¿Puede un actor sin discapacidad representar a un personaje discapacitado?

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

María Pedreda

La Royal Shakespeare Company ha elegido por primera vez a un actor discapacitado para encarnar a Ricardo III, lo que ha reabierto el debate sobre la representación de colectivos minorizados en la ficción

22 may 2022 . Actualizado a las 11:12 h.

«Deformado, inconcluso, enviado antes de tiempo al mundo que respira y hecho a medias, tan defectuoso y lejos de la moda que me ladran los perros si me acerco». La Royal Shakespeare Company ha elegido por primera vez a un actor discapacitado, Arthur Hughes, para hacer el papel del Ricardo III que se describe a sí mismo de ese modo en la obra de William Shakespeare y las declaraciones del director saliente de la RSC sobre que solo actores con discapacidad deberían hacer este papel han reabierto el debate sobre la representación de diversos colectivos en las artes escénicas.

«As declaracións de Gregory Doran están a traer ao debate público unha reflexión que nunca deixou de estar presente na profesión e na sociedade». Lo explica Xosé Barato, presidente de la Asociación de Actores e Actrices de Galicia, que subraya que la representación en escena ha ido cambiando con los tiempos y que «hoxe, como público, xa non aceptamos determinados xeitos nos que se representaron algúns colectivos no pasado». Solo hay que pensar, por ejemplo, en el conocido como blackface: hoy es impensable que una persona blanca se pinte la cara para representar a una negra. 

El debate, en realidad, no es nuevo. Eddie Redmayne, cuya interpretación en La chica danesa le valió su segunda nominación al Oscar, ha dicho públicamente que ese papel debería haber sido realizado por una persona trans y la elección de Scarlett Johansson para el papel de Motoko Kusanagi en la adaptación de Ghost in the Shell levantó críticas de personas que defendían que debía de ser alguien japonés, o almenos asiático, quien interpretase el personaje.

La polémica también envolvió a Paco León por La casa de las flores. El actor ha defendido que el papel de una persona trans debe ser para «quien mejor lo haga». Y la elección de Javier Bardem para Desi Arnaz en Being the Ricardos centró el foco en la representación del colectivo latino en la ficción. 

«Evolucionamos bastante, imos buscando unha igualdade e unha naturalidade». Alfonso Zarauza acaba de estrenar Malencolía, un filme en el que Iolanda Muíños interpreta a una mujer ciega, y en su película Ons Diego Anido hacía el papel de sordomudo nacido en la isla y que no había aprendido a signar, sino que desarrolló su propio sistema de comunicación. Para encarnarlo estuvo dos años preparándose. «Podes facer unha película con actores ou con non actores e podes escoller unha persoa cega para facer ese papel, pero non creo que teña que ser obrigatorio. Están as dúas opcións e as dúas son positivas, depende da natureza do proxecto».

Zarauza rechaza «maximalimos ríxidos» y defiende que haya «apertura e liberdade». Puede ser una película con no actores, como Alcarràs, y otra en la que todo el reparto sea profesional. «Home, hai cousas que claman ao ceo, como que nos reis magos se pinte ao rei negro, é ridículo».

Zarauza apela al sentido común y hace referencia también a los acentos, con productos audiovisuales en los que se escoge a un reparto con acento gallego, y otros en el que lo aprenden, como Álex González en Operación Marea Negra. «Forma parte do exercicio actoral, está por exemplo Javier Bardem cando interpretou a Reinaldo Arenas [en Antes que anochezca]. Podían escoller un actor cubano, pero realmente fíxoo óptimo Javier Bardem, gañou o oscar e fixo un traballazo. As dúas cousas son positivas: buscar a un actor cubano ou que Bardem tivese a oportunidade de interpretalo».

Eso sí, «se non chegas a ese grao de calidade máxima si que te podes expoñer a que te critiquen. Podes facer de galego ao nivel de Beatriz Carvajal nos 80 ou Xan das Bolas, ou facelo realmente ben», explica Zarauza. «Cando ti buscas un actor barallas moitas cousas». Y aunque Zarauza trabaja fundamentalmente con elencos de Galicia, porque «fago cine dende aquí e en galego» no significa que en un momento dado «pola razón que sexa» como una fisicidad concreta, recurra a otros actores o actrices. 

Paco León, que también ha dicho en alguna entrevista que el de María José es el último papel de trans que acepta y que ve lógicas las reivindicaciones de que fuese interpretado por una persona trans, ha defendido la «libertad creativa» para elegir el actor o la actriz para hacer el personaje.

«Os procesos creativos son tan variados coma os creadores que os afrontan, pero en calquera caso, o camiño cara unha maior sensibilidade e rigorosidade para con un colectivo minorizado ou invisibilizado nunca debería ser entendido coma unha limitación, senón como unha oportunidade», afirma Xosé Barato.

Se abre también otro interrogante. ¿Es que hay poca diversidad entre el colectivo actoral? «Non. É tan variado como a sociedade na que se atope. Cousa distinta é a visibilidade que teñan no sistema», que tiende a potenciar lo que se considera «normativo» y que suele tender «cara a un estándar. Soe atender ás maiorías», aclara Barato.

«Evidentemente que unha persoa con cegueira pode facer de cego e o fará esencialmente ben. E ademais hai xente cega que é intérprete», aclara Zarauza. De hecho, Melania Cruz y Tito Asorey trabajan con un grupo de teatro en la ONCE, y hace unos años, el director de Malencolía estuvo un verano con una compañía de teatro madrileña en la que la mayoría de los integrantes tenían alguna discapacidad. «É moi enriquecedor».

En el año 2018, las bases de Agadic para la selección del elenco de las piezas del Centro Dramático Galego Boisaca ou a divina desgraza y Fantasía nº 5 en Sol ou Non establecían en dos personajes que se primaría a personas racializadas. La Consellería de Cultura explica que está trabajando en una ley de cultura inclusiva que funcione en las dos direcciones: facilitando el acceso a todas las personas, pero también dando visibilidad a la creatividad y talento artístico de colectivos que en ocasiones quedan invisibilizados. 

«Nun mundo ideal un sistema de cotas non sería necesario, pero nalgúns casos parece o único xeito de que se dean pasos nese longo camiño». Esa senda, «que transita polo devir da humanidade» a la que se refiere Xosé Barato es a una mejor representación de minorías en la ficción, y para él la educación «enfocada á empatía e á sensibilidade cara ás diversas realidades» debiera ser la ruta. Con todo, el presidente de los actores y actrices de Galicia lo tiene claro: haber abierto el debate de la representación «ten valor en si mesmo, supón un avance, unha ruptura na sensibilización e o silencio». Pero es solo el primer paso.