El heredero asombra bajo techo

X. R. C.

DEPORTES

PHIL NOBLE

El velocista Christian Coleman destroza a sus 21 años y en su primera carrera del año el récord de 60 metros en pista cubierta firmado por Green en Madrid en 1998

21 ene 2018 . Actualizado a las 09:26 h.

El más firme candidato a heredar al trono de Usain Bolt comienza fuerte. Christian Coleman (Atlanta, 6 de marzo de 1996) se llevó por delante una de las reliquias del atletismo al batir el récord mundial de los 60 metros bajo techo que llevaba dos décadas inalterable en el registro de los récords. Coleman, el admirador de Gatlin, paró el crono en 6,37 segundos, dos centésimas menos que la marca conseguida por Maurice Green en el Palacio de Deportes de Madrid en 1998. Cuando el nuevo plusmarquista mundial no había cumplido ni dos años.

El récord del mundo llegó sin avisar. En la madrugada del viernes al sábado en una reunión atlética en el pabellón de la Universidad de Clemson (Carolina del sur) en una carrera que a priori no tendría más historia que suponer el punto de partida del año del subcampeón mundial de 100 metros en Londres. Pero Christian entró en escena al galope. Con una portentosa salida y una aceleración que le llevó a volar desde los primeros metros para terminar estrellándose contra la lona protectora del pabellón. Para entonces ya se había percatado de que era el hombre más rápido del planeta bajo techo después de rebajar su propia marca en ocho centésimas (6,45 en los trials de la campaña pasda). Paradojas de la perfección, le comentó a su entrenador, Tim Hall, que su reacción en los tacos no había sido buena.

El físico perfecto

Coleman es el prototipo ideal para este tipo de prueba de explosividad máxima. De físico menudo, 175 centímetros de estatura (20 menos que Bolt, por ejemplo), con un potente tren interior capaz de alcanzar la fase máxima de aceleración a los 20 metros, la mitad de recorrido que necesita un velocista de más envergadura.

Y aunque el récord suene a sorpresa, Coleman ya presentó su candidatura a nuevo mesías de la velocidad la pasada temporada. Fue el líder del año tanto en los 100 metros al aire libre (9,82 segundos) como bajo techo en los 60 (6,45 segundos) como en los 200 metros con 19,85 y llegado el momento de la verdad en el Mundial de Londres no le tembló el pulso por verse al lado de Usain. Se ganó en la semifinal y volvió a hacerlo en la final del hectómetro, aunque en esta ocasión para colgarse la plata por detrás de su idolatado Justin Gatlin, el tramposo redimido dos veces que antes de jubilarse encontró el título mundial que tanto estaba buscando, aunque por caminos ilegales. El éxito de Coleman deslumbra más si se tiene en cuenta de que tuvo que participar en más de 50 carreras durante el curso debido al exigente calendario universitario americano. Una barbaridad.

Semejante hoja de servicios, su juventud y su proyección le colocan como el gran favorito para el mundial de pista cubierta de Birmingham a celebrar en los primeros días del mes de marzo. Para comenzar su reinado con un oro universal bajo el brazo.