Michnik: «La libertad de expresión tiene enemigos desde el Antiguo Testamento»

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Michnik, en la Junta General
Michnik, en la Junta General J.L.Cereijido | EFE

El escritor polaco defiende que el periodismo honrado siempre ha tenido los mismos adversarios

26 oct 2022 . Actualizado a las 20:09 h.

El periodismo honrado siempre ha tenido los mismos adversarios, que van desde los gobiernos dictatoriales a las injerencias económicas y, aunque «la mentira» cuente ahora con más instrumentos tecnológicos a su servicio, también los informadores disponen de esas herramientas para combatir la desinformación, ha advertido este jueves el periodista polaco Adam Michinik.

Michnik, que el viernes recibirá el Premio Princesa de Comunicación y Humanidades 2022, ha trasladado esta reflexión a varias decenas de estudiantes de periodismo durante una mesa redonda moderada por el periodista Carlos Franganillo celebrada en el salón de plenos del parlamento asturiano bajo el título «Las nuevas fronteras del periodismo global».

Para el fundador y director del periódico más importante en Polonia, «Gazeta Wyborcza», la libertad de expresión tiene enemigos «desde el Antiguo Testamento» y la primera «desgracia» para quienes pretenden imponer su discurso a la opinión pública fue la invención de la imprenta «que acabó con el monopolio de los profetas de la Iglesia».

Aunque internet haya supuesto «una transformación total» para los medios, ha apuntado, su función debe seguir siendo la misma y, a la manera de los gansos del Capitolio que alertaron con sus graznidos a los romanos de la llegada de los galos, advertir contra los intentos de derrumbar la democracia aplicando los deberes fundamentales del periodismo: defender la verdad y la libertad.

Esa tarea «de empujar, como Sísifo, la piedra hacia arriba aunque a veces se caiga y nos aplaste» debe centrar el trabajo de los periodistas porque la democracia, «incluso cuando pierde, merece ser defendida», pese a que haya personas mal informadas que se dejen convencer por movimientos populistas y que en los últimos años se haya asistido a hechos como la victoria de Trump en Estados Unidos, el triunfo del Brexit o la llegada al poder en Italia de un partido posfascista.

Con el lazo prendido en la solapa con los colores de la bandera de Ucrania que ha portado desde su llegada a Oviedo, Michnik ha admitido que una circunstancia como la de Italia era «impensable» hace veinte años y que, aún así, los medios deben combatir el «veneno» de las 'fake news' y encontrar «un lenguaje distinto en su sintaxis y hasta en su gramática al que usan los falseadores de la realidad».

«Mi biografía no me permite ser pesimista, soy optimista siempre», ha advertido el periodista que pagó con seis años de cárcel su oposición a la dictadura comunista de Polonia; aunque siempre habrá «quien no se deje convencer», los periodistas «no se pueden rendir, tienen que seguir con lo suyo», que consiste «en reunir honestamente la información y difundirla de la misma manera».

Tras cuestionar la decisión de prohibir las emisiones en Europa de los medios estatales rusos -«mienten más que hablan, pero ese no es el camino»-, Michnik, que se ha definido como «un mal profesor y todavía peor alumno», ha incidido en que, pese a que el periodismo sólo tenga sentido si defiende la democracia, incluso en una dictadura hay que buscar maneras de informar a la gente.

Así, ha puesto el ejemplo de su compatriota Ryszard Kapuscinski -Premio Príncipe de Comunicación 2003- que, pese a vivir bajo una dictadura, supo escribir obras como «El Emperador», que retrata al emperador Haile Selassie de Etiopía, «que no era precisamente comunista», pero en Polonia «todo el mundo sabía a qué se refería».