«Barbenheimer», un seísmo de taquilla que sacude Hollywood

miguel anxo fernández

CULTURA

Gerwig ha conseguido que «Barbie» sea la película más taquillera dirigida por una mujer en solitario.
Gerwig ha conseguido que «Barbie» sea la película más taquillera dirigida por una mujer en solitario. ANDY RAIN | EFE

La película de Greta Gerwig supera ya los 1.000 millones de recaudación

09 ago 2023 . Actualizado a las 08:55 h.

El palabro Barbenheimer abandera un maná con el que exhibidores y espectadores no contaban para el presente verano, donde otros filmes aspiraban a priori a ganar la carrera del blockbuster veraniego: Misión imposible Sentencia mortal parte 1 con Tom Cruise como talismán e Indiana Jones y el dial del destino, más por el personaje que por Harrison Ford. Ambos con casi 300 millones de presupuesto, necesitaban superar los 600 brutos para comenzar a recoger beneficios.

Los restantes títulos previstos aspiraban a mantenerse en un resultado digno, sin sospechar que dos de ellos serían un fenómeno sociológico a la par, aunque agua y aceite en cuanto a valores cinematográficos. Barbie es una propuesta de la juguetera Mattel —tenía sus ventas estancadas— con Warner como socia necesaria, que acertó invitando a dirigirla a la actriz Greta Gerwig —autora de las valoradas Lady Bird (2017) y Mujercitas (2019)— y coescritora de un guion en clave feminista e igualitaria junto al director Noah Baumbach.

Encabezar el reparto con Margot Robbie y Ryan Gosling, una vistosa dirección de arte con el color rosa como base y la foto del mexicano Rodrigo Prieto, cerraron el círculo de una bien calculada operación de marketing que en solo dos semanas ya acumula un bruto de 1.033 millones de dólares en la taquilla mundial, mientras Oppenheimer en el mismo período suma 556, cifra que ni contemplaban su director, Christopher Nolan, ni las previsiones más optimistas de Universal. En parte porque tres horas de metraje obligaban a las salas a eliminar una sesión diaria, y también porque el director británico no renuncia a su vitola autoral, incluido combinar blanco y negro con color, jugar con la estructura narrativa, un continuado uso del flashback y, por qué no, un poco conocido Cillian Murphy de protagonista.

Lo que en Barbie es eficiencia coyuntural para no alterar su consumo por el mayoritario target adolescente, en Oppenheimer es la convicción de estar ante una obra que eleva un peldaño el arte cinematográfico, con una elegante simbiosis de forma y contenido con la que Nolan reivindica la pantalla grande. Que la producción de ambos se haya mantenido en los 100 millones de dólares —promoción al margen— les hizo entrar en beneficios a la primera semana de su estreno, con predicciones que apuntan a Barbie incluso acercándose a los 2.000 y a Oppenheimer superando los 1.000. Más allá de que el sector se verá afectado en los próximos meses por la actual huelga de actores, la industria parece tener claro que los presupuestos astronómicos ya son historia. El público confirma su deseo de frescura, originalidad y un punto de riesgo temático-formal, para regresar a las salas y recolocar al streaming en lo que siempre fue: home cinema.