Enrique Gato, director de cine: «Tadeo Jones es como mezclar a Ibáñez con el cine de Spielberg»

CULTURA

ZIPI ARAGON

Ganador de tres goyas, luchará por el cuarto con dos producciones gallegas

14 ene 2023 . Actualizado a las 09:46 h.

Enrique Gato es la cabeza de la que salió Tadeo Jones. Ese aventurero castizo. Una mezcla entre Harrison Ford y Superlópez que va en busca de ocultos tesoros precolombinos. Algo tiene que tener el personaje, porque es el mayor éxito del cine de animación español en varias décadas (si no de siempre). Ganador de tres Goyas, el próximo 11 de febrero —en el palacio de congresos Fibes de Sevilla— Gato luchará por el cuarto cabezón con dos proyectos gallegos, Los demonios de barro, liderado por el productor Xosé Zapata, y Unicorn Wars, dirigida por Alberto Vázquez.

—Si hace quince años le hubieran dicho el éxito que iba a tener Tadeo Jones, ¿se lo habría creído?

—No. Es muy difícil pensar algo así. En aquellos años el personaje apenas empezaba a tener recorrido con los primeros cortos. No tenía en la cabeza que en el futuro fuéramos a hacer una película, y mucho menos todo esto que ha pasado. Habríamos pensado que quien hubiera hecho ese pronóstico era un zumbado.

—¿Cómo fue el salto de cortometraje a largometraje?

—Muy complicado. Sobre todo porque no había que hacer solo un corto. Tuvimos que hacer un estudio desde cero para producirlo. Fue un doble mortal. Pasamos de ser cuatro amiguetes rodando un corto a controlar equipos de cien personas. Y además hacer que todo sea eficiente, que se desarrollen correctamente las tareas en todas las áreas. Si no lo has hecho nunca antes, ponerte a organizar una empresa es muy difícil: hacer que todo el mundo sepa en todo momento lo que tiene que hacer y saber transmitirles la intención técnica y artística de lo que se está haciendo.

—Con el primer corto ya ganó un Goya. Supongo que entonces percibió que esto iba en serio...

—Con el primer corto yo no lo veía tan claro. Fue más bien mi productor, Nicolás Matji, el que tenía esa mentalidad de aprovechar el personaje de Tadeo. Ni siquiera venía del mundo del cine. Me pilló un poco por sorpresa eso de ganar un Goya. Yo no me dedicaba a eso. Lo mío era el mundo del videojuego y la informática. No tenía nada claro en qué se iba a convertir ese primer Goya. Al final decidimos hacer un segundo cortometraje, que también ganó el Goya. Y después ya apostaron por nosotros para hacer el primer largo.

—De joven nunca se le pasó por la cabeza acabar en el cine...

—Para nada. Yo estudié Ingeniería Informática. Aunque fue una decisión fundamentalmente pragmática. A mí siempre me ha encantado tanto el plano artístico como el técnico. No puedo elegir entre los dos aspectos. Pero yo no tenía a nadie en mi entorno que se dedicara a algo artístico, así que no sabía qué hacer con ese impulso. La decisión de estudiar informática vino porque por la parte técnica no tenía ninguna duda de que podría encontrar un futuro y hacer carrera. Cuando yo estaba en la facultad, Pixar acababa de sacar Toy Story, y yo descubrí todo el mundo de la animación por ordenador. Y, claro, eso juntaba las dos cosas que a mí más me gustaban, arte y ordenadores. Desde que descubrí aquello ya no quise hacer otra cosa.

—¿No es abrumador ver que millones de personas hacen suyo algo que salió de su cabeza?

—Lo llevo con alegría y con orgullo. Es lo mejor que te puede pasar, que sea un personaje más de la gente que mío. Pero cuando estrenamos la primer película en el 2012 estuve tres meses en shock sin saber muy bien qué estaba pasando. Recuerdo que estrenamos en agosto y la película estuvo en salas casi hasta Navidades. ¡En las cabalgatas de Reyes de los barrios había carrozas de Tadeo! Ahí empecé a entender que de verdad había calado. Entonces me dio vértigo, pero ahora lo llevo con orgullo.

—¿De dónde vino la idea de un Indiana Jones ibérico?

—Para mí fue muy importante el cine de aventuras de los ochenta. El de Spielberg, Zemeckis, Lucas... Ese es el cine que me atrapó de pequeño. Yo siempre digo que Tadeo es como si mezclas el mundo de Ibáñez con el cine de aquella época. Cómic tradicional español unido al cine de aventuras estadounidense. Fue juntar las dos cosas que más me marcaron en la infancia.

—¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con el cine?

—101 dálmatas. Recuerdo verla con mi hermano pequeño. Se llevó un disgusto tremendo cuando vio que raptaban a los perritos. Soltaba unos lagrimones enormes. Creo que es la primera película que vimos en el cine.

—¿Y una película especial? No la mejor, ni su favorita. Simplemente, una especial.

—Diría dos. En acción real, Regreso al futuro. Es la que más veces he visto, analizado, estudiado... de todo. En animación, La bella y la bestia. Me recuerdo rebobinando la cinta mil veces. Quedarme pegado a la pantalla intentando comprender qué estaba pasando ahí. Hay mucha magia en esa película. Con ella aprendí a amar el mundo de la animación.

—Con los medios adecuados, ¿la animación española puede competir con la extranjera?

—Esto no se puede ni discutir, ya se ha demostrado. Y no hablo solo de Tadeo. Desde aquí se han hecho películas que han dado la vuelta al mundo. Mielgo acaba de ganar un Óscar por un corto de animación. Tenemos el talento y la capacidad. Podemos competir de tú a tú con los medios adecuados. Solo hay que echar la vista atrás para ver todo lo que hemos crecido. Hace 20 años la animación era casi un páramo. Ahora hay gente cada vez más preparada y cada vez más industria. Soy optimista, esto no ha tocado techo.

—¿Qué es lo mejor que le ha traído el personaje de Tadeo Jones?

—Para mí Tadeo es casi como un hijo.. Llevamos media vida juntos.