Raúl se une a la leyenda de oro de Alberto

Natasha Martín REDACCIÓN

DEPORTES

Final del Campeonato de Europa de Balonmano. Raúl Entrerríos en acción
Final del Campeonato de Europa de Balonmano. Raúl Entrerríos en acción Marko Djurica

Los Entrerríos cierran el círculo de la mejor pareja de hermanos de la historia del balonmano mundial

30 ene 2018 . Actualizado a las 11:51 h.

La selección española de balonmano ha conseguido lo que desde hacía años se les había vetado: conquistar Europa. Los «Hispanos» han logrado superar un reto que parecía prohibido y, ahora, este triunfo tiene un sabor eterno. Dentro de todo gran equipo se encuentra un gran capitán, ese que es capaz de conseguir que los jugadores no pierdan las ganas de seguir luchando, el que hace que se mantengan unidos, con la cabeza fría y la mente puesta en un único objetivo: jugar cada partido como si fuera una final. Este retrato del capitán idílico es la fehaciente descripción de Raúl Entrerríos, un asturiano de oro.

El gijonés, de 36 años, no se amedrenta ante nada. Ese valor es el que le ha llevado a convertirse en el octavo jugador con más internacionalidades del balonmano español, con 240, número que comparte con su hermano Alberto, otro enorme jugador ya retirado, y algo detrás de otros jugadores como Barrufet, con 282. 

El central llegó a la selección en 2003 con el objetivo de ser conocido por su juego y no por el estigma de ser «el hermano de Entrerríos». Su relación siempre ha sido estrecha. Alberto fue un ejemplo a seguir para Raúl y juntos han llegado a consolidar un juego que les ha llevado a formar una de las mejores parejas del balonmano a nivel mundial, comparable al peso que tienen los hermanos Gasol (premio Princesa de Asturias de los Deportes 2015) en baloncesto. Los Entrerríos juntos han formado parte de la edad de oro del balonmano español: bronce en los Juegos de Pekín (2008), oro y bronce mundial (2005 y 2011) y plata en el europeo (2006). Raúl, sin su hermano, ha conseguido otro europeo y un mundial más, al que suma el oro de este fin de semana en Zagreb frente a Suecia.

En 2014 tomó las riendas que llevaba hasta entonces Alberto y se convirtió en el capitán del equipo. Se enfrentó a sabores amargos como el verse fuera de los Juegos de Río y la sacudida fue tan grande que el asturiano quiso fijar entonces su posible retirada. Afortunadamente, no tiró la toalla y bajo las direcciones de Jordi Ribera siguió al frente de los «Hispanos», teniendo claro que hay que «primar al equipo por encima de todo», como declaró.

Durante este campeonato de Europa los españoles han tenido un cara a cara con selecciones muy fuertes, como esa semifinal contra Francia, la actual campeona del mundo, donde el asturiano se anotó seis tantos. El oro, según Entrerríos, «es el premio a un duro trabajo en equipo, en grupo, todo entorno a un conjunto de jugadores que hemos creído en esto». Siempre con los pies en la tierra, el gijonés disfruta ahora de un merecido título con la cabeza puesta en las puertas que les ha abierto este logro: disputar el mundial del próximo año.

 De Asturias al cielo

Raúl Entrerríos es de los pocos jugadores de balonmano que nunca ha jugado fuera de España. Lleva ocho años en el Barcelona y, a pesar de la crisis que atraviesa este deporte, no tiene pensando cambiar. Pero eso es en el presente, porque el pequeño Raúl Entrerríos inició su carrera de éxitos como portero, siendo un benjamín, en Asturias. Después pasó por el ya extinto Deportivo Gijón y tras su disolución acabó posándose en León. 

En el leonés club Ademar su juego empezó a volverse serio. Allí consiguió su primera Copa del Rey y otros títulos importantes como la Recopa de Europa. Cuando le llegó la oferta del Barcelona no lo dudó y allí puso en marcha un camino de victorias continuas, con dos Campeonatos del mundo de clubes, Copas del Rey y Ligas Europeas; tres Supercopas; cuatro Copas Asobal; y cinco ligas. Pero no había techo para el asturiano. En el 2003 debutó con la selección española en el Torneo Internacional de Eslovenia y desde entonces su carrera ha sido ir superando reto tras reto, sobreponiéndose a las dificultades que puedan surgir en cada partido y creyendo en la fuerza del equipo.

Raúl Entrerríos, que había empezado como lateral, es a día de hoy uno de los mejores centrales del mundo. Su tenacidad le ha llevado a lo más alto del balonmano nacional, capitaneando el equipo con prudencia y orgullo. Su dilatada carrera puede tener fecha de caducidad próxima, pero siempre será recordado por su juego, ese que ha llevado al conjunto de los «Hispanos» a romper con la maldición y abrazar, de una vez por todas y para siempre, el oro de Europa.