El Real Madrid, otra vez en el diván

f. pastor REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Eddie Keogh | Reuters

Zidane abandona su aura de intocable tras dos derrotas consecutivas, mientras se acusa a su equipo de haber perdido apetito, vigor y añorar a James y Morata

03 nov 2017 . Actualizado a las 08:40 h.

Dos derrotas consecutivas, lecturas controvertidas de partidos, titulares indiscutibles cada vez más discutidos o discurso lineal son algunos de los argumentos que han llevado a Zinedine Zidane a perder su aura de «intocable» y quedar expuesto a la crítica mientras los resultados del Real Madrid flaquean. 

DERROTAS

Dudas en la Champions y problemas en la Liga

La derrota 3-1 ante el Tottenham del miércoles llegó solo tres días después de caer 2-1 ante el Girona, dos resultados que generaron enormes dudas sobre un Real Madrid diseñado para ganarlo todo y para marcar un ciclo sostenido en el fútbol continental. El equipo blanco sigue aspirando a los títulos, pues la temporada está en sus albores. Pero en la Liga está a ocho puntos del Barcelona, toda una losa, y en la Liga de Campeones parece abocado a ser segundo de grupo y esperar a un primero como rival. Es decir, encomendarse a la suerte si no quiere tener un cruce duro. 

dato

Baja forma

La gravedad de la situación no llega tanto por los resultados, sino por la imagen que está ofreciendo. Con su entrenador al frente. En el mítico Wembley se manifestaron una por una todas las carencias que está mostrando el Real Madrid en las últimas semanas. Un equipo larguísimo, con problemas para desordenar a su rival, con una fragilidad defensiva impropia de un grande y con muchos jugadores en evidente baja forma. Son los casos de Marcelo, Sergio Ramos, Modric o Benzema. Además, Cristiano Ronaldo, que lleva 6 goles en la Champions, solo ha marcado uno en la Liga.

los rivales

Zidane se atasca ante un rival con tres centrales

Por segundo encuentro consecutivo, un rival le planteó un partido con tres centrales y líneas muy juntas. Y el Madrid volvió a bloquearse. Como ocurrió ante el Girona, Zidane adelantó a sus laterales y llenó el equipo de delanteros. Sin resultados, salvo evidenciar un notorio desorden. El equipo de Londres fue idéntico al de Gerona, lo que alimentó la idea de quienes dicen que Zidane tiene una especie de «trato de favor» con algunos, independientemente de su estado de forma.

la plantilla

Jóvenes sin curtir

El discurso de Zidane tras la derrota de Wembley fue idéntico al de tres días atrás: «No estoy preocupado y nunca lo voy a estar». Pareció una consigna desde dentro, pues Cristiano Ronaldo se manifestó con idéntica tendencia: «La gente olvida muy rápido lo bueno. Crisis jamás. Podemos perder tres o cuatro partidos, pero nunca hay crisis. No hay que olvidar lo que hemos hecho». Pero lo cierto es que el Madrid no es el mismo de la campaña pasada y ya han aparecido las críticas por deshacerse de jugadores de peso -Pepe, James Rodríguez o Morata- y apostar demasiado pronto por jóvenes de evidente talento, pero a los que les falta aún un tiempo para madurar, como Theo, Achraf, Ceballos o incluso Marco Asensio, con bastante menos presencia en el juego de lo que se esperaba al final de la campaña pasada. 

el físico

Muchas lesiones

Tantos problemas en la Liga y la última actuación en la Champions han dejado dudas incluso en el aspecto físico, ya que el Madrid fue incapaz de frenar la velocidad del Tottenham y de oponer resistencia a un Girona que se empleó a fondo. Al Madrid le pesan las constantes lesiones de un Gareth Bale del que se duda que pueda tener continuidad más allá de un par de partidos. También le pesan las ausencias de Carvajal o incluso la de Keylor Navas en las últimas jornadas.

Un grupo que amenaza con caer en la autocomplacencia

Zinedine Zidane rechazó hablar de crisis después del severo castigo en Wembley, pero en el club blanco se han encendido las alarmas. Los síntomas del enfermo son preocupantes: ha perdido el apetito, está lento, se emplea con poca intensidad frente a contrarios más vigorosos, le cuesta levantarse y los resultados de las analíticas presentan valores alejados de los parámetros normales.

Las estadísticas no importan tanto en el fútbol como en otros deportes, pero algunas son relevantes: a estas alturas de curso, el Real Madrid ha marcado 36 goles, 20 menos que el curso pasado, y ha cosechado tres derrotas más en 18 partidos oficiales. Ante el Tottenham, solo hizo seis faltas y la primera y única del primer tiempo se produjo en el último minuto.

«Cada uno puede pensar y opinar cosas y a lo mejor todos no estamos al mismo nivel, pero mis jugadores tienen experiencia, son campeones y esto lo vamos a cambiar», enfatizó Zidane tras la derrota de Londres. Una crítica implícita a figuras como Marcelo, que perdió 29 balones en Wembley, Toni Kroos, Luka Modric y Cristiano, muy por debajo de sus prestaciones y señalados por un sector de la crítica que les acusa de reservarse en una temporada de Mundial.

A Zidane se le reprocha no preparar tácticamente los partidos como sí hizo Pochettino, que ha transformado al Tottenham en un equipo de autor, de no acertar en los cambios y de no recurrir a la segunda unidad con la confianza del pasado ejercicio. Apenas hay noticias de los Ceballos, Theo, Llorente o Mayoral, los refuerzos llegados este verano. Se aseguró de forma unánime que el Real Madrid disfrutaba de la mejor plantilla de su historia cuando apabulló en agosto al Manchester United y al Barcelona para alzarse con dos Supercopas, en lo que algunas consideran el origen de la autocomplacencia que evidencia ahora el grupo.