Luis Rubiales asalta la federación

Redacción / Agencias

DEPORTES

J.P.GANDUL | Efe

El ex presidente de la AFE superó a Juan Luis Larrea por 80 votos a 56, por lo que estará al frente del fútbol español los dos próximos años, en los que promete «orden y transparencia»

18 may 2018 . Actualizado a las 07:10 h.

Luis Manuel Rubiales Bejar es el nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), al superar con claridad por 80 votos a 56 a Juan Luis Larrea en la Asamblea General celebrada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Hubo un voto en blanco que muchos atribuyeron al seleccionador Julen Lopetegui, y los votos totales fueron 137, ya que Iago Aspas, internacional del Celta, y Pedro León, centrocampista del Eibar, fueron los dos únicos ausentes entre los futbolistas de competiciones profesionales y no profesionales. De esta forma, Luis Rubiales, que ya desde sus últimos meses al frente de AFE se movió para alcanzar la presidencia de la federación, dirigirá ahora el fútbol español hasta el 2020, ya que se ha consumido un año del mandato desde que fue elegido Villar, que ya había convocado las elecciones con doce meses de retraso.

Rubiales, que dejó la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para sustituir a Villar, del que fue su delfín, arrebató al menos 12 de los apoyos que firmaron para que Larrea formalizase su candidatura. «Quiero devolver la confianza que el fútbol español me brinda. Le doy las gracias a mis padres y a todos mis seres queridos. También quiero dar lugar a todos los estamentos del fútbol. Voy a hacer una federación de todos, mejor, de élite, transparente, que cuide al fútbol modesto. Este es un proyecto plural, que tendrá control», aseguró Rubiales, criticado precisamente por su falta de transparencia en el sindicato y su autoritarismo. «Mi compromiso es darlo todo por la federación. La mujer, el fútbol sala, el fútbol playa... todos tienen que estar aquí. Hemos dado un paso hacia el futuro. Tenderemos la mano a todas las instituciones, tanto a nivel nacional como internacional. Nadie nos va a ganar a trabajo. El cambio es imparable. Han sido miles de kilómetros», afirmó.

Reparto de ingresos

Luis Rubiales, de 40 años y que estudió enfermería además de ser abogado, aseguró que con él «gana el fútbol», aunque sabe que ahora «toca construir». Detalló su plan a seguir en «una federación moderna, para todos y líder en transparencia». Estará centrado en un reparto más equitativo de los ingresos, en lograr una renovación arbitral «tras escuchar a los colegiados», insiste que haya más transparencia en todos los ámbitos y potenciar el fútbol femenino, además de lograr que el fútbol sala sea olímpico y apoyar al fútbol modesto «con muchos más ingresos. Se cambiará el modelo de Segunda B y Tercera pero escuchando a todo el mundo». Para ello, prometió «hacer un órgano de buen gobierno, externo a la federación. Es importante ver cómo está la casa a nivel económico», reconoció antes de anunciar una «auditoría enseguida».

Pese a su mala relación con Javier Tebas insistió en que llega con ganas de cambiar la dinámica y hablar con todos. El presidente de la Liga hizo un gesto de acercamiento al nuevo presidente a través de las redes sociales: «Enhorabuena Luis Rubiales por su elección como presidente de la FEF. Tiene mi mano tendida para continuar la colaboración institucional con la Liga iniciada hace unos meses, y mi deseo de que acierte en su gestión con todas las mejoras vitales que necesita el fútbol aficionado», deseó el presidente de la patronal.

Aligerar el calendario

Más fácil que con La Liga se intuye su relación con su antigua casa, la AFE, ahora presidida por David Aganzo, al que colocó el propio Rubiales al emprender su carrera hacia la presidencia de la federación. Rubiales reconoció que antes de meterse dentro de la casa debe conocer bien todos los ámbitos de la FEF y se refirió a su preocupación por aligerar el calendario. Reconoció que tras el resultado dio «la mano a Larrea», destacando la «valentía» mostrada por el vasco, que se fue sin atender a los medios algo afectado. Rubiales reconoció que le gustó «mucho que Gorka, su hijo y que fue futbolista, me ha dado un abrazo», explicó con tono conciliador.