Los clásicos se hacen «youtubers»

CULTURA

Las novelas de autores como Tolstói, Dickens o Cervantes vuelven a estar de moda gracias a las recomendaciones de algunos canales con decenas de miles de seguidores en esta red social reportaje

04 nov 2022 . Actualizado a las 23:37 h.

Las historias que Dickens, las hermanas Brontë o Tolstói escribieron hace cientos de años se han convertido hoy en el último grito de modernas plataformas como YouTube o Instagram. Una vez más, los clásicos han conseguido derribar todas las barreras contemporáneas para demostrar que siguen estando más vigentes que nunca. Y lo hacen de la mano de toda una comunidad de youtubers que a través de sus canales prescriben títulos históricos a decenas de miles de espectadores que, gracias a las recomendaciones de estos amantes de la literatura, acaban cayendo presos del embrujo de esos grandes que durante siglos han conseguido embaucar a millones de personas. María, del canal Cumbres Clásicas; Jan, de Trotalibros, o Marta, de No Solo Clásicos, son solo un ejemplo de la enorme urdimbre que se ha ido tejiendo en las redes sociales. Entre los tres suman más de 61.000 suscriptores, que ya han caído rendidos a los encantos de la literatura más universal. Pero detrás de sus vídeos hay mucho más que literatura, porque alrededor de esas pequeñas píldoras audiovisuales hay miles de historias que traspasan las páginas de los libros. «Una de mis suscriptoras me contó que estaba sola porque sus hijos vivían lejos y me dijo que toda la semana esperaba a que llegaran los viernes porque con mis vídeos se sentía un poco menos sola. Y luego me ha escrito gente mayor para decirme que, como de pequeños no pudieron ir a la escuela todo lo que habrían querido, en mis vídeos van tomando apuntes para aprender cosas sobre literatura», explica emocionada Marta López, del canal No Solo Clásicos.

Una enorme comunidad

Los tres coinciden en que la comunidad que se ha creado alrededor de sus canales es lo más valioso que se llevan de esta experiencia. A partir de sus vídeos, los espectadores van compartiendo otras recomendaciones hilando una enorme madeja literaria que no deja de crecer: «Cuando empiezas a leer clásicos ya no puedes parar. Un libro te lleva a otro y te das cuenta de que es un universo tremendo que no tiene fin», reconoce Jan, de Trotalibros, quien relata que algún profesor de literatura le ha escrito para reconocer que ha utilizado alguno de sus vídeos en clase para tratar de encandilar a los chavales y animarlos a leer clásicos: «¡Yo les digo que si están locos! Porque en mis vídeos digo palabrotas, pongo memes de Belén Esteban... Pero es superemocionante, porque algún profesor me ha confesado que hay alumnos que gracias a mis vídeos se han lanzado a leer libros como Soledad, de Víctor Català, o Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán».

Ellos también ganan, y mucho, a través de su trabajo en YouTube. A raíz de sus canales, entre ellos tres han forjado una bonita amistad. Pero los vínculos son innumerables: «Yo he hecho una muy buena amiga por redes, se llama Isabel, era profesora de literatura y tiene cáncer. Tiene la baja indefinida y empezó a contarme lo que la reconfortaban mis vídeos y nos hemos hecho amigas. Y luego también conocí a raíz del canal a Anna, una profesora de instituto que me seguía, empezamos hablando por Instagram hasta que nos dimos cuenta de que éramos almas gemelas. Nos hemos desvirtualizado ya y somos grandes amigas», relata María, del canal Cumbres Clásicas. Eso de desvirtualizarse es una experiencia que los tres describen con gran emoción: «El último Sant Jordi, desvirtualicé a una lectora chilena que durante años nos habíamos estado intercambiando recomendaciones y fue algo muy especial», explica Jan. Llegar a todo el mundo a través de Internet también les ha permitido crecer como lectores: «Me ha escrito una chica de Uganda recomendándome literatura que para ella es clásica, de principios del siglo XX, de autores maravillosos que yo no sabía ni que existían», dice entusiasmada Marta.

Para Jan y para Marta, la literatura no es solo su pasión, también es su trabajo. El primero tiene una editorial a la que ha bautizado con el mismo nombre del canal, Trotalibros, cuyo fin es rescatar clásicos que han sido injustamente olvidados. Marta, por su parte, es profesora de literatura: «Es lo único que siempre me ha apasionado, si no me hubiera dedicado a esto no sé qué podría haber sido». Pero ese amor por la lectura también lo lleva en las venas María, quien resume lo que significan los libros para ella con una frase muy categórica: «La lectura, para mí, es básicamente como respirar».

