La «cara B» del eterno Carlos Berlanga

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Un cuadro de Berlanga
Un cuadro de Berlanga

Una exposición en el Niemeyer explora la faceta multidisciplinar del genio del pop español

19 ene 2022 . Actualizado a las 19:32 h.

El músico Carlos Berlanga, fallecido en 2002, era también un artista «multidisciplinar hasta el abuso, porque todo lo que hacía lo hacía bien y derrochando talento», a juicio del pintor y diseñador gráfico Pablo Sycet, comisario de la exposición Carlos Berlanga. El eterno retorno, que se inaugurará el próximo viernes en el Centro Niemeyer de Avilés.

La muestra pretende recuperar el legado artístico en otras disciplinas del autor de algunos de los éxitos más reconocidos del pop español de los ochenta como «A quién le importa» o «Ni tú nadie», alguien capaz de «pintar, dibujar o convertir una canción en un éxito en lo que tarda en pasar un pájaro», una trayectoria trunca por su prematura muerte a los 42 años según Sycet.

Sycet, amigo personal de Carlos Berlanga desde los años ochenta, en plena movida madrileña, y hasta su fallecimiento el 5 de junio de 2002, ha recordado al artista como la persona con más talento que ha conocido en su vida y que, pese a su éxito en el mundo de la música -Kaka de Luxe, Alaska y los Pegamoides y Dinarama- siempre se sintió más cómo en su faceta como pintor.

«Él se quejaba en sus últimos tiempos de que la música se lo había dado todo, en cuanto a fama, dinero y gloria, pero, sin embargo, como pintor necesitaba una reivindicación como la de esta exposición porque ese 'eterno retorno' es lo que hace: volver continuamente a nuestras vidas cada vez que casualmente suena alguna de sus canciones», ha apuntado en una entrevista con Efe.

Berlanga, ha recordado, se sentía artista plástico antes que nada porque, para escribir una canción y aunque sólo necesitaba la guitarra, luego seguía un proceso de producción más sofisticado, un proceso que la pintura no precisa.

Alumno aventajado de los maestros de las vanguardias pictóricas, no tenía ningún reparo en reinterpretar temas o formas de ejecutar de Picasso, Matisse, Stuart Davis, Dalí y otros artistas que para él eran la cumbre, convencido de que «no había nada nuevo bajo el sol y que lo único que quedaba ya era usar una trituradora y sacar de nuevo provecho temas que ya estaban en los museos».

Para Syceta, la »joya« de la muestra, que permanecerá abierta hasta el 17 de abril, es un cuadro inacabado por un adolescente Carlos y su padre, el cineasta Luis García Berlanga, cedido por la familia y en el que la figura de una misteriosa señora sin identificar en un salón.

La muestra aglutina 200 obras de todo tipo que van desde una selección de sus pinturas, a dibujos, su única escultura conocida, obras de diseño gráfico, originales autógrafos de letras de sus canciones, bocetos o materiales de trabajo así como portadas de discos diseñadas por él, como los publicados por Alaska y Dinarama, o carteles de películas como «Matador», de Pedro Almodóvar.

Las piezas están acompañadas por una veintena de retratos del propio Berlanga realizados por renombrados fotógrafos como Alberto García-Álix, Javier Vallhonrat, Miguel Trillo o Pablo Pérez-Mínguez y por una selección de más de treinta obras de un conjunto de artistas que compartieron momentos de su vida personal y creativa como Alaska, Pedro Almodóvar, Nacho Canut, Juan Carlos Eguillor, Fabio McNamara, Carmen Santonja o Gloria Van Aerssen, entre otros.

La exposición se completa con un espacio sonoro donde se podrá escuchar una antología de sus canciones grabadas en el concierto de presentación de Alaska y Dinarama en el programa de TVE La edad de oro, así como una entrevista realizada a los miembros del grupo por Paloma Chamorro.

“El eterno retorno” supone, a juicio de su comisario, un regreso a la etapa de juventud de Berlanga, una década de los años ochenta marcada en España por una recién estrenada libertad y constata la evolución »a peor« de la sociedad »al menos en cuestión de libertades y de actitudes frente a la vida”.