Yon González en «Memento mori»: un asesino que nace a ritmo de Bunbury

b. pallas REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Olivia Baglivi y Yon González, en «Memento mori»
Olivia Baglivi y Yon González, en «Memento mori» Txuca Pereira

Prime Video estrena el «thriller» que adapta la trilogía de César Pérez Gellida

28 oct 2023 . Actualizado a las 19:41 h.

Crímenes con poesía y música de Bunbury trasladan al lenguaje audiovisual la primera parte de la trilogía de César Pérez Gellida Versos, canciones y trocitos de carne. Su título es Memento mori y es un thriller de seis episodios que este viernes llega a Prime Video con la historia de un asesino en serie interpretado por Yon González que sitúa al espectador varios pasos por delante de la policía que lo investiga.

«Es muy interesante el grado de empatía que alcanza el espectador con Sancho, el investigador, precisamente porque él sí conoce al asesino», afirma Francisco Ortiz, que se pone en la piel del investigador. «Es cierto que al saberlo no vas tanto de su mano en la investigación, pero comprendes al personaje y las cosas por las que pasa y pronosticas también su dolor a la hora de ver qué pasos va tomando el asesino. Creo que eso ayuda mucho y hace que el espectador arrope al inspector y quiera que alcance un objetivo que él ya conoce», añade.

La complejidad del caso hará necesaria la intervención de un experto en criminales en serie encarnado por Juan Echanove.

La serie arranca con una reflexión acerca de la violencia como un factor que no es innato al individuo, sino que se inculca y se adquiere. «No existen ni el bien ni el mal, sino que uno se va haciendo a la idea de lo que está bien o mal en función de aquello que le enseñen. Por tanto depende de aquello que veas y de lo que te enseñen, tu moral se basará en eso. Y depende de las carencias afectivas que tengas, como el personaje de Augusto, entiendes el amor de una u otra manera», reflexiona la actriz Olivia Baglivi.

Juan Echanove y Francisco Ortiz, en  Memento Mori , de Amazon Prime Video
Juan Echanove y Francisco Ortiz, en Memento Mori , de Amazon Prime Video Txuca Pereira

Para el actor Yon González, que encarna a un sociópata que deposita poemas junto al cuerpo de sus víctimas, la creación de este personaje ha ido de la mano de Bravo, canción de Enrique Bunbury y Nacho Vegas que escuchó de forma recurrente en su casa y que aparece en la serie. «Espero que el público viaje con este asesino por el por qué de todo, qué le sucede, cómo transita la persona después de que una madre tortura a un bebé desde que nace hasta los ocho años, que no ha conocido nada positivo, todo ha sido oscuridad, algo que ni en el mundo animal sucede, porque un animal pare y protege a la cría. En este caso, el ir contra natura, crear psicológicamente un monstruo con tanto dolor, tanta impotencia, ira, miedo... Preparar eso es lo más complicado de la trayectoria del personaje», explica el protagonista de Gran Hotel y Bajo sospecha.

El arte de Bunbury es «ese espacio en el que este personaje hierático se desahoga, se expresa; es su lugar de acogida, donde se siente comprendido y siente que alguien lo escucha delante de un espejo dedicándole la canción a la madre».

De ahí a la empatía con el autor de crímenes brutales hay un gran salto. «Hace que entiendas la razón de dónde le nace a este señor el impulso para hacer lo que hace y de ahí el comienzo de todo. El tema de Bravo ayuda a que el publico diga: ‘‘Pobrecito, entiendo que hagas lo que haces, aunque no lo comparto’’», explica el protagonista.

 

Olivia Baglivi explica otro aspecto importante de la serie: «En Memento mori se muestra la herida de varios personajes y también de dónde viene cada uno. En el caso de Sancho, el inspector, se ve una relación con la madre que es el contrapunto de la relación de Augusto con la suya. Y eso te ayuda a entender por qué son naturalezas tan distintas. O en el caso de mi personaje ves en qué deriva la relación con una determinada familia y en qué persona te convierte lo que has vivido cuando eres más joven. Creo que esto de que comience ya sabiendo quién es el asesino y cómo obra antes que el propio inspector también trae el espacio de poder ahondar en las naturalezas de cada uno».

Ella misma encarna al complejo personaje de Violeta. «Es una mujer muy audaz, inteligente, sensible y muy bien colocada en el mundo, pero por una determinada condición se convierte en un ser muy peligroso para sí misma, porque le gusta ponerse en lugares que traen cosas que no son sanas. —resume—. Necesita responderse a la pregunta de si alguna vez ha sido libre en la toma de decisiones. Y de repente conoce a un tipo que, esté bien o mal, es libre en la toma de decisiones pese a que sean feas y vengan de un lugar oscuro. No es tanto que se enamore de Augusto o que ambos tengan una química y una sexualidad que los une, creo que hay algo más detrás que tiene que ver con querer vivir como él vive. Ese tipo de reflexiones solo las puede hacer alguien complejo y con un mundo interior peculiar».

Francisco Ortiz explica que la serie ha adaptado «de una manera muy astuta» elementos de la primera y la segunda novelas de Pérez Gellida. «Creo que esa conjunción de las dos novelas hace que haya salido un guion redondo y en la que el espectador consigue una amalgama para entender la historia y acabar con hambre de saber más».