La derrota engrandece a Nadal y a Del Potro

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

LUIS ACOSTA | Afp

Las figuras de los dos tenistas se rehabilitan después de un titánico torneo olímpico

15 ago 2016 . Actualizado a las 18:41 h.

Rafa Nadal ha ganado 14 torneos de Grand Slam y es dos veces medalla de oro en los Juegos Olímpicos (la última, en Río 2016 en el doble con Marc López). Pero pocas veces ha recibido tanto cariño y admiración como después de su extenuante torneo olímpico en Brasil. Lo mismo le sucede a su verdugo en semifinales Juan Martín del Potro, argentino que perdió la medalla de oro a manos de Andy Murray, pero que, como el balear, se han recuperado para la élite en un inolvidable torneo olímpico.

Nadal afrontó el torneo olímpico como si fuera un crío que comienza su carrera, con ganas de comerse el mundo, y obviando las secuelas y los dolores de una lesión de muñeca que le ha apartado de los torneos de la ATP los últimos meses. El abanderado de España en Río 2016 estuvo más de 23 horas sobre las pistas del centro olímpico de tenis. El tenista español, número cinco del mundo, afrontó casi todos los días de torneo una doble sesión de partidos. Totalizó once encuentros. Cinco en el torneo de parejas y seis en el de individuales.

Fernando Maia | Efe

«He tenido que competir aquí sin entrenar, he dado todo lo que tenía y creo que he competido a un buen nivel. Ha sido una experiencia fantástica, la he disfrutado todo lo que he podido. He luchado hasta el final, pero estaba muy cansado, la verdad. Desde el comienzo me ha costado mucho y he estado vacío de energía. Ha sido una semana durísima para mí después de dos meses sin competir y no ha podido ser», comentó Nadal tras caer ante Nishikori en un duro partido por el bronce. Mientras, la afición volvía a vibrar con su juego como en las grandes citas, emocionada por el esfuerzo de un deportista para el recuerdo.

Poco después, Del Potro hincaba la rodilla ante Andy Murray. «Me dejé hasta la última uña. No me quedan uñas en los pies. Para mí es un honor que la gente lo disfrute«, dijo el tenista argentino tras el enésimo y angustioso esfuerzo. La plata es un digno final para la historia de Cenicienta de Del Potro, un tenista brillante masacrado por las lesiones en las muñecas. Arrancó en Río casi sin esperanzas frente al mejor tenista del momento, el serbio Novak Djokovic («Cuando vi el sorteo y vi que era Djokovic, pensé: 'Ok, va a ser un torneo corto para mí'», bromeaba el propio Del Potro), pero el argentino no tuvo que hacer pronto las maletas.

MARCOS BRINDICCI | reuters

Sucumbió a sus derechazos el actual número uno y días después cayó en semifinales otra de las raquetas más potentes del circuito, la de Nadal. También el campeón olímpico, Murray, pasó apuros en varios momentos de la final en la arena carioca de Barra da Tijuca. Siempre animado por su ruidosa afición y siempre con lágrimas de emoción en sus ojos, Del Potro se reencontró con el tenis de élite y recordó lo que pudo ser su carrera de no mediar las lesiones.  «Esto va a estar en mi memoria por el resto de mi vida», dijo en el podio. Antes, reconocía que no podía más: «Era tremendo el cansancio que tenía. Estuve descompuesto al principio con ganas de vomitar. A causa del cansancio. Casi no podía ver la pelota».