Y dentro del vasto universo de la literatura, los clásicos tienen un no sé qué para los tres que los hacen singulares. «Tienen algo que los hace imperecederos», resume María, una idea que también defiende Marta: «Son los cimientos de la literatura de hoy en día. A veces, creemos que estamos leyendo cosas actuales que son de lo más original y si indagamos un poco, podemos descubrir que esas estructuras que nos parecen tan innovadoras las utilizó Homero hace miles de años. Además, su temática es muy llamativa porque nos permite darnos cuenta de que el ser humano de hace siglos no era tan distinto a nosotros. Mis alumnos se quedan sorprendidos cuando leen a Jorge Manrique en Coplas a la muerte de su padre, porque les parece imposible que en el siglo XV un hombre tuviera los mismos problemas que ellos ahora, pero es que es así».

Si hay algo en lo que difieren estos tres lectores es en su primer contacto con los clásicos. Mientras que María y Marta empezaron desde muy pequeñas, el aterrizaje de Jan fue algo más tardío. «Cuando era muy chiquitita, me gustaba mucho leer y mis padres preguntaban a los libreros qué obras me podían regalar. Yo recuerdo que el primer libro que tuve en mi casa fue una versión infantil del Cantar de mio Cid. Yo leo clásicos desde siempre. Cuando iba a pasar los veranos a casa de mi abuela e íbamos a la biblioteca, la bibliotecaria me recomendaba Julio Verne y otras obras históricas. Yo no era consciente de lo que estaba leyendo, pero los disfrutaba mucho», relata Marta, de No Solo Clásicos. El primer contacto de María fue a los diez años, cuando cayó en sus manos La isla del tesoro. Y no pudo parar: «Ha sido un camino bastante errante, porque a mí en el colegio nunca me enseñaron literatura. He ido dando tumbos sin ninguna guía y me he ido encontrando grandes obras por casualidad y poco a poco». Jan, con cierto humor, reconoce que él llegó tarde: «Empecé en primero de carrera. Yo leía literatura más actual, como Julia Navarro, Ruiz Zafón, los premios Planeta... Pero llegó un punto en el que sentí que todo eso ya no me aportaba más. Y ahí empezó el interés por los clásicos. Cayeron en mis manos Jane Austen, las hermanas Brontë y otros autores y empecé a explorar poco a poco todo este mundo. Y aquí sigo».

El primer paso: perder el miedo

Para estos avezados lectores de clásicos el primer paso para caer rendidos ante la belleza de estos libros pasa por perder el miedo. Porque todavía son muchos los que, ante el término clásico, se echan a temblar. Pero en las enormes y repletas librerías de estos tres youtubers hay un sinfín de títulos para los menos duchos en la materia. Jan, por ejemplo, pone sobre la mesa algunos títulos por los que empezar a enamorarse de esta literatura: «Lejos del mundanal ruido, de Hardy; La inquilina de Wildfell Hall, de Anne Brontë, o Grandes esperanzas, de Dickens, son buenas opciones para empezar a leer clásicos». María completa la lista con Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, y El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de Robert Louise Stevenson. Mientras que Marta incluye cualquier novela de Julio Verne o romántica británica: «Yo tengo ahora mismo un grupo de alumnas que están leyendo Jane Eyre después de que dos se atrevieran y, por el boca a boca, se convirtiera en viral». Para esta profesora de literatura, una forma de quitarse el miedo es empezar por obras que no sean excesivamente grandes: «Hay novelas de Tolstói, relatos de 50 páginas, que son muy fáciles de entender y te permiten enamorarte del autor. Dostoyevski tiene obras de 150 páginas estupendas, y sin darte cuenta te lees un clásico ruso, que es lo que más miedo da en el mundo...». El caso es empezar, porque después, ya no se puede parar.

Las propuestas literarias de los tres youtubers

María de Cumbres Clásicas 

  1. Cumbres borrascosas - Emily Brontë
  2. Moby Dick - Herman Melville
  3. Los miserables - Victor Hugo
  4. En busca del tiempo perdido - Marcel Proust
  5. Grandes esperanzas - Charles Dickens
  6. Ana Karenina - Lev Tolstói
  7. El conde de Montecristo - Alexandre Dumas

Jan de Trotalibros

  1. Cien años de soledad - Gabriel García Márquez
  2. La mirada del ángel - Thomas Wolfe
  3. El gran Gatsby - Scott Fitzgerald
  4. La señora Dalloway - Virginia Woolf
  5. Los miserables - Victor Hugo
  6. Guerra y paz - Lev Tolstói
  7. ¡Absalón, Absalón! - William Faulkner 

Marta de No solo clásicos

  1. Cumbres borrascosas - Emily Brontë
  2. Los hermanos Karamazov - Fiódor Dostoyevski
  3. Grandes esperanzas - Charles Dickens
  4. La Odisea - Homero
  5. Cien años de soledad - Gabriel García Márquez
  6. Al faro - Virginia Woolf
  7. El Quijote - Miguel de Cervantes