Una gladiadora sin espada

B. Blasco REDACCIÓN

CULTURA

Serena Williams, durante su encuentro contra Kristyna Pliskova en Roland Garros
Serena Williams, durante su encuentro contra Kristyna Pliskova en Roland Garros CHRISTIAN HARTMANN | Reuters

La tenista Serena Williams ha demostrado, dentro y fuera de las pistas, ser una luchadora imbatible en todas las causas que emprende

22 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El tenis no era una tradición en la familia de Serena Jameka Williams, nacida el 26 de septiembre de 1981 en Saginaw, Michigan (EE.UU.), y criada en Compton, California. Pero desde pequeña mostró un talento natural y una gran determinación, cualidades que, sumadas a un entrenamiento riguroso bajo la guía de su padre, Richard Williams, le permitieron acceder al circuito profesional en 1995, a los catorce años, apenas como principiante. 

El inicio fue duro. De hecho, una vez contó que cuando tenía nueve años cortaba los cordajes de las raquetas para evitar los extenuantes entrenamientos que le imponía su padre. Pero aun así, perseveró. Y floreció, vaya si lo hizo. Esa combinación de precocidad, disciplina, talento físico, resistencia mental y ambición sería parte de los rasgos que la han definido a lo largo de toda su carrera deportiva, hasta su retiro formal en 2022, aunque nunca del todo apartada de su papel como referente global.

La cifra de «grand slams» de Serena Williams se detuvo en 23, a uno del récord de Margaret Court. Ganó el oro individual en Londres, y también los títulos de dobles en Sídney, Pekín y Londres. Tendrá 38 años en los Juegos.
La cifra de «grand slams» de Serena Williams se detuvo en 23, a uno del récord de Margaret Court. Ganó el oro individual en Londres, y también los títulos de dobles en Sídney, Pekín y Londres. Tendrá 38 años en los Juegos. Victoria Jones

Comencemos por su palmarés, que como no podía ser de otra forma, es espectacular. Durante su carrera conquistó 23 títulos de Grand Slam en individuales, más que cualquier otra tenista en la era abierta, lo que la convierte en una de las mejores jugadoras de todos los tiempos. 

Logró además múltiples títulos en dobles (junto a su hermana Venus) y dobles mixtos, con gran éxito olímpico: fue ganadora de medallas de oro en individuales y dobles, consolidando su capacidad de dominar tanto en torneos grandes como en competencias por equipo. 

Durante décadas mantuvo una presencia constante en lo más alto del ranking WTA; llegó a ser número uno del mundo durante, atención: 319 semanas, incluidas largas rachas, récords de longevidad en el primer lugar, recuperación tras lesiones y periodos de baja, lo que da cuenta de no solo su talento, sino de su resistencia al tiempo, al desgaste físico, al escrutinio público, a las expectativas elevadas. 

La tenista estadounidense Serena Williams reacciona ante la canadiense Eugenie Bouchard durante el partido que enfrentó a ambas en la segunda ronda del Abierto de Australia que se celebra en el Rod Laver Arena en Melbourne, Australia
La tenista estadounidense Serena Williams reacciona ante la canadiense Eugenie Bouchard durante el partido que enfrentó a ambas en la segunda ronda del Abierto de Australia que se celebra en el Rod Laver Arena en Melbourne, Australia efe | JULIAN SMITH

Serena era una trituradora: ganó Grand Slam en todas las superficies: hierba, pista dura, arcilla; tuvo períodos dominantes, momentos de dificultad, enfrentamientos con jugadoras de su generación y más jóvenes, emergentes, y aun así logró sostenerse como una figura competitiva, ganadora de citas históricas, remontadas memorables, y también algunas derrotas que dejaron lecciones públicas de humildad, fortaleza y recuperación.

Los hitos deportivos de Serena incluyen su primer Grand Slam en individuales en el US Open de 1999, derrotando en la final a Martina Hingis; ese fue un momento que marcó el tránsito de niña prodigio a una figura que ya podía desafiar a las primeras cabezas del tenis mundial. 

