Una colección de 162 piezas del primer Premio Nacional de Fotografía estará disponible hasta el próximo 4 de septiembre
27 may 2022 . Actualizado a las 19:45 h.Gabriel Cualladó, el primero en recibir el Premio Nacional de Fotografía, se muestra en una retrospectiva de su obra en el Centro Niemeyer como el máximo exponente de la nouvelle vague de la creación gráfica, más allá del neorrealismo en el que lo sitúan los críticos y buena parte de su público.
Cualladó (1925-2003) presenta una retrospectiva de su obra a través de una colección de 162 piezas que se podrán ver en el Niemeyer hasta el próximo 4 de septiembre.
Una muestra comisariada por el fotógrafo y teórico de la imagen Antonio Tabernero, que ha explicado a Efe que el trabajo del autor valenciano no es fácilmente comprensible «porque no está documentando nada ni está haciendo ningún tipo de fotografía sociológica».
Cualladó compró una cámara «Capta» cuando nació su primer hijo y fue haciendo fotos de su familia cuando se dio cuenta del potencial intrínseco de la imagen para contar cosas y hacer surgir sentimientos en los demás.
El autor experimentó esa sensación en una España en la que la fotografía estaba tan depauperada que no llegó a entrar como materia en la Universidad hasta el año 1992.
Pese a que muchos críticos y su público le sitúan en el neorrealismo italiano, Tabernero considera que está más cerca de la nouvelle vague del cine francés de los sesenta que rompió con todos los paradigmas.
«Abandonaron la razón y se sometieron al azar, a lo que surgiera, que es lo verdadero, porque la razón te lleva a pocos sitios, te lleva a hacer el cuadro muy cuadrado y el verso muy rimado, mientras que en la intuición está la verdadera profundidad del arte», ha expuesto.
Su faceta de autodidacta es relevante, a juicio del comisario de la muestra, en el sentido de que «no le hacen encargos y, en consecuencia, no tiene que seguir las pautas que quieren los demás y eso le permite investigar libremente».
De las 162 piezas que se exhiben en «Cualladó», 18 están vinculadas a Asturias y su comisario entiende que son de las mejores, «las más enigmáticas», entre ellas la titulada «Hija de Jesús».
«Si buscáramos la mejor fotografía artística mundial, ésta tendría, para mí, todas las posibilidades», ha indicado Tabernero sobre «Hija de Jesús» (Guexes, Asturias, 1963), cedida por el Institut Valencià d’Art Moderno (IVAM) para la exposición.
Sobre esta obra, el comisario de la muestra ha dicho que «una cosa es lo razonable, que se puede explicar, y otra es lo intuitivo, que es muy difícil de explicar, como lo es el duende en el flamenco».
Antonio Tabernero ha asegurado que en la muestra que lleva por título el propio nombre del artista, «lo visible es una apuesta por lo invisible» y, pese a su aparente naturalidad, «el realismo de Cualladó sigue inquietando».
La muestra cuenta con préstamos de importantes colecciones, como las del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el IVAM, la colección Mur o la Fundación FotoColectania, así como de la colección de la familia Cualladó, informa Efe.