Los Warriors renacen en Cleveland y se quedan a una victoria de repetir título en la NBA

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

DEPORTES

Ken Blaze | Reuters

Stephen Curry y Klay Thompson recuperan su acierto para Goden State, que podrá sentenciar la serie el próximo lunes en casa

11 jun 2016 . Actualizado a las 14:30 h.

De nuevo a domicilio, como hicieran en Oklahoma, los Golden State Warriors sacaron su instinto de supervivencia. Tras la seria paliza encajada el miércoles, los campeones reaccionaron para tumbar a los Cleveland Cavaliers (108-97) y ponen una ventaja de 3-1 en la final de la NBA, un margen que nadie ha remontado en la historia de l competición. Los Warriors tendrán el próximo lunes (3 de la madrugada) la primera ocasión de cerrar su segundo título consecutivo. Aparecieron al fin Stephen Curry (38 puntos) y Klay Thompson (25), 11 triples entre ambos, 17 para los Warriors (récord histórico de la final de la NBA), un equipo que en la segunda parte reencontró su defensa para contrarrestar la intensidad de los Cavaliers y arropar la puntería de su estelar dúo de tiradores.

Después de tres partidos de marcadores claros y abultados, por fin llegó una batalla verdadera a lo que alguien ha bautizado como la final de los ajustes. No hizo ninguno en su alineación Steve Kerr, a pesar de que, como en el tercer partido, Cleveland dejaba al ahora disponible Kevin Love en el banquillo. Con vía libre para jugar tras su golpe en la cabeza, el pívot dejaba su sitio a Richard Jefferson para que Tyronn Lue repitiese el quinteto bajo que subió varios niveles en defensa hasta ahogr el pasado miércoles a los campeones. El mayor ajuste que necesitaban los Warriors era reencontrar a Curry y a Thompson en ataque. El MVP dio alguna señal de su magia que en las últimas semanas ha estado más escondida, y apoyado en el gran inicio de Harrison Barnes (8 puntos en un suspiro) dio las primeras ventajas a Golden State. Antes de mediar el primer cuarto, Kerr introdujo a Iguodala para buscar su quinteto más productivo, pero los triples de Kyrie Irving y JR Smith anularon su efecto. 

Y cuando Golden State quiso encontrar su mejor ritmo anotador, con acierto en los triples de Curry (incluido uno desde la esquina en carrera y con un pívot cayéndole encima), los puntos se le fueron por otro lado: el rebote ofensivo. Tristan Thompson volvió a ser un huracán incontenible bajo el aro de los campeones, dando segundas oportunidades a unos Cavaliers que acusaban el pobre partido de LeBron James (7 puntos y 4 pérdidas al descanso). Cada balón dividido favorecía a los locales, cuya intensa aunque poco brillante segunda unidad (Shumpert, Dellavedova, Frye) mantenía el tipo ante unos Warriors más metidos que en el tercer partido, pero sin el vigor defensivo ni el acierto en ataque necesario para marcar distancias. En un par de ocasiones tuvo posesión para ponerse 5 o 6 arriba, pero no lo lograron, y tras un gran tapón de Irving sobre Curry, los Cavaliers pudieron correr, olieron los nervios de los Warriors y cerraron la primera parte por delante (55-50), llegando a mandar con 7 puntos que pudieron ser más de no mediar un triple de Iguodala y un dos más uno de Klay Thompson.

Bob Donnan | Reuters

Los Warriors tenían puntos de Curry y Thompson, pero les faltaba una tercera vía y menos trabajo para conseguir anotar. Mientras, Kerr estrujaba la pizarra para encontrar cómo parar el rebote ofensivo de los Cavs, incluso dando minutos a James McAdoo, un suplente que rara vez disfruta de minutos. Por ahí se le escapaba de nuevo todo el esfuerzo que invertía en cada canasta, con Curry incapaz de lograr sus tiros cerca de canasta, con los bloques indirectos que tanto rédito dieron en los dos primeros encuentros desactivados, y sufriendo en defensa con el baloncesto físico de Cleveland.

Y al arranque del tercer cuarto, la máxima ventaja local (58-50) suponía un amenaza real para los Warriors. Fue ahí donde Thompson y Curry sacaron su mejor versión. En un abrir y cerrar de ojos, sumaron 5 triples entre ambos (más un sexto de Iguodala) para voltear el marcador (69-72) a pesar de la breve reaparición de LeBron James en ataque. Los Splash Brothers sumaban más de 20 puntos por primera vez en la final con su habitual exhibición de tiro. Seis triples en un cuarto y la dosis de actividad y rebote ofensivo de Varejão permitieron a Golden State irse al último descanso por delante (77-79) tras dispones de hasta seis puntos de ventaja (su máxima en el partido hasta entonces).

Bob Donnan | reuters

Los Cavaliers respondieron con fiereza (8-0) para mitigar el amago de ruptura de los Warriors. Pero se fueron quedando sin fuerzas. Su ataque se espesó en posesiones estáticas e individualistas, y hasta perdieron la batalla del rebote ante unos Warriors más agresivos, cuya defensa recordó a sus mejores momentos de los play offs contra Oklahoma y en la misma final. Y no perdonaron: dos triples de Harrison Barnes, secundario de lujo, abrieron brecha y otro acierto de Curry desde la distancia puso a los campeones 10 arriba (96-86). Llevaban 17 triples ya los Warriors, récord histórico de las finales. Una bandeja de Curry, de las pocas que pudo lograr en lo que va de eliminatoria, y su acierto en el tiro libre cerraron el partido, que deja a Golden State a una victoria de repetir el título.

Cleveland Cavaliers: Kyrie Irving (34), JR Smith (10), LeBron James (25), Richard Jefferson (3), Tristan Thompson (10) ?quinteto inicial-; Kevin Love (11), Iman Shumpert (2), Matthew Dellavedova (2), Channing Frye (0) y D. Jones (0).

Golden State Warriors: Steph Curry (38), Klay Thompson (25), Harrison Barnes (14), Draymond Green (9), Andrew Bogut (0) -cinco inicial-; Andre Iguodala (10), Shaun Livingston (8), McAdoo (2), Festus Ezeli (0), Varejão (2) y Speights (0).