Nia: «Cuando salí de "OT" me sentía muy pequeñita, ahora soy una pantera»

CULTURA

RAÚL RODRÍGUEZ VIERAL

Fue la ganadora de «Operación Triunfo 2020», pero sintió que no encajaba en los planes que la discográfica tenía para ella, así que se independizó. En el 2021 participó en «Tu cara me suena» y fue segunda. Y ahora presenta su primer álbum, «PaloSanto», desde el que se asoma a la salsa y al bolero

23 oct 2023 . Actualizado a las 13:32 h.

Le auguraron a Nia Correia (Las Palmas, 1994) una fructífera carrera como ganadora de Operación Triunfo 2020. Le buscaron discográfica y le editaron un par de singles. Pero sus inquietudes musicales iban en una dirección muy distinta. «Como en OT hice de Beyoncé y salió muy bien, querían que tirase por el pop o que hiciese reguetón». Pero no eran esas sus intenciones. Su querencia por lo latino se orientaba hacia otra vertiente. Hacia la salsa y el bolero, principalmente. Y eso es lo que propone desde su primer álbum, PaloSanto. Y lo hace con una estética y un poderío apabullante. Y con colaboraciones de lujo como las de Antonio Carmona, Rocco Hunt, El Taiger, María Peláe o Daniel Me Estás Matando.

—En tiempos de monopolio reguetonero me parece maravilloso que aparezca una voz joven que reivindique esa otra vertiente latina más «clásica».

—Una de las cosas más bonitas que me han dicho es que mi música era un soplo de aire fresco. Porque, es cierto y a la vez triste, de repente el urbano se lo ha comido todo. A los boleros, a las rancheras, a la salsa…, a todo lo que entendíamos antes por música latina.

—Es curioso. Hace diez años tu disco podría parecer un «revival», algo viejuno. Y ahora resulta que es aire fresco.

—Sí, es muy fuerte. Pero es que esta es la música que yo he escuchado desde pequeña, la que me gusta, la que me ponían en casa, la que ha marcado mi personalidad. Entonces, por ese lado también es como que estoy superorgullosa.

—Hablando de personalidad, tienes que tener mucha para presentar una propuesta así. La música que nos llega de Canarias (Quevedo, Ptazeta, Don Patricio, Bejo…) no tiene mucho que ver con lo que tú haces.

—Ya, pero es que yo quiero ser honesta conmigo misma. Yo estoy metida en la industria de la música porque quiero poder cantar las cosas que me representan. De lo contrario, para mí dejaría de tener sentido. Yo vengo de actuar en musicales, de estar cantando en Ibiza, en el extranjero… O sea, sé que puedo cantar sin necesidad de esta exposición. Por eso, si me arriesgo va a ser con cosas que me representen de verdad. Y este disco soy yo. Es lo que he escuchado toda mi vida, es mi raíz, es lo que me gusta y es lo que creo que mejor hago cuando me subo a un escenario.

—No tienes ningún rubor a la hora de romper los estereotipos. Presentas una propuesta de salsa y de boleros con una estética superrompedora. Como diciendo: «Aquí estoy yo», ¿no?

—Total. Sí, es como decir: ‘Eh, yo puedo cantar de una manera un poco más clásica’, pero mi imagen para nada lo es.

—Te simbolizan con una pantera. ¿Te sientes identificada?

—Sí, de hecho hay una frase en mi canción Viernes 13 que dice «aquella gata negra se te convirtió en pantera». Cuando salí de OT y entré en la industria musical, me sentía muy pequeñita. Y de repente dije: «Espera, aquí estoy yo». Y cuando vi que la primera salsa que compuse sonaba en las radios, pensé: «Ojo, a lo mejor sí que hay cabida para lo que hago. Simplemente es que no han confiado en mi proyecto y tengo que irme por otro lado».

—En ese sentido, ¿puede que «Operación Triunfo» fuese bueno en cuanto a tu proyección, pero no en cuanto a la dirección que le quisieron dar a tu carrera, sin respetar tu voluntad?

—No quiero que parezca que estoy atacando a OT o a la discográfica que lanzó mis primeros sencillos. Yo entiendo que son una empresa y que tienen que cumplir con unas expectativas y unos números. Pero también hay que entender que nosotros somos personas que entramos en un programa de televisión sin tener ni puñetera idea de cómo va la industria musical, que luego sales y no te dejan tener el estilo que tú quieres tener. Yo siempre he tenido claro que quería hacer música latina, pero necesitaba encontrar mi sonido y para eso es necesario realizar un trabajo artístico que lleva tiempo, tener paciencia. En mi caso no fue así y por eso decidí seguir de manera independiente.

—Dices de tu canción «Caminito de lamento» que fue una vía de escape tras la impotencia y la frustración.

—Eso nace de lo que te hablaba antes. De repente se rompe el contrato con la discográfica y yo me siento superfrustrada. Me empieza a dar mucho miedo todo. No sé si podré seguir trabajando en esto. Así que me dije: ‘Voy a sentarme y a hacer lo que me gusta. Y salió Caminito de lamento’. Y a raíz de que vi que empezó a sonar en la radio fue cuando empecé a pensar que a lo mejor sí que podía. Y nace todo lo demás.

—Hay artistas que han pasado por «OT» que se muestran agradecidos y otros que reniegan de ese episodio. ¿En tu caso, de quién estás más cerca?

—Yo, de agradecer. De agradecer muchísimo. Porque gracias a Operación Triunfo hago lo que estoy haciendo ahora. Así que yo solo tengo palabras bonitas para el programa.

—¿Te molesta la expresión «triunfita»?

—No. ¿Por qué me va a molestar? Se ha asociado ser triunfito con algo despectivo y a mí no me lo parece. Yo he salido de Operación Triunfo y además fui la ganadora. Estoy muy orgullosa.

—¿Cómo fue tu segunda experiencia en la tele, en «Tu cara me suena»?

—Superdivertida. También es verdad que yendo con Los Morancos, con María Peláe y con Loles León no podía ser de otra manera. Tu cara me suena me permitió llegar a un público más mayor, más familiar. Y de allí salió también la colaboración que tengo con María Peláe. Al final, la tele me ha posibilitado siempre tener gente muy top a mi lado.

—Para la final de ese concurso no elegiste ningún tema latino sino uno de Whitney Houston. ¿Por qué?

—Siempre me ha gustado mucho Whitney. Recuerdo que en uno de los primeros concursos de canto a los que me presenté en Canarias ya hice esa canción. Creo que Whitney Houston es de las mejores voces que hemos tenido siempre y, no sé, me apetecía cantarla.

—¿Cuál es la imitación de la que estás más contenta?

—La de Celia Cruz. La pena fue que coincidió en una gala que no puntuaba, qué mala suerte [se ríe]. También me gustó mucho hacer de Antonio Machín.

—¿Cómo es tu relación con Galicia? ¿Ya has actuado aquí?

—Sí, el año pasado estuve en un festival en Marín [la Gala Xacobea] y fue guay. Pero ha sido este verano cuando realmente he conocido Galicia, porque me fui unos días a Vilagarcía de Arousa. Y me vine enamorada de esa tierra, así que espero volver pronto.