Los asturianos y sus animales: los 142 retratos que el Muséu del Pueblu d'Asturies expone en Madrid

La Voz

CULTURA

El Museo Nacional de Antropología inaugura la exposición que aborda la relación entre personas y animales a través de la historia en el entorno asturiano

21 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Se trata de imágenes en las que casi cualquier asturiano podría reconocer la representación de su historia, su identidad regional y parte de sus antecedentes culturales. Y sin embargo, debido a su acertada selección y a un mayor distanciamiento respecto al público madrileño y nacional, al que le resultan más ajenas, la selección de fotografías que configuran la nueva exposición del Museo Nacional de Antropología de Madrid suponen una nueva exploración a los límites en la relación que une a personas y a animales. Unos retratos fotográficos de ambos seres con el entorno asturiano como telón de fondo.

El próximo jueves, 22 de junio, se inaugura en Madrid esta selección de 142 instantáneas (82 fotografías enmarcadas y 62 en una proyección) que el Muséu del Pueblu d'Asturies ha organizado en colaboración con la institución madrileña. En él estará disponible la muestra hasta el 1 de octubre de 2023 y habrá un acto de presentación en el que participarán Juaco López y Fernando Saez Lara, los directores de ambas entidades, asturiana y madrileña respectivamente.

La humanización o sacralización al animal, la visión antropocéntrica occidental, las capacidades cognitivas en el contacto de lo humano y lo animal, e incluso la consideración y protección civil y política de los animales son algunas de las perspectivas que la exposición ofrece al espectador para observar la interacción entre ambos seres vivos a través de la fotografía.

Se ha elegido el ámbito asturiano, pero el conjunto de retratos quiere revelar un mensaje «universal». «A veces no se sabe si se ha elegido fotografiar a la persona o al animal ¿irracional? como motivo principal del retrato», explica el museo gijonés. La caza de un lobo que ha conseguido aglutinar a todo un pueblo en la plaza mayor; el retrato de un perro con su adinerada dueña en un estudio fotográfico; o el recorrido de una campesina junto a dos de sus vacas tirando un carro en mitad del campo. Con retratos tan dispares entre sí se recoge la diversidad de formas históricas que el hombre ha tenido para aproximarse a lo animal. 

«La relación entre los humanos y los animales tiene una larga historia llena de ideas categóricas con multitud de matices», sugiere el Muséu del Pueblu d'Asturies, quien también recuerda la gran lista de cuentos y leyendas establecidos en torno a la figura de animales que podían comunicarse con los humanos, «algo que en la actualidad parece que han heredado exclusivamente los niños y las personas con capacidades cognitivas diversas, cuya interacción con determinados animales es más intensa que la del resto de las personas». 

Desde la asociación de valores categoriales a unas y otras especies animales hasta la Declaración de los derechos de los animales (promovida por la UNESCO y aprobada por la ONU en 1978), esta exposición fotográfica ha querido incluir casi cualquier aspecto en la relacionalidad humano-animal.

Se trata de la cuarta colaboración entre el Muséu del Pueblu d'Asturies y el museo antropológico, y en su amplio recorrido por las interacciones humanas con los animales, dividen la muestra en apartados, según el tipo de relación que en los retratos se establezca con el ser animal.

Pueden ser «uno más de la familia», en el caso de las mascotas. «Como realidad particular asturiana, la vaca también está muy presente, dada la importancia de este animal en su economía», añaden.  Muy pertinentes son también aquellas imágenes que incluyen a niños junto a animales, «muestran un aspecto lúdico, en el que el animal podría ser considerado como un «juguete»». También, se plasma una relación de «compañeros de trabajo» entre hombres y mujeres y especies utilizadas en el campo asturiano, como los caballos o los burros.

La «cría como sustento» se contempla como uno de los vínculos más contradictorio y especial, porque «implica que las mismas personas que los cuidaban tenían que matarlos». Se incluyen además la caza y la pesca como medios de subsitencia y como actividad deportiva. Y por último, se encuentra quizá la relación más primitiva entre seres humanos y otros seres vivos, es la «visión del animal como enemigo». En ella, se premiaba la caza de animales con mayor valor de peligrosidad, como lobos, osos, zorros y jabalíes, que «se exhibían como un trofeo».