Cummings, primer rey de los Pirineos

Europa Press

DEPORTES

JUAN MEDINA

El ciclista británico se impuso en la primera etapa pirenaica. El belga Van Avermaert mantiene el maillot amarillo

08 jul 2016 . Actualizado a las 20:16 h.

El británico Stephen Cummings se impuso en la séptima etapa del Tour de Francia, la primera de alta montaña en los Pirineos, al culminar en solitario una larga escapada. El ciclista del Dimension Data, de 35 años, consiguió su segundo triunfo en la ronda gala, tras la conseguida la pasada temporada en Mende y sumó la cuarta parcial para su equipo en esta edición, tras las tres de su compatriota Mark Cavendish.

Cummings se escapó de la fuga en el ascenso al puerto de Aspin, de primera categoría, junto con el español Dani Navarro, del Cofidis, el sudafricano Daryl Impey, del Orica, y del italiano Vincenzo Nibali. En la meta del Lago Payolle, Impey, que en 2013 fue el primer africano en vestirse de amarillo en el Tour, fue segundo por delante de Navarro, que entraron a algo más de un minuto en la meta, por delante de Nibali.

El belga Greg van Avermaert, que estuvo en la fuga, fue quinto y amplió su renta en la general con respecto al grupo de favoritos, que perdió algo de tiempo después de que la pancarta de último kilómetro cayera sobre la carretera en el momento que pasaba el pelotón. Por suerte, esa pancarta de material inflable, no tiene gran peso, y no hubo que lamentar heridas de consideración. Tras el parón todo el grupo junto hasta meta. «Ha sido increíble», resumió Contador.

Tampoco sufrió daños la general. Avermaet aventaja en 6.36 minutos al francés Julian Alaphilippe (Etixx) y en 6.38 a Alejandro Valverde (Movistar). Chris Froome, Nairo Quintana y Fabio Aru siguen a 6.42 y Contador a 1.21 minutos de sus rivales directos. El esperado estreno del tríptico pirenaico ofrecía un recorrido ondulado, sin grandes dificultades hasta el Aspin, el primer puerto de primera de la presente edición, con la cima a 7 kilómetros de la inédita meta del Lago de Payolle. Un primer examen, en teoría, para los favoritos, que quedó en un simple aperitivo que recordarán por el episodio del arco, no por la batalla en la carretera.

La fuga del día fue multitudinaria. Nada menos que 29 corredores en una expedición que también incluía al maillot amarillo Van Avermaet y al italiano Vincenzo Nibali. La presencia del «Tiburón» incomodó al Sky y Movistar, que no se fiaban del siciliano a pesar de estar alejado en la general en 14 minutos. Ambos equipos asumieron el gasto de la caza poniendo al frente a sus respectivas locomotoras. La ventaja del numeroso grupo fue cayendo hasta los 4 minutos, momento en que Cummings salió del grupo con Dani Navarro, Duchesne (Direct) y Breschel (Cannondale).

Con Nibali bajo control el grupo de favoritos subió a ritmo los 12 kilómetros del Aspin (1a). Como si de un pacto se tratara, nadie atacó. Fuerzas que quedaron para la próxima cita, que ya será «palabras mayores», como dijo Contador, que salvó el día mientras se van curando sus heridas. Quien sí atacó, y mucho, fue Cummings. El británico salió disparado en las primeras pendientes del Aspin y no se le volvió a ver el dorsal. Fue abriendo diferencias sobre todos los rivales. Coronó el puerto con un minuto de ventaja y se lanzó en el descenso imparable hacia la victoria. La cuarta de la temporada tras las firmadas en la Tirreno, Vuelta al País Vasco y Dauphiné.

Cummings, un ciclista procedente de la pista, fue campeón del Mundo de persecución en 2005 y subcampeón olímpico en Atenas 2004 junto a Wiggins. También dejó su sello en la Vuelta en 2013 ganando en Ferrol. Este sábado se disputa la octava etapa, la segunda pirenaica, entre Pau y Bagnéres-de-Luchon, de 184 kilómetros. Recorrido con cuatro puertos; para empezar el Tourmalet (categoría especial), para seguir con la Hourquette D'Arcizan (2a), Val Louron (1a) y Peyresourde (1a), con la cima a 16 kilómetros de meta.