Islandia comparte su felicidad

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La sintonía entre la selección nórdica y sus seguidores ya es una de las imágenes de esta Eurocopa

05 jul 2016 . Actualizado a las 12:45 h.

Islandia sorprendió en la fase de grupos, asombró en octavos de final dejando en la cuneta a Inglaterra y dijo adiós a la Eurocopa en cuartos tras caer con claridad ante Francia por 5-2. Pero la derrota no fue óbice para que jugadores y aficionados dejasen para el recuerdo una de las estampas más entrañables de esa Eurocopa, diametralmente alejada de los incidentes en las calles y en las gradas que fueron noticia en las primeras jornadas del campeonato.

Jugadores, técnicos y auxiliares a pie de campo, junto al banderín de córner, y aficionados apiñados en la grada, todos juntos, unos y otros, aplaudieron al compás, primero con grandes pausas, acelerando paulatinamente. Entre ellos, el presidente, Gudni Johannesson, que prefirió vivir el partido con sus compatriotas y no en el palco. Eran más de ocho millares, y media hora después de que concluyese el encuentro, allí seguían disfrutando de la ocasión y de la felicidad compartida.

Así dijeron adiós a un campeonato histórico, porque nunca antes habían llegado tan lejos en una competición de alto nivel. El seleccionador, Lars Lagerback, que pone el punto y final a su etapa en el banquillo vikingo, lo resumió en una frase: «Fue un viaje fantástico».

En un país de 330.000 habitantes, los que no pudieron desplazarse a Francia para ver los partido en directo tuvieron que conformarse con la televisión o las pantallas gigantes. Y casi nadie se lo perdió. El duelo de octavos ante Inglaterra tuvo un 99,8 % de audiencia.

Ahora llega lo más complicado para el combinado islandés, porque en el fútbol nunca es fácil coger la ola buena y menos aún para los equipos modestos. No será fácil repetir el éxito que supone meterse entre los ocho mejores del continente, pero ese es el nuevo desafío para la selección vikinga que cautivó y conquistó con su manera amable de entender la competición. De momento, el primer reto en el calendario es lograr el pasaporte para el Mundial de Rusia.