¿Es posible un nuevo milagro de Cleveland en la final de la NBA?

dpa

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Kyle Terada | REUTERS

Al igual que el año pasado, llegan a su cancha con el marcador en contra. Fue allí donde se reconciliaron con las victorias

07 jun 2017 . Actualizado a las 09:21 h.

El libreto de la final actual de la NBA parece haber sido escrito por el mismo guionista del año pasado. O al menos el mismo que redactó la primera parte. Al igual que en el 2016, los Golden State Warriors se impusieron con una increíble facilidad a los Cleveland Cavaliers en los dos primeros desafíos de la instancia decisiva celebrados en Oakland. La serie se muda mañana al Quickens Loans Arena de Cleveland, en donde el año pasado los Cavs se reconciliaron con las victorias. Fue el primer paso de una milagrosa recuperación que los llevó de estar abajo 1-3 a llevarse el título.

Pero estos Warriors son diferentes a los de hace 12 meses y la máxima figura del baloncesto de los Cavaliers y del planeta, LeBron James, lo sabe. «La diferencia es K.D. (Kevin Durant)», reconoció LeBron.Y es que ni siquiera el número 23 de los Cavaliers jugando a un nivel extraterrestre y al estilo de Michael Jordan ha podido hacerle mella a los Warriors. A la caza del esquivo anillo, Durant le dado una nueva fisonomía a unos Warriors ya de por sí temibles, pero que con el espigado jugador se han transformado en una maquinaria ofensiva que para algunos especialistas pudiera ser la mejor de la historia. «Honestamente tengo que decir que este es uno de los equipos con la mejor ofensiva que he visto», reconoció a ESPN Byron Scott, quien jugó con los Lakers de Magic Johnson, considerado uno de los quintetos más potentes de la historia. «Tienen muchas armas, muchos anotadores».

Además de Durant, los Warriors cuentan con hombres como Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, pero está claro que en esta final ha habido una figura por encima de todos. Y es precisamente Durant la razón por la que la mayoría coincide en que lo que sucedió el año pasado no se repetirá. Fue Durant el que se encargó de demoler las esperanzas de Cleveland cada vez que los Cavs se acercaron al marcador en el segundo encuentro. Fue él además quien mantuvo a flote a los Warriors en la primera mitad del domingo, pese a que incurrieron en 13 pérdidas de balón en ese lapso. Y es él la razón por la que LeBron aseguró que para el miércoles los Cavs deben jugar casi a la perfección si no quieren despedirse del título. «Los forzamos a cometer 20 pérdidas de balón y aun así nos ganaron muy fácilmente», consideró. «Así que tenemos que mejorar mucho».

La pregunta es si será posible realmente para los Cavs mejorar tanto como para sobrepasar a Durant y los Warriors. El año pasado, por ejemplo, les costó bastante y se les abrió una puerta clave cuando Green fue suspendido y no pudo jugar en el sexto desafío. También les costó pese a que Golden State tenía a Harrison Barnes, un buen alero pero que no se acerca al nivel de Durant, el hombre que lo sustituyó en el quinteto titular. De hecho, Barnes produjo 65 puntos en total en los siete juegos de la final, mientras que en solo dos, ya Durant suma 71 unidades.

También a la defensiva ha habido diferencias notables, puesto que Barnes sumó cuatro bloqueos en los 24 partidos de playoffs del 2016, mientras que Durant nada más en el segundo juego de la final logró cinco.«Somos otro equipo», apuntó el armador de los Warriors, Shaun Livingston. «Tenemos a un monstruo como Kevin Durant». Está claro que aún queda camino por recorrer. En Golden State se saben de memoria el libreto. Todos tienen el recuerdo, muy fresco todavía, de lo que sucedió. «No somos los campeones. No tenemos el trofeo. Así que hasta ahora no hemos hecho nada. Sólo estamos 2-0 arriba, pero nos faltan dos juegos más», manifestó el gerente general de los Warriors, Bob Myers. «Ya pasé por lo mismo y no ganamos». Pero este año la película no es la misma. Y Durant parece empeñado en cambiarle el final.