Echávarri iza la vela gallega en Río

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS RÍO DE JANEIRO / ENVIADO ESPECIAL

DEPORTES

Espectáculo en la bahía
Ayerra

El campeón olímpico de Pekín parte con el oro de la Copa del Mundo de Hyères como aval

10 ago 2016 . Actualizado a las 07:38 h.

Durante los últimos días los imprevistos con el material frenaron las rutinas del pontevedrés Fernando Echávarri y la canaria Tara Pacheco. Ajustes en el Nacra 17 que le robaron horas y más horas. Tantas que el patrón del barco evitó la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos en Maracaná, con la intención de optimizar el tiempo y el descanso. Hoy por fin arrancan el desafío olímpico (16.00) en la bahía de Guanabara. Sin fijarse una meta clara, pero sin renunciar a nada, porque forman un tándem de prestigio. Porque el regatista del Náutico de Sanxenxo ganó el Europeo, el Mundial y el oro de Pekín en tornado junto a Antón Paz, y su compañera logró igual círculo virtuoso en el 470 con Berta Betanzos, aunque se le resistieron los Juegos de Londres. El viernes arrancarán los otros dos regatistas gallegos, el 49er FX de la pontevedresa Támara Echegoyen y la cántabra Berta Betanzos y el 49er del barbanzán Iago López y el santanderino Diego Botín. «Llegamos en nuestro mejor momento. Como no hemos tenido una preparación muy larga, hemos ido a más. Estamos muy contentos y con ganas», resume Echávarri. «Vamos a luchar a fondo, como siempre».

Tiene cuatro días de regatas por delante antes de la medal race. Arranca en el campo de Pao de Azúcar, adonde volverán para decidirse las medallas. Una zona protegida del oleaje, pero algo inestable en cuanto al viento por efecto del gran cerro que da imagen a la ciudad.

Mañana, mar abierto

Sobre el papel, los españoles encaran mañana su día más complicado, en el mar abierto de Copacabana y bajo la influencia de una borrasca. Para volver el sábado y domingo a campos de regatas en teoría más estables y tranquilos como los de Ponte y la Escola Naval, de nuevo dentro de la bahía de Guanabara.

«En condiciones de viento y ola, nos faltaba esa agilidad y experiencia de llevar dos años menos de pruebas en esta clase. Tengo la experiencia de los 40, pero me falta la agilidad de los 20. A los jóvenes les cuestan otras cosas», razona Echávarri.

El viaje hasta los Juegos comenzó de nuevo para ellos hace año y medio. Echávarri había participado en la Volvo Ocean Race como patrón del Telefónica Negro, luego tanteó la clasificación olímpica para Londres en star, y había sido entrenador de Tara Pacheco e Iker Martínez en el arranque de este ciclo olímpico en la clase Nacra 17, antes de entrenar a otros equipos. En noviembre del 2014 se unieron para competir juntos en Río. Se clasificaron para los Juegos sin perder una sola regata ante rivales españoles durante el proceso de selección y recibieron en primavera el empujón definitivo con la victoria en la Copa del Mundo de Hyères, en Francia. Aquel oro les ofreció la confianza que les faltaban por la escasa preparación que tenían a sus espaldas. Habían sido decimoterceros en el Mundial, cuartos en el Trofeo Princesa Sofía y ahora llegaban a la cima.

Porque el suyo nació como un proyecto muy sencillo, con pocos medios y con Santi López Vázquez como entrenador. Un técnico también laureado como regatista, por su condición de campeón mundial y europeo de 49er y diploma olímpico por su cuarto puesto en Sídney 2000.

El cuarto puesto en Weymouth (Reino Unido) hace dos meses, solo por detrás de los barcos del Reino Unido, Alemania y Francia, afianzó la condición de aspirantes al podio olímpico de Echávarri y Pacheco. Y las últimas semanas de trabajo intensivo en Guanabara trataron de cubrir la adaptación que otros rivales llevaban haciendo durante años a los campos de regatas de Río.

Francia, tetracampeón mundial

Pese a ligeros contratiempos, todo ha ido encajando. Aunque Echávarri, curtido por el salitre de mil y una regatas, no quiere hablar de resultados, de podios, de objetivos. El barco francés, campeón en los cuatro únicos Mundiales de Nacra 17, parte como favorito. «Después, hay dos medallas a repartir entre Australia, Dinamarca, Italia, Inglaterra, Suiza, Austria, Holanda y España, porque hay que creer», comentaba hace unas semanas. 

El Nacra 17 español reúne, además, a dos regatistas que fueron patrones antes. Dos cocos en un mismo barco, que alcanza velocidades por encima de los 20 nudos y se despega del mar. Porque semivuela, y esa radicalidad lo hace diferente al tornado que llevó a Echávarri a la gloria en la bahía de Qingdao, en el sureste de China. «Este Nacra 17 tiene los mismos fundamentos técnicos, pero supone una evolución de diseño, más moderno, arriesgado y muy rápido», explica el pontevedrés.

Hoy ya toca navegar en Guanabara, en aguas sucias, un entorno de postal y el gran escenario de los sueños olímpicos.