Armée reina en Santo Toribio y Froome se abraza al maillot rojo

Alexandre Méndez REDACCIÓN / LA VOZ

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JOSE JORDAN | Afp

Vincenzo Nibali se dejó veinte segundos en meta sobre Froome, que se afianza en el liderato a 1.36 del italiano

08 sep 2017 . Actualizado a las 01:55 h.

El monasterio de Santo Toribio fue testigo el jueves del primer triunfo como profesional de Sander Armée (Lotto Soudal). El belga vivió así su particular éxtasis místico allí donde el Beato de Liébana pasó buena parte de su vida durante la Alta Edad Media, tras deshacerse en la subida final de los últimos compañeros de fuga con los que compartió la jornada.

La etapa, de media montaña y con un corto pero duro final en alto, cumplió los pronósticos que apuntaban al éxito de una escapada. Y en buena medida fue así porque lo quiso el Sky, que tras el mal día de su jefe de filas en Los Machucos intentó que la jornada transcurriese tranquila.

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Sin embargo, después de que el resto de hombres fuertes descubriesen la debilidad del británico, quisieron volver a ponerle a prueba en el escenario en el que el famoso monje mozárabe escribió su Comentario al Apocalipsis de San Juan, soñando con cambiar el nombre del santo por el de Chris Froome. En cambio, tras responder junto a su equipo a todos los órdagos, salvo el de un Fabio Aru que no le suponía una gran preocupación en la clasificación general, esta vez fue el líder el que se tomó la revancha respecto a Nibali, al que aventajó en 21 segundos en meta tras un ataque que solo Contador y Michael Woods (Cannondale) pudieron resistir.

El madrileño del Trek, fiel a su estilo, que ha llevado a las máximas cotas en esta Vuelta, soñó con repetir la aventura que le dio el triunfo en la ronda española en el 2012 tras su ataque desde lejos en la etapa de Fuente Dé. Y para ello volvió a intentarlo, como entonces, en la Collada de la Hoz, después de que el Katusha de Zakarin abriese las hostilidades.

Pero esta vez no hubo factor sorpresa, y pese al zafarrancho que se desató en esa ascensión, solo Aru, que ya se había destacado anteriormente, logró irse del grupo de favoritos con la connivencia del Sky en una escapada imposible que, finalmente, apenas le reportó un puñado de segundos. Prácticamente los mismos que recuperó Froome ante un Nibali que acusó la explosividad del puerto pero que, ya sea hoy en otra etapa de media montaña de 149,7 kilómetros entre Caso y Gijón (Teledeporte-La 1, 14.45 horas), o mañana camino del Angliru, intentará apurar sus últimas opciones.