Dos excepcionales collares de oro de la Edad de Hierro, hallados por casualidad en Peñamellera Baja

E. G. B. REDACCION

CULTURA

Collar rígido de superficie dorada que puede asimilarse al conjunto de torques denominados de manera genérica como astur-norgalaico
Collar rígido de superficie dorada que puede asimilarse al conjunto de torques denominados de manera genérica como astur-norgalaico Museo Arqueológico de Asturias

Lo extraordinario del hallazgo es su interés histórico y arqueológico dada la magistral calidad técnica y el detalle de los motivos decorativos de las joyas, una de las cuales fue encontrada por un trabajador que rastreaba la traída para el pueblo de Cavandi

11 sep 2023 . Actualizado a las 12:55 h.

Son dos collares rígidos, que se denominan torques y tienen forma de C, realizados en oro que, por su calidad técnica y el detalle de los motivos decorativos, constituyen un extraordinario hallazgo de interés histórico y arqueológico. Los torques aúreos son una de las joyas más representativas de la orfebrería de la Edad de Hierro que, en la Península Ibérica, se data aproximadamente entre los siglos IX y II antes de Cristo. Las dos joyas fueron encontradas en Cavandi, en Peñamellera Baja, y también el hallazgo tiene algo de extraordinario puesto que una de las piezas fue encontrada por casualidad. 

Según explican en la Viceconsejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte, el 29 de agosto, la dirección del Museo Arqueológico de Asturias recibió comunicación, a través del catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria Pablo Arias Cabal, de la aparición de un torques áureo en las proximidades de Panes. El descubrimiento había sido realizado por un trabajador de la empresa de aguas contratada por el Ayuntamiento de Peñamellera Baja mientras rastreaba la traída para el pueblo de Cavandi.

Ese mismo día por la tarde, personal del museo visitó la zona en compañía del descubridor y de Pablo Arias. Durante la prospección superficial del lugar exacto donde se había producido el hallazgo se encontraron cuatro fragmentos pertenecientes a un segundo torques. Las piezas fueron recuperadas en superficie, sobre los materiales procedentes de un corrimiento de tierras producido sobre una ladera con pronunciada pendiente.

La Dirección General de Patrimonio Cultural y el Museo Arqueológico promovieron una intervención urgente que permitió recuperar, hasta completarlo, las partes restantes del segundo torques. El hallazgo es excepcional por dos razones. Una por el descubrimiento en sí, con dos piezas de una extraordinaria calidad y maestría de los artesanos que las confeccionaron, que además abren una importantísima ventana hasta ahora cerrada al estudio y conocimiento del tipo de joya más representativa de la orfebrería de la Edad del Hierro.

Y por otro, por el comportamiento ejemplar de la persona que identificó la primera de las piezas y dio aviso a las autoridades competentes, tal como determina la Ley de Patrimonio Cultural. Su artículo 67 establece que, en el caso de objetos descubiertos por azar, quien los halle deberá comunicarlo a la consejería competente en materia de patrimonio cultural en el plazo de 48 horas, sin que se pueda dar conocimiento público antes de haber informado a dicha Administración. Los restos y objetos de interés descubiertos fortuitamente tienen la consideración de bienes de dominio público y su depósito se realizará obligatoriamente en el Museo Arqueológico de Asturias.

Características de las dos joyas

La primera pieza, la que localizó el trabajador de la empresa de aguas, es un collar rígido de superficie dorada que puede asimilarse al conjunto de torques denominados de manera genérica como astur-norgalaico, caracterizados por varillas con remates en doble escocia y decoraciones que desarrollan motivos ornamentales geométricos.

En este caso, se reproduce una distribución ornamental muy similar a la del conocido como Torques de Langreo, hoy depositado en el Museo Instituto Valencia de Don Juan, en Madrid. Un aro cuyo tramo central es recorrido por seis falsos cordones con decoración incisa que flanquean sendas espirales interpuestas entre los tramos distales decorados con revestimiento de alambre. Remata en sendos cabezales de doble escocia.

Uno de los torques, un collar rígido de superficie dorada con aro de sección rectangular rematado en cabezales de sección en doble escocia
Uno de los torques, un collar rígido de superficie dorada con aro de sección rectangular rematado en cabezales de sección en doble escocia Museo Arqueológico de Asturias

La segunda pieza, que se localizó fragmentada en seis partes, ha podido ser remontada provisionalmente en el Museo Arqueológico, y se ha comprobado que está completa. Se trata de un collar rígido de superficie dorada con aro de sección rectangular rematada en cabezales de sección en doble escocia. La decoración mantiene una distribución clásica con motivos sogueados en los discos, tramo central liso y acanaladuras en su desarrollo lateral.

El primer torques puede considerarse, por la calidad de sus dimensiones, acabado y factura técnica, una obra singular en el conjunto de la orfebrería propia del noroeste peninsular durante la Edad del Hierro. Las dos piezas componen un conjunto excepcional como primer caso de collares rígidos áureos de los que se dispone de referencia precisa del lugar y circunstancias del descubrimiento.

El contexto cultural

La fabricación de objetos de oro en la historia de Asturias está documentada desde comienzos de la Edad del Bronce, hace unos 4.500 años. El anillo recuperado en un dolmen de la Sierra del Aramo o los discos de aire irlandés, de procedencia incierta, son las primeras piezas en la orfebrería prehistórica.

«En épocas posteriores, fundamentalmente durante la Edad del Hierro, el repertorio de joyas se amplía, pero su estudio se ha visto limitado por la carencia endémica de referencias relativas al origen y circunstancias en que se produjeron los descubrimientos. En su mayor parte constituyen un inventario no demasiado extenso en el que, por desgracia, los hallazgos carecen de todo contexto que permita determinar una fecha más o menos precisa para la fabricación de los objetos o el momento de su depósito», explican desde Cultura. 

Los elementos recuperados son piezas relacionadas con la manipulación y transformación de metales preciosos y alguna joya menuda, sin toques, que son el objeto más característico en la orfebrería de la Edad del Hierro, no sólo de Asturias sino de toda la Europa atlántica.

Por todo ello, el hallazgo de los torques de Cavandi es extraordinario. Por primera vez, y con absoluta precisión, señalan el espacio geográfico de procedencia, facilitando un estudio pormenorizado del espacio en el que fueron depositados y el conocimiento de las circunstancias históricas en las que se produjo. «Ambas piezas son fruto de un experto trabajo artesanal, resuelto con aplicación de elaboradas técnicas de orfebrería y conforme a patrones estéticos que, aunque reconocidos en otras joyas coetáneas, se combinan aquí de forma magistral para ofrecer un resultado sorprendente», remarcan en Cultura.

El estudio de estas dos joyas se integrará en una línea de investigación avanzada sobre la orfebrería antigua en Asturias y permitirá contrastar algunas de las hipótesis hasta ahora planteadas a la luz de nueva información arqueométrica y avanzar en la resolución de cuestiones relativas a la antigüedad, pervivencia y progresiva transformación de la orfebrería local tras su incorporación al mundo romano.