Bruno Hortelano: «Me gusta el sueño americano»

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS RÍO DE JANEIRO / ENVIADO ESPECIAL

DEPORTES

Paulo Alonso

Graduado en ingeniería biomédica en Nueva York, en la Villa lee sobre la historia del cáncer «para desconectar»

16 ago 2016 . Actualizado a las 17:07 h.

Bruno Hortelano (Wollongong, Australia, 1991) es campeón de Europa de 200 metros. Ganó el título y un vídeo viral por su genial reacción cuando supo que tenía el oro por la descalificación del holandés Churandy Martina. Hijo de científicos, criado en Toronto y graduado en Ingeniería Biomédica en Cornell (Nueva York), medita cada respuesta con un discurso alejado de tópicos. En la villa lee un libro sobre la historia del cáncer, «para desconectar un poco».

-Hace un mes «solo» era un gran atleta, ¿cómo lleva ser famoso por el vídeo viral del Europeo?

-Intento decir que sí a las entrevistas y a las fotos. Es bueno que el deporte español salga en las noticias. Y no me ha afectado a nivel psicológico, o simplemente para darme confianza. Con mi entrenador hicimos la planificación en agosto considerando todos los factores, la pista cubierta, cuándo íbamos a lograr la mínima olímpica... El Europeo de Ámsterdam caía en ese plan. Imaginábamos que podía salir bien, pero no tanto. Otro paso importante fue [la liga de diamante de] Londres, para medirme a los mejores. Ahora ya sé como va a ser la experiencia y quiero tener mucha tranquilidad, con pocos entrenamientos y de muy buena calidad para el día 16.

-¿Cómo se ve con los mejores?

-Noto que puedo competir con ellos. Y si tengo un buen día puede pasar cualquier cosa. No es que esté a un kilómetro; me noto bastante cerca de los mejores.

-Viene con expectativa de mejorar marca y ser finalista.

-Quiero disfrutar cada paso. Tomarme la ronda y la semifinal como una final. Me encantaría hacer marca personal, la pista es muy buena y no veo por qué no puedo seguir mejorando. Por sensaciones he ido progresando. Pinta bien. Y ya en cuanto a la final, puestos, ránking, medallas... Voy a pelearlo, pero no depende solo de mí, así que tampoco quiero pensar en eso. El oro de Ámsterdam fue algo que pasó solo.

-¿Bolt ya le mira de otra forma?

-Él está muy ocupado. No sé si me mira de otra forma porque no sé si me mira. Pero me da igual. Muchos no me van a conocer, pero espero que después de estos Juegos me vean de otra manera.

-Una vez en la final, ¿cuidado con usted?

-Una vez en la final se lo puede llevar cualquiera.

-¿La puede ganar cualquiera?

-Se la puede llevar cualquiera. No me gusta pensar en medallas. Cuanto más hablas, más lejos se pone, más presión hay. Conseguir una medalla sería una pasada.

-No tiene molde de velocista.

-Del molde hasta ahora, puede ser. No soy especialmente voluminoso, pero sí fibroso. Lo importante de la velocidad es tener potencia para mover la masa que llevas. Y alguno que es muy grande, tendrá muchísima potencia y pesa bastante más. Yo soy genéticamente así, lo intenté cambiar, subir en masa, hacer más pesas. Ya puedo levantar más en el gimnasio, pero mi volumen no sube.

-¿Qué le aportó «sobrevivir» en una universidad americana?

-Me enseñó a competir porque allí todos son buenos. Tienen muchos velocistas de calidad. Uno puede ser el mejor hoy, y mañana es otro. Y el año que viene el que gana el Universitario es un desconocido. Su nivel se ve en los trials. Allí, si quieres ser competitivo, tienes que creértelo, ¡porque hay tantos!

-La próxima temporada vuelve a Cornell. ¿Para ser oncólogo o por los entrenamientos?

-A entrenar. Mi plan de estudiar medicina queda para el futuro.

-¿Qué es lo que más le gusta de la cultura americana?

-Hay mucha diversidad. Me gusta la seriedad al entrenar y la planificación de un año con rigidez en microciclos y macrociclos. Y el optimismo que tienen. Me gusta el american dream, el sueño americano, que cualquiera puede llegar a ser el mejor. Me ha ayudado a creer que puedo llegar a la cima.

-Nació en Australia, se crio en Canadá, estudió en EE.UU.. Como atleta, ¿qué tiene de español?

-La genética, tengo sangre española por mis padres y abuelos. Y lo que me han inculcado mis padres, los valores, viene de casa, los aprendí en mi vida española.

-¿Cuáles son sus referentes en la vida?

-Mis ídolos, mis héroes, siempre han sido mis padres, siempre he querido vivir una vida como ellos, con aventura, viajando, haciendo amigos por todo el mundo y siempre transmitiendo amor.

-E investigar.

-O tirar hacia una pasión que aún estoy formando. Una es el atletismo, y en el mundo médico y de investigación, estoy encontrándome.

«Al competir me olvido incluso de que hay una carrera, solo quiero disfrutar»

-¿Qué cree que le hace diferente como atleta?

-Físicamente no hay mucha diferencia con el resto. Lo importante son dos cosas. Primero, que siempre tuve un sueño y he creído en él; y además, he planificado y he perseverado. La constancia, sin saltos muy grandes, avanzando cada día, la tuve.

-¿Ese sueño era estar aquí o todavía está por hacer?

-Está por hacer. Prefiero no decirlo y es un poco abstracto. Cuando acabe todo, a ver si lo puedo explicar mejor. Estar aquí, desfilar, es parte de ese sueño. Yo con 8 años veía a los olímpicos como dioses. Ver la apertura por la tele y ahora estar en persona es como transportarme a través del tiempo y que ese niño ha podido disfrutar, sentir la emoción e incluso llorar.

-Fue un niño consciente de que quería ser atleta.

-No. Yo de pequeño jugaba al atletismo. Mis padres me enseñaron que lo importante era mejorar y no compararme. Era un niño bajito, muy delgado y no siempre ganaba. Si hubiese basado mi éxito solo en ganar carreras, no hubiese durado. Poco a poco me iba acercando. Y hace cuatro años logré la mínima de Londres, aunque fuera de plazo, y vi que sí, que ya puedo.

-¿Cómo enfoca a nivel mental las carreras?

-Busco que el último entrenamiento sea muy bueno, aunque sea poca cosa, para ir con confianza. En la pista quiero fluidez del cuerpo. No intento hacer demasiado. Y al entrar a competir, me olvido de todo, de la estrategia, de todo, e incluso de que hay una carrera, solo quiero disfrutar.

-¿Se ve por debajo de los 20 segundos o es muy complicado?

-Me veo por debajo de los 20 segundos en algún momento, pero depende de la circunstancia, del momento.