Ridículo desde los once metros

JOSE VALENCIA REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Zaza, Graziano Pelle y Schweinsteiger protagonizaron algunos de los errores más clamorosos

04 jul 2016 . Actualizado a las 07:15 h.

La FIFA establece que en los partidos internacionales las porterías de fútbol deben de medir 7,32 metros de largo y 2,44 metros de alto. Parece un buen hueco para colar un balón desde una distancia de once metros. Sin embargo, no es fácil marcar un penalti. De hecho, todos los clubes tienen a sus especialistas en este tipo de lanzamientos, aunque incluso a jugadores como Messi, se les pueden atragantan.

Los especialistas desde los once metros se quedan al final de los entrenamientos para ensayar los lanzamientos. Suelen ser jugadores con una buena técnica y que sujetan bien los nervios, aunque tampoco faltan los que optan por reventar el balón. Las nuevas tecnologías han complicado la vida a los especialistas. Todos los equipos disponen de vídeos en los que se estudian a los lanzadores del rival, por lo que cada día es más difícil engañar a los porteros.

La historia del fútbol está plagada de lanzamientos ridículos, futbolistas que resbalan a la hora de golpear el balón, balones que van a las nubes, o a las manos del portero al tratar de imitar a Panenka. La tanda de penaltis entre Alemania e Italia, que clasificó a los germanos para las semifinales de la Eurocopa de Francia, fue una de las más nefastas de la historia del fútbol, aunque no la peor, ese ránking lo lidera un partido de la Copa de Oro entre Estados Unidos y Honduras, en 1991, en el que se fallaron nueve lanzamientos.

Ya más cercana, otra tanda de penaltis que quedó para la historia fue la protagonizada por el Steaua de Bucarest y el Barcelona, en la final de la Champions que se disputó en el Sánchez Pizjuán. Se fallaron seis penaltis, entre ellos, los que tiraron Alexanco, Pedraza, Pichi Alonso y Marcos Alonso.

Zaza y Graziano Pellé

De los 18 lanzamientos del partido entre Alemania e Italia hubo algunos fallos significativos en el que los jugadores rozaron el ridículo. Uno de ellos fue el que tiró el italiano Graziano Pellé, es probable que el suyo fuera el peor de los 18 lanzamientos. Primero quiso despistar o poner nervioso a Neuer, indicándole con la mano que lo iba a tirar a lo Panenka. Finalmente, su lanzamiento salió desviado lejos del palo derecho de la portería.

Zaza, que salió en la prórroga como si fuera un gran especialista, hizo una carrera ridícula, dando pequeños pasos y al final mandó el balón al larguero frente a un Neuer, que ni se inmutó. El alemán Schweinsteiger protagonizó otro de los fallos clamorosos de la tanda de penaltis. Tenía la posibilidad de clasificar a Alemania para las semifinales pero su lanzamiento fue pésimo y mandó el balón a las nubes, muy por encima del marco.

Tampoco acertó Bonucci, que había marcado el penalti señalado por el árbitro por las manos de Boateng, aunque no marcó el que le tocó tirar en la tanda de penalti. Falló el quinto penalti de la tanda. No lo tiró fuera aunque si en el partido había sorprendido a Neuer, no lo engañó en la segunda ocasión. Darmian falló el lanzamiento decisivo para Italia. Era un momento de máxima tensión, en una de las tandas de penaltis más largas que se recuerdan. El italiano no lo tiró mal aunque Neuer intuyó el lanzamiento y metió una mano milagrosa con la que pudo desviar el balón. El alemán Hector acertó el suyo y se convirtió en el héroe de la noche para Alemania.