La precariedad laboral de los jóvenes europeos, a concurso en el FICX

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Los cineastas Julie Lecoustre y Emmanuel Marre compiten en la sección oficial con «Rien à foutre», que retrata el individualismo que «fomentan las multinacionales» para favorecer esa inestabilidad en el trabajo

22 nov 2021 . Actualizado a las 18:10 h.

Los directores franceses Emmanuel Marre y Julie Lecoustre han retratado el individualismo de la juventud europea representado en la anodina existencia de una azafata de una línea aérea de bajo coste en Rien à foutre, el primer largometraje de la pareja que compite en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Gijón.

Los cineastas han presentado este lunes en la 59 edición del certamen asturiano el largometraje, galardonado con el Premio Gan en la Semana de la Crítica de Cannes, que denuncia cómo las «multinacionales fomentan el individualismo para favorecer la precariedad laboral».

En la rueda de prensa previa al estreno para España, los directores, que anteriormente trabajaron juntos en el mediometraje D’un Château l’autre, han explicado que han buscado hacer un retrato de la juventud en una película que evoca el tono del documental para darle mayor realismo.

Marre ha dicho que el tema le surgió durante uno de sus viajes en compañías de bajo costo, en el cual, antes de iniciar el vuelo, una auxiliar de a bordo tenía el rostro desencajado y parecía preocupada, pero de inmediato al empezar su trabajo «puso su mejor sonrisa de azafata».

«Me pregunté cuáles serían los problemas que esta joven dejaba en tierra y cuál sería el mecanismo que impulsaba el cambio de semblante y ahí surgió la historia», ha narrado el director.

Durante la etapa de preparación, los cineastas se entrevistaron con personal de vuelo y de tierra y con sindicalistas de una línea aérea con base en Lanzarote, lo que les permitió llegar a conocer la «precariedad laboral» y la diferencia entre los jóvenes y los mayores a la hora de afrontar los problemas.

Rodaron la película con un equipo pequeño durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus, lo que favoreció el trabajo en los aeropuertos, ha explicado la codirectora Julie Lecoustre.

El filme tiene dos partes diferenciadas, una primera, más intemporal, en la que la protagonista huye del dolor y la tristeza, y otra, cronológica, en la que comienza a vincularse con otras personas en el día a día.

Marre ha dicho que quiso explorar un estado de soledad muy moderno en un mundo plagado de opciones que termina rompiendo lazos entre las personas que se enfrascan en sí mismas.

Cassandre viste el uniforme como si fuera una armadura capaz de proteger sus emociones del resto del mundo, pero en la segunda parte de la película se recupera y puede enfrentarse al mundo, ha indicado el director.

«No queríamos hacer un relato del horror social sino mostrar la humanidad en un contexto deshumanizado, destacar que el ser humano es más fuerte de lo que se cree», ha afirmado la codirectora.

La filmación ha sido «casi artesanal», el equipo estaba limitado por el espacio de la cabina del avión con tomas cercanas, aunque en el resto de las escenas se «amplió el decorado» gracias a la posibilidad de «sacar las cosas al aire libre», ha indicado Marre.

También hemos jugado con el contraste en la excesiva iluminación del mundo de la aviación y la oscuridad de las fiestas a las que asiste Cassandre, porque no se llega a la verdad de un personaje con mucha luz, ha indicado, informa Efe.