Los estrenos de la semana: «Hasta los huesos», «Los constructores de la Alhambra» y «10 de marzo»

América Caníbal

EDUARDO GALÁN

Más allá de las influencias del Malas tierras de Malick o del Bonnie y Clyde de Arthur Penn, Hasta los huesos es una curiosa revisión de El demonio de las armas, película seminal sobre la imposible autoaceptación de los antihéroes asociales. Luca Guadagnino nos cuenta la historia de una adolescente —Taylor Russell, inolvidable— que entra en la edad adulta sin poder aceptar que nació bajo el mal signo —o designio— de ser caníbal. Su pulsión incontrolable la lleva a comerle el dedo a una chica por la que se siente atraída y su papá la abandona, como hizo con la madre, otro miembro de la raza de «comedores».

Ella busca a su progenitora —desde Virginia a Minnesota— en una road movie que es un irónico periplo por la otra —y auténtica— América caníbal. Las metáforas abundan a lo largo del alucinado recorrido —lo onírico tiene enorme presencia—, donde la protagonista, buscando su identidad, se encuentra con otro joven como ella —Timothée Chalamet—.

Realmente, lo que nos ha atrapado aquí es la relación paternofilial, no exenta de connotaciones sexuales, que se establece entre la protagonista y un estrafalario veterano caníbal que intenta adoptarla, para enseñarla a sobrevivir y a aceptarse en su monstruosidad involuntaria. Las secuencias entre ellos son pura magia y desearías que fueran muchas más. La química entre Russell y Mark Rylance —los dos, de Óscar— funciona mucho mejor que la supuesta compenetración establecida entre la pareja romántica de jóvenes caníbales. Además, está el gran Michael Stuhlbarg —que hizo de padre entrañable de Chalamet en otra película de Guadagnino, Call Me By Your Name—, bomba imprevisible, inquietante caníbal paleto. La película es extremadamente violenta, pero la mezcla de ternura y salvajismo, impregnada de airada belleza, de Taylor Russell —ella es el mensaje— alivia el discurso brutal. La provocativa agresividad de esta película no va a ser entendida en tiempos de corrección.

«BONES AND ALL»

Italia-Estados Unidos, 2022.

Director: Luca Guadagnino.

Intérpretes: Taylor Russell, Timothée Chalamet, Mark Rylance.

129 min.

Aquellos eran palacios

MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ

La vigencia del documental, o si prefieren lo que ahora llaman no-ficción, es un fenómeno digno de análisis en cuanto a su presencia en pantalla grande. Si bien es generosa la oferta en plataformas, televisiones públicas —a las privadas les interesa menos— y redes sociales, eso no implica calidad a espuertas, pues la línea que separa el reportaje del documental es muy fina. Ya Grierson matizó que es una manera creativa de ver la realidad, aunque otros se sumaron, bien discrepando, bien ampliando esa definición. Lo cierto es que el género fue ganando espacio en las salas a un ritmo exponencial y el público responde —afirmar que lo hace entusiasmado sería una hipérbole—, quizá porque también los productos fueron ganando en calidad visual, en intensidad e incluso en ritmo.

Los constructores de la Alhambra es, ante todo, divulgativo e informa sobre un tema poco conocido más allá de los especialistas. De irreprochable factura visual, nos lleva a 1340, cuando Yusuf I, Sultán de Granada, se propone combatir contra el olvido de su rica civilización, al intuir que pronto su reino será historia. Para eso se pone en manos de su visir, Ibn al-Jatib, intelectual brillante en varias disciplinas, para que supervise la construcción de sus palacios. Cuando Muhammad V hereda el sultanato con aires renovados, el visir habrá de combinar las ideas y la estética del mundo antiguo con las nuevas, que también se plasmarán en la arquitectura, la decoración y los textos fijados en sus paredes. La cámara, con el apoyo de especialistas y la omnipresencia del actor que encarna al visir, nos lleva con asombro a los muchos secretos que guarda la Alhambra, con el paso de los siglos testimonio vivo del esplendor de la cultura musulmana en la Península, pero también en la Europa de entonces.

«L0S CONSTRUCTORES DE LA ALHAMBRA»

España. 2022.

Directora: Isabel Fernández.

Intérprete: Amr Waked.

Documental. 112 min.

Ferrol, viernes sangriento

M.A.F.

Aquel 10 de marzo de 1972 fue el viernes sangriento en Ferrol, que todavía era del Caudillo. Los trabajadores Amador Rey y Daniel Niebla murieron tiroteados por la policía que reprimía una protesta sindical liderada por Comisiones Obreras —declarada «subversiva e ilícita» desde 1967, por el Tribunal Supremo—, en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán, provocando decenas de heridos. La censura de la época intentó silenciar la opinión publicada sobre aquellos incidentes, sin lograrlo plenamente gracias a la lucha y a la acción sindical clandestina. De eso y de aquella convulsa época, de su repercusión en la propia comarca ferrolana y al cabo en la política española con el franquismo agonizante, trata 10 de marzo, a cargo del equipo coordinado por Roi Giao, que en el año 2017 presentó Vigo 1972, con el objetivo común de resistirse al olvido y, en particular, darlo a conocer a las nuevas generaciones.

Un rescate de memoria histórica oportuno e inaplazable cuando todavía muchos de sus protagonistas pueden contarlo, fuentes limpias que certifican la verdad de los hechos y, con toda seguridad, aportan matices que la sociedad gallega del momento ignoraba y los historiadores descartaron por considerarlos anécdota. No era fácil encontrar materiales de archivo para contribuir a dinamizar la narración, más allá de algunos titulares de prensa. Menos todavía filmaciones, por lo que Giao y su gente optaron por dos vías, ficcionar algunas partes —esa alternativa siempre tiene sus riesgos— en blanco y negro para no colisionar en exceso, incluso con apoyo de voz en off y restringiendo los diálogos a mínimos. Recursos como el añadido de cronología y de gráficos contribuyen a la digestión de una trama a la que por momentos se reviste con aromas de thriller político y procura evitar el pancartismo. Un documental necesario.

«10 DE MARZO»

España. 2022.

Director: Roi Giaio.

Documental. 80 min.

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