Complicado camino hacia la décima

Ricardo Molinelli ESTAMBUL / EFE

DEPORTES

SEDAT SUNA | EFE

El Real Madrid abre su Final a Cuatro midiéndose al anfitrión en semifinales, el Fenerbahce turco

19 may 2017 . Actualizado a las 08:04 h.

El Real Madrid aspira a conseguir su décima Copa de Europa ante uno de los rivales más complicados, el Fenerbahce turco que llega crecido a su Final a Cuatro de Estambul en la que quiere certificar su primer trono europeo.

Por palmarés el Real Madrid arrasaría al Fenerbahce. Nueve títulos por ninguno es un balance que no admite discusión, pero el equipo turco lleva años invirtiendo mucho dinero para poder subir al trono europeo por primera vez y la ocasión le parece pintiparada. Será la tercera Final a Cuatro consecutiva para los de Zeljko Obradovic, para Míster Euroliga que acumula nada menos que ocho entorchados de forma individual con cuatro equipos distintos.

En el 2015, en Madrid, los españoles supieron ganar a un inexperto Fenerbahce en estas lides, y ahora se enfrentará de nuevo hoy (20.30 horas, Movistar 0) en Estambul, con la afición turca volcada. En el 2016 llegó la revancha para los otomanos y el conjunto turco ganó al Madrid en la eliminatoria de cuartos por un contundente 3-0. Los de Obradovic llegaron a la final pero cayeron ante el CSKA.

Un adversario crecido

Ahora, en casa, quieren subir el último escalón y ganar su primer título para sus vitrinas y para todo el baloncesto turco que nunca ha conseguido reinar en Europa pese a ser los más poderosos, económicamente hablando, en los últimos años. El Fenerbahce llega crecido a la fase final después de haber arrasado al Panathinaikos con el factor cancha en contra por un rotundo 0-3.

Las lesiones de los de Obradovic han quedado atrás y con una plantilla de relumbrón al pleno de posibilidades han enseñado los dientes. El Madrid es consciente de la fortaleza del rival, de que jugará con el ambiente en contra y de que deberá hacer un gran partido si quiere jugar la final el domingo y poder luchar por la Décima, pero su liderazgo en la fase regular y la mayor presión de los turcos por jugar en casa también pueden pesar en la decisión. «El ambiente da igual, es una final», dijo Laso antes de viajar a Estambul.

Con dos plantillas de lujo, el partido entre Fenerbahce y Real Madrid podría ser perfectamente una final. «No nos da vértigo jugarnos gran parte del éxito a un partido. La Final Four me transmite ilusión, no vértigo», apuntó el técnico. Laso pasó revista al Fenerbahce. «Tiene un gran juego exterior, jugadores de pick and roll, con bote, muy agresivos como Sloukas, Bogdanovic y Dixon con mucha amenaza de tres puntos. Luego tiene un juego medio con Kalinic, Datome, Nunnally y Antic que se mueven en posición de 3-4 y tienen un buen tiro exterior, pueden ir al poste, rebotean, son buenos defensores y luego, por supuesto, dos pívots muy dominantes como son Udoh y Vesely».

Pero el Madrid no se queda atrás en ninguno de los puestos de juego y llevan demostrando toda la temporada que su fiabilidad es muy grande y que, sobre todo, en los partidos importantes hay que contar con ellos.

Dos viejos conocidos

Ekpe Udoh les hizo un traje bajo los aros (en el argot baloncestístico) el año pasado, pero ahora están más avisados. Los dos entrenadores se conocen a la perfección -Obradovic incluso llegó a entrenar a Laso-y habrán preparado «algunas cosas» nuevas para confundir al rival y sacar provecho de situaciones especiales.

Los pequeños detalles decidirán, como dicen los entrenadores, en un partido que se presume intenso, duro y muy cerrado en su desarrollo y conclusión. «Una auténtica guerra», como advirtieron algunos jugadores del Real Madrid. De superar el duro envite, los blancos se las verían el domingo con el vencedor de la otra semifinal, que también hoy (17.30 horas, Movistar 0) enfrenta al CSKA de Moscú y al Olympiacos. La décima no tiene un camino de rosas por delante.