Morata, un zapador entre ingenieros

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

TOLGA BOZOGLU

El ariete de la Juventus se consolida en la proa de la selección y es pichichi, junto a Bale y Ronaldo

24 jun 2016 . Actualizado a las 07:48 h.

Al delantero centro se le llama ariete no porque tenga su hábitat natural en el área, sino por asimilación con los artilugios que utilizaban los soldados en la Edad Media para derribar murallas y abatir puertas. A Morata la etiqueta le viene al pelo, porque en la selección es un soldado, más bien un zapador, entre ingenieros. Tiene la misión de horadar las defensas rivales, aunque no tanto por el choque cuanto por la movilidad.

Ese dominio de la escena lo ha pulido en sus dos años en la Juventus, en los que ha dado un gran salto en su carrera. Es, quizás, uno de los jugadores más italianos de la selección española, de los que mejor sabe correr en los dos sentidos. Sin duda, es el que mejor conoce al rival de octavos de final. Y es también el nombre propio que está atrayendo más atención entre la prensa de la península de la bota, por su militancia en el Calcio.

Además, una vez completada la primera fase de la Eurocopa, Morata ostenta condición de pichichi de la competición con tres goles, compartida con Bale y Cristiano Ronaldo.

Rematador y bullidor

Lo cierto es que en este campeonato no hay debate sobre el falso nueve, en gran medida porque el futbolista que acaba de repescar el Real Madrid está ofreciendo prestaciones notables en el área, pero también en sus inmediaciones.

Morata tiene alma de soldado puesto que no rehúye la batalla. Es el primero en aplicarse a la hora de presionar la salida de balón del rival. Y tampoco se queda quieto cuando toca atacar, tanto si tiene el balón como si se ofrece para recibirlo.

Es un fajador, quizás porque a lo largo de sus carrera nunca lo tuvo fácil. Empezó en la cantera del Atlético de Madrid y cuando intuyó que el horizonte no era el mejor para su progresión, cambió Majadahonda por Getafe. Un año más tarde se incorporó a los juveniles del Real Madrid. Y confirmó un crecimiento continuado. Sin embargo, cuando llegó al primer equipo y percibió que se podía quedar sin minutos, de nuevo cambió de aires. Se fue a la Juventus y ahora, dos años más tarde, hará el camino de vuelta, pero ya con galones. Porque ya no es el becario que se fue.

En las selecciones de base Morata también ha dejado huella de goleador. En la Eurocopa sub 19, en Rumanía, consiguió la distinción de máximo anotador, con seis dianas. Y repitió galardón en la sub 21 que se celebró en el 2013 en Israel. Le costó hacerse un hueco en el once titular. Empezó como suplente, pero cada vez que salía veía puerta. Fue titular en el tercer partido, volvió al banquillo en las semifinales y jugó la final desde el principio. Ante Italia, con victoria roja, 4-2.