Paret, el Watteau español, un «ovni» de la pintura eclipsado por Goya

M. L. MADRID / COLPISA

CULTURA

BAZTÁN LACASA, JOSÉ | EUROPAPRESS

Una exposición reivindica en el Museo del Prado la original, culta y ecléctica obra del otro gran genio del siglo XVIII

24 may 2022 . Actualizado a las 19:40 h.

«Es un ovni en la pintura española. No se parece a nadie». Miguel Falomir, director del Museo del Prado, no duda en definir así a José Paret y Alcázar (1746-1799). Es el pintor español más notorio del siglo XVIII junto a Goya, pero su innovador talento quedó ensombrecido por la alargada sombra del genio aragonés. Su obra vuelve a brillar en la primera muestra que le dedica la pinacoteca, en cartel hasta el 21 de agosto.

De estilo «singular y ecléctico», su trayectoria estuvo marcada por un destierro en Puerto Rico y Bilbao por su presunta complicidad en los amoríos del infante don Luis, su mecenas y hermano de Carlos III. «Paret es importantísimo para entender la pintura del XVIII. Su elegancia, refinamiento y sofisticación no tienen parangón. Tan singular como innovador, pinta la España culta y es tan sustancial como Goya para la plástica de su época», insiste Falomir para explicar el sentido de un proyecto que quiere «restaurar la importancia» de este gran artista, el más notable representante de la tradición del rococó francés en España y al que se ha denominado como el Watteau español.

Hijo de padre francés, formado en Italia, ilustrado, burgués, interesado por la ciencia, Paret tenía una vasta cultura y hablaba latín y griego. «Pero quizá ese carácter sofisticado y cosmopolita ha sido negativo para su apreciación frente a Goya», reconoce Falomir. «Se anticipa a Goya pintando personajes populares, pero Paret se ocupa también de la burguesía, de la ciencia y de la naturaleza», explica Gudrum Maurer, comisaria de la muestra y conservadora de pintura del siglo XVIII y Goya del Prado.

La exposición reúne más de 80 obras, 58 de ellas cedidas por coleccionistas, instituciones y otros museos. Recoge la mayor parte de las pinturas de Paret y una selección de sus dibujos. Con 12 pinturas, el Prado posee la colección más extensa, que incluye 25 dibujos y una miniatura.

Entre sus obras más notorias, la comisaria destaca dos: La puerta del Sol, una visión luminosa y colorista de la plaza madrileña con la hoy inexistente iglesia de la Mariblanca y que se conserva en Cuba, y La circunspección de Diógenes, pintada en 1780, quizá la cumbre de Paret y la que le abrió las puertas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que se convirtió en vicesecretario en 1792.

«Su estilo es inconfundible y personal. Está al margen de todas las corrientes y su técnica también es personalísima, con un colorido en tonos pastel espectacular que tampoco tiene nada que ver con ningún otro artista. Está subestimado y esta muestra quiere reivindicar su importancia, pareja a la de Goya», coincide la comisaria con Falomir. Destaca Maurer la «originalidad» de Paret y su «gran talento» a pesar de que su genio y su obra «quedaran oscurecidos por la imponente figura de Goya, a quien superó en capacidad intelectual y se anticipó en algunas cosas».

A pesar de nacer en el mismo año que Goya y coincidir en la Academia, se vieron ocasionalmente y apenas se trataron. Cuando en 1789 Paret regresa a Madrid a petición de Carlos IV, Goya ya es pintor de la corte. La tuberculosis segó la vida de Paret el 14 de febrero de 1799. Tenía 53 años.