Horrorosa perfección

DEPORTES

PIERRE-PHILIPPE MARCOU | afp

04 may 2018 . Actualizado a las 00:03 h.

O tal vez sería más apropiado llamarlo belleza imperfecta. Solidario, pegajoso y aburrido para los amantes de los partidos en los que las estrellas son los porteros. Es el fútbol del Atlético que entrena el Cholo Simeone. Tan criticado como poderosamente efectivo.

Pese al constante hincapié en sus virtudes defensivas, el Atlético de Madrid es un equipo depredador. No como los grandes mamíferos, que eligen el cuerpo a cuerpo fiando todo a sus colmillos. No. Los de Simeone son como una serpiente, que anulan las virtudes del rival a base de veneno antes de merendárselo.

Lacazette ya se mordía el labio nada más iniciarse la segunda parte. Ramsey braceaba y se enrabietaba con sus compañeros en el sesenta y cinco y en el setenta y siete Mustafi ya le estaba agarrando el cuello a Diego Costa. Ese es el veneno colchonero, un equipo que saca de quicio.

Si los madrileños llegaron al final sin una sensación real de sufrimiento pese a que solo les separaba un gol de la prórroga, es porque cada engranaje de esta máquina de fútbol pesado encaja de maravilla independientemente de su posición. El 5 juega de 2. El 6 juega de 7. Y aún así todo funciona.

Sobre un Godín imperial y un Diego Costa demostrando que el descuento también cuenta se cimentó la victoria. Además, rugió por primera vez de verdad el Metropolitano, más león que serpiente. Cada vez más Vicente Calderón.

No había fe en la cara de Wenger. Tampoco en el abanico de camisetas gunners de la grada visitante. Solo Simeone, puro nervio, desgastaba el suelo de su palco. Por supuesto no hubo sorpresa.