Pasabán abrió camino a la cima a los dos históricos del alpinismo mundial

J. C. G. OVIEDO

DEPORTES

Edurne Pasabán, tras el fallo del Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2018
Edurne Pasabán, tras el fallo del Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2018

El poder de convicción de la montañera vasca consiguió la unanimidad del jurado, que destaca también los valores de compañerismo, sacrificio y lucha por la igualdad de sexos en la montaña

16 may 2018 . Actualizado a las 14:32 h.

No fue, finalmente, una mujer la ganadora del Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2018. Pero una mujer fue absolutamente decisiva para tripular la unanimidad de unos jurados que no suelen concederla. La montañera vasca Edurne Pasabán anticipaba ayer que el deporte en el que ella brilla estaba representado entre los 21 finalistas, y hoy se mostraba radiante -es más, «emocionada», según sus propias palabras- tras la concesión del galardón al tirolés Reinhold Messner y al polaco Krzysztof Wielicki, abriendo una nueva vía para el deporte de la alta montaña a la cima de unos premios que nunca había hollado. Para Pasbán, Messner y Wielicki no solo han tocado las más altas cimas: ellos mismos son cumbres. «Son el 'top', no hay nada más por encima», ha señalado muy gráficamente su colega y admiradora, quien ha alabado sobre todo su carácter de pioneros alcanzando «hazañas increíbles» que «difícilmente se podrán hacer en el futuro, porque ya están hechas». Pero sobre todo -subrayaba Edurne Pasabán- se trata de un reconocimiento de trascendencia mundial para «un deporte minoritario»: «Para nosotros, los alpinistas, el premio viene muy bien. Es el reconocimiento a la trayectoria de mucha gente, a dos grandes de este deporte y a los valores que transmitimos».

La energía y la capacidad de persuasión de la montañera han desbancado finalmente candidaturas colectivas como la de la regata Oxford-Cambridge, la del piloto español de rallies Carlos Sáinz y la de la heptatleta Jessica Ennis-Hill, que llevó la posibilidad de una premiada hasta casi la línea final de la deliberación. Pero finalmente, y aunque la decisiva Pasabán aseguraba la víspera del fallo estar en tesitura muy «pro-mujeres», pudo más su pasión por la montaña y por dos de sus ídolos. Se le seguía llenand la boca de halagos tras el fallo: «Wielicki sigue en activo. Acaba de volver del K2 de hacer una invernal, y han tenido un rescate en el Nanga Parbat de una chica francesa, pero no pudieron rescatar a un polaco».

Abel Antón, presidente del jurado, valoraba la unanimidad del fallo y reconocía que ha sido «Edurne la que nos ha asesorado y nos ha hecho ver que no solo son dos históricos sino que van a seguir siendo historia del alpinismo mundial». El factor edad de ambos premiados ha tenido también su peso a la hora de aprovechar para concedérselo precisamente este año. El maratoniano español era uno de los firmes defensores de la internacionalización del premio, y el fallo también ha cumplido sus expectativas en ese sentido. «Tenemos buenos deportistas, pero se busca todo: se busca que sea el Nobel del deporte a nivel mundial», ha reiterado.

Al igual que en la víspera, la medallista de natación sincronizada Andrea Fuentes resaltaba el aspecto ejemplar y social de la labor de los premiados, recordando la militancia de Messer en el grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo y la «cultura del compañerismo y del esfuerzo» personificada en ambos galardonados: unos valores -ha añadido, que «buena falta hacen», y entre los que se incluyen también «la lucha por la igualdad en la montaña» entre hombres y mujeres, según ha argumentado la periodista Cristina Cubero.