Rafa Nadal se planta en la final del Abierto de Australia tras superar a Grigor Dimitrov

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

MADE NAGI | Efe

El tenista español volverá a verse las caras en una final de un Gran Slam con Roger Federer tras haber imponerse en una agónica semifinal al búlgaro (6-3, 5-7, 7-6, 6-7 y 6-4)

27 ene 2017 . Actualizado a las 22:45 h.

Rafa Nadal lo ha vuelto a hacer. El tenista español se ha plantado en la final del Abierto de Australia tras imponerse en una agónica semifinal a cinco sets al tenista búlgaro Grigor Dimitrov (6-3, 5-7, 7-6 (5), 6-7 (4) y 6-4) en poco más de cinco horas.

En la final (domingo a las 9.30 horas) lo espera Roger Federer, que doblegó a su compatriota Wawrinka en la otra semifinal.

En un agotador encuentro, con Nadal peleando en los dos desempates con todas sus armas, ganando el primero de ellos, clave para apuntarse el segundo parcial en 70 minutos, cediendo el segundo ante el virtuosismo de Dimitrov, y demostrando en el quinto su fe y coraje, al salvar dos puntos de rotura con 4-3 para Grigor, el español avanzó a la final número 21 de su carrera del Grand Slam.

Nadal, de 30 años, se sobrepuso a esos momentos clave, y también a los 79 golpes ganadores de Dimitrov y a su fe ciega en una victoria que tuvo muy cerca, pero el zurdo español, cuya derecha le abandonó en algunos momentos, logró ganar el encuentro, el segundo más largo de este torneo hasta el momento, superando las cuatro horas y 49 minutos del duelo de segunda ronda entre el uzbeco Denis Istomin y el serbio Novak Djokovic.

GREG WOOD | AFP

Federer había ganado en la otra semifinal a su compatriota Stan Wawrinka, también en cinco sets, por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3. La última vez que se necesitaron cinco mangas en ambos duelos de semifinales de un Grand Slam fue en Roland Garros en el 2009, con Federer derrotando al argentino Juan Martín del Potro, y el sueco Robin Soderling haciendo lo propio con el chileno Fernando González.

Este domingo Rafa Nadal revivirá uno de los grandes duelos de la historia del tenis, épicos la mayoría de ellos, contra Federer, a quien domina en el «clásico de los clásicos» de este deporte por 23 victorias a 11.

Será la repetición de la final del 2009, con victoria de Nadal entonces por 7-5, 3-6, 7-6, 3-6 y 6-2 después de cuatro horas y 23 minutos, histórica porque el tenis español logró por fin ganar el Grand Slam que faltaba, y en la que el suizo acabó llorando en la entrega de premios.

Su frase diciendo «Díos esto me está matando», porque Nadal le impidió entonces igualar los 14 grandes del estadounidense Pete Sampras, quedó en la retina de todos los espectadores, al igual que el abrazo de Rafa que acudió a abrazarle inmediatamente para consolarle. El español volverá a una final de un Grand Slam por primera vez desde que ganó su noveno título en Roland Garros, en el 2014. 

FILIP SINGER | Efe