Robson-Kanu, el héroe en paro

Fernando Iturribarría COLPISA

DEPORTES

DENIS CHARLET | AFP

El mejor jugador en la histórica victoria de Gales sobre Bélgica está sin equipo desde la víspera de su memorable gol

02 jul 2016 . Actualizado a las 17:28 h.

Gales, país de goles. Ya lleva diez marcados en esta Eurocopa de ensueño. Dos han sido anotados por Hal Robson-Kanu, su héroe improbable. El designado mejor jugador en la histórica victoria sobre Bélgica está en paro. El jueves expiró su contrato con el Reading, club de la segunda división inglesa que no le quiso renovar. No entraba en los planes del manager Brian McDermott. Un lumbreras, un lince el tipo. Al día siguiente certificó con un tanto digno de Johan Cruyff la remontada que catapultó a los galeses a su primera semifinal en una gran competición. Sin equipo a las puertas de la gloria, el símbolo perfecto de la comunión de un colectivo liderado por Gareth Bale, el futbolista más caro del circuito profesional.

Thomas Henry Alex 'Hal' Robson-Kanu nació hace 27 años en Acton, al oeste de Londres. Jugó con su país natal en las selecciones inferiores hasta el descubrimiento de sus orígenes galeses. Brian Flynn, entrenador de las promesas de Gales del 2004 al 2012, se anduvo por las ramas de los árboles genealógicos para encontrar las raíces galesas de hasta nueve jugadores nacidos en Inglaterra entre los 23 seleccionados por Chris Coleman. «Si su perro hubiese sido galés, Flynn lo habría sabido», sentenció John Toshack, el artífice de la renovación en su etapa de seleccionador (2005-2010).

PHILIPPE HUGUEN | AFP

Con abuela materna galesa, Hal también podría haber optado por Nigeria, patria de su padre. El abogado Rechi Kanu, casado con la enfermera Eva Robson, es tío del mito nigeriano Nwanko Kanu, primo de nuestro héroe. El abuelo materno, Ian Robson, era reverendo. Administraba la parroquia de St Mary Abbots, en el barrio acomodado de Kensington. Entre los feligreses figuraban David Cameron, la princesa Diana y Mick Jagger cuyas hijas, compañeras de juegos infantiles del futuro futbolista, fueron bautizadas por el reverendo Robson.

La mansión de los abuelos, con 18 habitaciones, tenía un pasadizo subterráneo que comunicaba con el vecino palacio de Kensington, donde entonces vivían lady Di y la princesa Margarita, hermana pequeña de la reina Isabel II. En su inmenso parque, el mayor de la zona tras los jardines reales, Hal hizo sus primeros pinitos futbolísticos con su hermano David, ahora su solicitado agente, para desesperación del elitista vecindario. Cuentan que el rey Husein de Jordania solía enviar a sus guardaespaldas para que ordenaran a los niños que dejaran de joder con la pelota.

PAUL ELLIS | AFP

Robson-Kanu ingresó a los diez años en la cantera del Arsenal que cinco años después lo descartó por no tener suficiente fuerza, velocidad y altura. Fue repescado por Brendan Rodgers, exentrenador del Liverpool y el Celtic, que dirigía la academia del Reading, club con el que debutó en la temporada 2009-2010. Su carrera en la Premier se limita a los 25 partidos que disputó, casi siempre como suplente, en la campaña 2012-2013, la última de los Royals en la élite. Con una media de 4,2 tantos por curso, el Reading le comunicó en mayo que no contaba con sus servicios por haber sumado sólo tres dianas en 28 encuentros de Championship (segunda).

En la Eurocopa ya ha duplicado los dos goles con los que llegó a Francia como internacional. El 11 de junio entró en juego en el minuto 71 para marcar el gol de la victoria sobre Eslovenia (2-1) en el debut de Gales en una copa de Europa de naciones. Su tanto en el histórico triunfo contra Bélgica, cuando rompió a tres rivales con un quiebro fantástico, le ha valido los elogios unánimes de la prensa británica. «Yes we kan», tituló el Daily Mirror en un juego de palabras con el lema electoral de Barack Obama y su apellido. The Sun ensalzó la «victoria más importante en la historia» de Gales con una fotografía suya y el titular «Kanu believe it!» (¡Te lo puedes creer!).

«Estamos en una nube», declaró el héroe sin empleo en la resaca de la hazaña. «Hace años que trabajamos duro pasa esto. Hemos llenado de orgullo a un país», celebró el culpable de que una lluvia de cerveza bautizara en Cardiff a los miles de creyentes en el nieto del reverendo. «Sueñen, no tengan miedo a soñar», invitó a sus seguidores Coleman tras posar con toda la plantilla y el cuerpo técnico en el césped del estadio Pierre Mauroy de Lille. En el escenario de la gesta, todos juntos formaron la figura de un corazón. El corazón del dragón.