Luis Piedrahíta: «El feo lo único que puede hacer para salvarse es reír, lo digo por experiencia»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Luis Piedrahita estará con su monólogo en el Auditorio
Luis Piedrahita estará con su monólogo en el Auditorio DIEGO_MARTINEZ

Empieza la gira gallega de su espectáculo «Es mi palabra contra la mía» en el que plantea el humor como el único medio «para hacer la vida soportable»

13 ene 2022 . Actualizado a las 18:33 h.

Nadie está contento con lo que le ha tocado en la vida. Ese es el punto de partida de Es mi palabra contra la mía, el nuevo espectáculo de Luis Piedrahíta (A Coruña, 1977). «El monólogo va hablando de todos estos pequeños descontentos y miserias cotidianas, pero al final encontramos una solución que desactiva cada uno de esos descontentos», explica el artista que adelanta la conclusión: «El humor es lo único que hace la vida soportable y que las cosas malas sean llevaderas». Actuará en Vigo (14 y 15 de enero, Teatro Afundación), Pontevedra (21, Auditorio Afundación), Santiago (22 y 30, Auditorio Abanca), Ourense (23, Auditorio Municipal), Lugo (28, Auditorio Gustavo Freire), Ferrol (29, Auditorio de Ferrol) y A Coruña (4 y 5 de febrero, Teatro Colón). Las entradas están a la venta en Ataquilla.

—¿Es mejor reírse frente al espejo de lo feo que es uno antes que lamentarse de ello?

—Efectivamente. Es lo único que se puede hacer contra la fealdad. Y, bueno, quizá ese sea uno de los pocos ejemplos en los que el humor sí arregla, porque con una sonrisa uno está más guapo. Eso es algo objetivo. El feo lo único que puede hacer para salvarse es reír, te lo digo por experiencia. Un feo sonriente siempre es más agradable de ver que un guapo enfurruñado.

—Nadie está contento con lo que tiene, dice. ¿Ni siquiera Cristiano Ronaldo?

—Bueno, Cristiano es un caso aparte. Realmente la frase precisa es «nadie está contento siempre». El show habla de que es un error intentar ser feliz todo el rato. La felicidad es una estación, un lugar por el que pasar. Te paras el mayor tiempo posible y, luego, continúas tu camino.

—Afirma que al lado de este nuevo espectáculo, que califica como «obra maestra», los anteriores son «una caca».

—Efectivamente, mi nuevo espectáculo es una obra maestra de la literatura, la poesía y el humorismo. Y no solamente lo digo yo, también lo dice mi madre [risas]. Este espectáculo creo que es el más completo. Tiene ternura y emoción, también un lado más canalla y surrealista. Es mucho más completo que los otros y eso es algo que me aterroriza.

—¿Por qué?

—¡Porque no sé cómo lo voy a mejorar! Temo el momento en el que tenga que volver a sentarme a escribir un show mejor que Mi palabra contra la mía, porque creo que no me va a salir.

—La verdad es que el término canalla no encaja mucho con lo que hace usted, al menos hasta el momento. ¿Hay un giro?

—Entiendo lo que dice y tiene toda la razón. Pero el humor debe trabajar en lo inesperado y eso, un momentito un poco canalla, es algo que nadie se lo espera. Hace risa porque no lo ves venir. Y entonces un chiste canalla luego va seguido de otro más elegante y con más altura. Pero pronto hay que bajar al escatológico lodazal de ir al váter fuera de casa. Y vuelta a empezar para volver a la filosofía.

—Recientemente viralizó un tuit: «Ahora mismo lo más práctico sería confinar a la gente sana». Un milagro: sus ocurrencias no generan «haters» y ofendidos.

—Es que es una ocurrencia que no tiene más sentido que decir que ahora mismo hay casi más gente infectada que sin infectar. No hay una reflexión política sobre la gestión de la pandemia, ni pretensión de solucionar la pandemia, ni nada. Solo eso.

—Pero sabe que si esto sale de otra boca, se monta.

—Pero no creo que sea culpa de la boca sino de los jinetes que la montan [risas].

—Al respecto, hay una frase brillante en la promoción de su espectáculo: «Es tan transgresor que no ofende a nadie».

—¡Es mía! Es que es así. La gente piensa que la transgresión tiene que pasar por la ofensa y, en mi opinión, ahora mismo la autentica transgresión pasa por la ternura y por la belleza. Creo que es lo que nadie hace y lo que de verdad es necesario. Pero es difícil.

—¿Sabe que Nacho Vegas reivindica en su nuevo disco la ternura?

—Pues mira, somos vecinos de pensamiento, sin saberlo yo.

—Estudió en los Jesuitas de A Coruña, de donde salió el actor Manuel Burque y los magos Román García y Kiko Pastur. Vaya generación. ¿Qué tenía el agua del comedor de aquel colegio?

—Manuel no, pero su hermano Jaime iba en la misma clase que Román y que yo. Kiko era un año mayor y Manuel menor. Pero sí que es cierto que nos juntábamos todos en el patio. No creo que hubiera nada en el agua del comedor. Recuerdo, eso sí, que sabía a hierro y lápiz Alpino.