hwang Dong-hyuk ya se encuentra inmerso en la planificación de los nuevos capítulos
10 nov 2021 . Actualizado a las 09:02 h.Convertido en el estreno más visto de la historia de Netflix, los nueve episodios que integran la primera temporada de El juego del calamar han supuesto tal fenómeno mundial que echar ahí el cierre a la mina, a medio explotar, sería del género tonto. En sus 28 primeros días de emisión, más de cien millones de espectadores se tragaron la serie surcoreana, de los que buena parte se afiliaron a un universo estético que elevó las ventas del modelo de zapatillas que calzan los protagonistas de esta particular peripecia en un 7.800 %, recuperó la moda del chándal más noventero y agotó en Halloween las existencias del buzo rosa y las máscaras con formas geométricas de los guardias que vigilan la arena. Inesperadamente, la maratoniana ficción generó ese tipo de furor casi religioso que impregna absolutamente todo de una atmósfera concreta, en este caso hipnótica, tan infantil como macabra, tan pastelosa como cruda, repleta de guiños y mensajes ocultos que, a fin de cuentas, es lo que sostiene una aventura que se queda en entretenida. Desperdiciar el tirón parecía algo improbable, a pesar de que su creador, Hwang Dong-hyuk, había reconocido que concibió el relato para no tener continuidad. Este martes ha confirmado, sin embargo, que habrá segunda temporada, en la que ya se encuentra inmerso.
«Ha habido mucha presión, muchas preguntas. Siento que no nos habéis dejado otra opción. Ya está en mi cabeza y estoy en el proceso de planearla, pero creo que es demasiado pronto para hablar de cuándo y cómo pasará», se limitó a comentar a la agencia AP Entertaiment.
A finales de septiembre, Hwang Dong-hyuk, director y también guionista de El juego del calamar había admitido en una entrevista en Variety que no entraba dentro de sus planeas a corto plazo ponerse con el libreto de nuevos capítulos. Reconoció entonces que el proceso de crear la primera entrega fue un trabajo duro y que el mero hecho de pensar en montar una segunda temporada le resultaba agotador.