A partir de ahí, coleccionó victorias en los torneos más grandes: Australian Open, Roland Garros, Wimbledon, US Open, con títulos múltiples en cada uno, muchas veces mezclando su éxito en individuales con triunfos en dobles. Un hito mítico fue lo que se ha llamado su «Serena Slam», cuando ganó los cuatro Grand Slam de forma consecutiva

Otro gran logro fue mantenerse competitiva incluso después de ser madre; volvió a la élite, ganó torneos grandes, desafió el paso del tiempo, las lesiones, complicaciones médicas que suelen terminar con muchas carreras. Esa capacidad de reinvención, de regresar, de correlacionar la vida personal y la deportiva ha sido parte esencial de su leyenda. 

La tenista estadounidense Serena Williams, durante su partido contra la ucraniana Elina Svitolina
La tenista estadounidense Serena Williams, durante su partido contra la ucraniana Elina Svitolina TOBY MELVILLE | REUTERS

Además de los Grand Slam, Serena acumuló un total de 73 títulos individuales, muchos torneos de categoría alta (los WTA Tier 1 o su equivalente moderno), medallas olímpicas, victorias en competencias de dobles; estableció récords de premios económicos, con lo que fue la atleta femenina que ha ganado más dinero en premios en la historia del tenis y una de las que más ha tenido notoriedad en cuanto a ingresos por patrocinio, acuerdos comerciales y presencia mediática. 

Más allá de los números, algunos partidos han pasado a la historia no solo por la calidad del tenis, sino porque fue capaz de mantenerse firme ante la adversidad: cuando tenía lesiones, cuando tuvo pérdidas, cuando enfrentó críticas sobre su cuerpo, sobre su indumentaria, sobre su manera de jugar, sobre su voz, sobre su carácter. Todas esas tensiones las enfrentó públicamente, con determinación, y muchas veces salió fortalecida.

Los valores que la han distinguido durante toda su carrera pueden resumirse en varios pero todos entrelazados: determinación, trabajo, resiliencia, valentía para ser auténtica, para no ceder ante presiones externas, para levantarse tras las derrotas, para exigir igualdad; humildad, especialmente pese al éxito monumental; disciplina, compromiso al entrenamiento, al perfeccionamiento constante, al sacrificio

Serena Williams durante los cuartos de final de Wimbledon
Serena Williams durante los cuartos de final de Wimbledon GLYN KIRK | AFP

Y liderazgo, en el sentido de que no solo buscó ganar, sino cambiar las condiciones del deporte, alzar la voz, visibilizar desigualdades de género, raciales, económicas; integridad al mantenerse fiel a sus convicciones, por ejemplo en resistir críticas cuando defendía que se trataba igual a mujeres y hombres, cuando reclamaba justicia en sanciones, cuando se ocupaba de temas que exceden lo meramente deportivo.

También un sentido de responsabilidad, pues Serena entendió que su llegada a la cumbre no era solo para ella, sino para abrir caminos para quienes vinieran detrás, especialmente mujeres, mujeres de color, atletas de entornos menos favorecidos, jóvenes que no tienen acceso fácil a recursos. 

Serena Williams
Serena Williams JILL CONNELLY | EFE

Su historia personal —crecer en Compton, provenir de una familia que no contaba con los privilegios típicos de élite deportiva— añade un elemento de identificación muy potente para muchas personas: que el origen no determine el destino, que con talento, apoyo, constancia, convicción, uno puede trascender barreras, romper techos, redefinir lo que es posible.

Se la considera un ejemplo especialmente para mujeres deportistas y para quienes pertenecen a minorías porque su carrera demuestra que incluso en entornos con desventajas raciales, sociales, económicas se puede lograr un dominio que desafía las expectativas tradicionales.

Serena no solo ganó, sino que cambió el juego: exigió mejores instalaciones, mejores condiciones para las mujeres en torneos, que se reconociera su valor comercial, que se le permitiera competir cuando estaba embarazada, que se le otorgara el respeto que merecía no solo como atleta sino como persona que también tiene derechos, como mujer, como madre. 

