¿Tenemos un problema con Almodóvar?

CULTURA

Biel Aliño

Dos décadas después, la historia se repite. Ninguneado por la Academia de Cine, Hollywood se rinde a sus pies. ¿Por qué?

19 feb 2022 . Actualizado a las 22:08 h.

Nadie olvidará aquel «¡Pedroooo!» con el que Penélope Cruz anunció que Almodóvar había ganado el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por Todo sobre mi madre. Fue el primer paso del idilio de Hollywood con el director manchego, que continuaría con el óscar al mejor guion por Hable con ella en el 2003. Ese año, la Academia de Cine de España había enviado a los óscar Los lunes al sol, que ni siquiera había pasado el corte. Por libre, Almodóvar se llevó dos nominaciones y un premio al mejor guion. Un mes antes, en Madrid, Aranoa arrasó en los Goya con seis premios. Hable con ella se tuvo que conformar con el galardón a la mejor banda sonora.

Así que lo ocurrido casi veinte años después tiene un regusto a déjà vu: el pasado domingo, El buen patrón se llevó todos los premios grandes. Madres paralelas se fue de vacío. Y para rematar la faena, Fernando León de Aranoa, hasta entonces empatado a goyas al mejor director con Almodóvar, ganó su cuarta estatuilla. El paralelismo con el 2003 no termina aquí. Este año, la Academia mandó al Óscar a la mejor película extranjera a El buen patrón... que no pasó el corte. Y el filme de Almodóvar se ha llevado dos nominaciones: para Penélope Cruz como actriz protagonista y para Alberto Iglesias por la banda sonora.

¿Explica todo esto el aparente berrinche que los Almodóvar, Pedro y Agustín, tienen con la Academia española? ¿Hay alguna razón que explique por qué Hollywood se rinde a los pies del director español mientras que aquí su última película no ha funcionado bien ni en taquilla?

Como profesora de cine durante 25 años en la universidad Pomona College, en California, María Donapetry vivió el bum de Almodóvar en Estados Unidos. «Llegaron tarde, el primer éxito fue Mujeres al borde un ataque de nervios. Que está menos arraigada en lo exclusivamente madrileño y en la movida. Era fácil que funcionara allí, había muchas cosas reconocibles en la comedia americana. Fue un hito», explica Donapetry, que matiza que en Estados Unidos se perdieron sus primeras películas. Pepi, Luci, Bom, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, La ley del deseo... «que tenían un estilo menos sofisticado y más abrupto, pero que eran rompedoras, un síntoma de que en España en los 80 las cosas estaban muy avanzadas». Lamenta también cierto «papanatismo en Estados Unidos con el cine de autor europeo, parecido al que tenemos en Europa con Woody Allen, a pesar de que no deja de repetirse».

Para el crítico Miguel Anxo Fernández, «somos un poco injustos. Almodóvar es el director español más personal, a la altura de un Buñuel. Es un artista». Aunque matiza que «su cine es muy personal, pero cuesta identificar a la gente normal». Cree que sus posturas políticas, del «no a la guerra» a la memoria histórica, han podido perjudicarle. Y apunta también a su hermano Agustín, «que es un poco inoportuno. Muchas de las tormentas que le caen a Almodóvar las provoca su hermano». ¿Percibe envidia al ser el director español de más éxito internacional? «Claro, es el pecado nacional».