Serena Williams
Serena Williams Mario Anzuoni | REUTERS

Tras anunciar su retirada del tenis profesional en septiembre de 2022, Serena Williams ha dedicado sus esfuerzos actuales a varios ámbitos que combinan empresariado, inversión de impacto, moda, medios, maternidad y activismo. Uno de sus proyectos más significativos es Serena Ventures, su compañía de capital riesgo (venture capital) que invierte en empresas emergentes, especialmente aquellas dirigidas por mujeres y personas de color. Su objetivo no es solo obtener rentabilidad financiera, sino generar impacto social, ayudar a cerrar brechas de igualdad, visibilidad, oportunidades. 

También ha hecho incursiones en el mundo de los medios de comunicación: su empresa de producción audiovisual (por ejemplo, Nine Two Six Productions) participa en contenidos culturales, documentales, proyectos que amplían voces que no siempre han sido escuchadas. En el mundo de la moda y del diseño mantiene su marca S by Serena, productos de ropa, estilo, accesorios, belleza

Pero Serena también ha utilizado su influencia para el activismo: equidad de género, racial, derechos de las mujeres; salud materna, de representación; ha sido portavoz de iniciativas que promueven la voz de quienes están infrarrepresentados.  Además, ha recibido reconocimientos recientes que dan cuenta de su legado continuo: por ejemplo su inducción al Salón de la Fama olímpico de Estados Unidos en 2025 junto a Allyson Felix, resaltando no solo sus medallas y resultados sino su influencia social y cultural. 

Serena Williams
Serena Williams MARIO ANZUONI | Reuters

También ha entrado en participaciones empresariales nuevas, como adquirir una participación en el equipo de la WNBA Toronto Tempo, prevista para comenzar a jugar en 2026, lo que la vincula al deporte femenino, al desarrollo de ligas profesionales femeninas y al empoderamiento a través de la propiedad y el liderazgo. 

Ella ha señalado que uno de los valores más importantes que sus padres le inculcaron es la humildad: a pesar de todos los triunfos, reconoce que eso la mantiene con los pies en la tierra. En entrevistas recientes también habla de disciplina, trabajo diario, consistencia, de seguir aprendiendo. En ese sentido su paso del deporte competitivo a los negocios no es mera transición, sino continuación de ese ethos de exigencia, excelencia, búsqueda de propósito.

Serena Williams durante su último torneo de Wimbledon, en el 2022.
Serena Williams durante su último torneo de Wimbledon, en el 2022. AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Serena Williams dejó una huella indeleble en el tenis y en el deporte mundial, no solo por lo que ganó sino por lo que significó: para muchas mujeres y niñas, para atletas que provienen de minorías raciales o de entornos modestos, para quienes no encontraban modelos con quienes identificarse, Serena fue ese espejo que decía «sí se puede»

En 2025, Serena ha sido nombrada también embajadora de salud por algunas compañías. Uno de los ejemplos más recientes es su participación con la empresa de telemedicina Ro, que la designó embajadora en la campaña de tratamientos para pérdida de peso, específicamente los medicamentos basados en GLP-1, que han ganado relevancia reciente en medicina (y también en debates públicos) por su eficacia, pero también por las controversias y discusiones éticas y de acceso. Serena ha hablado públicamente de su propio uso de estos tratamientos tras la maternidad, como parte de su proceso de recuperar salud, bienestar, energía, y sentirse bien físicamente.

Actualmente, su labor reduce la distancia entre el talento y la oportunidad, busca abrir puertas en espacios que históricamente han sido cerrados, usar su voz para visibilizar, usar su éxito para elevar a otros. Y aunque ya no esté en la cancha como profesional, sigue siendo una fuerza en el deporte y más allá, una inspiración viva, un ejemplo de cómo se puede competir al más alto nivel, retirarse con dignidad, reinventarse, contribuir, dar seguimiento al legado, ser empresaria, madre, activista, mentora, creadora, y mantenerse fiel a sí misma.