El adiós perfecto de Fernando Torres

Colpisa

DEPORTES

GABRIEL BOUYS | Afp

El delantero rojiblanco se despidió del equipo de su vida con un doblete que puso el punto final a un día inolvidable en el Wanda Metropolitano.

21 may 2018 . Actualizado a las 12:55 h.

Torres dijo adiós al club de sus amores. Y el Wanda Metropolitano, inmerso en un ambiente festivo y con un lleno hasta la bandera, fue el testigo perfecto de una inmejorable despedida para el ídolo rojiblanco, que quiso sumarse a su propio homenaje marcando dos goles en el empate que su equipo cosechó frente al Eibar.

Desde el primer minuto todos los balones buscaban a un Torres eléctrico que agrandó su leyenda el día de su adiós, aunque el primero en adelantarse fue el conjunto armero, que aprovechó una indecisión en la defensa colchonera para poner el 0-1 en el marcador, obra de Kike García. Poco tardó Fernando en ser protagonista el día se su adiós, y devolvió las tablas al electrónico minutos después tras aprovechar un regalo de Correa y marcar a puerta vacía.

Ya inmersos en la segunda parte, ambos equipos buscaban adelantarse de nuevo en el marcador, y fue el propio Torres el que se encargó de provocar el éxtasis de la afición atlética después de marcar su segundo tanto de la tarde, esta vez con una lección de velocidad y pillería que dejó patente que, a pesar de abandonar el Atlético, a sus 34 años aún le queda mucho fútbol en sus botas. Lucas Hernández protagonizó la nota negativa del encuentro, viéndose obligado a abandonar la fiesta antes de tiempo tras recibir dos tarjetas amarillas, y a partir de ese momento, el Eibar, fiel a su estilo, aprovechó la ventaja numérica para volcarse en ataque, obteniendo su recompensa con un gran gol de Rubén Peña, que puso el 2-2 final con un disparo desde la frontal del área que se coló por la escuadra de Oblak. Digna de mención también la temporada del equipo de Mendilibar.

«De Niño a Leyenda» A pesar del empate, el estadio colchonero estalló en júbilo tras el pitido final para que Fernando Torres, con pasillo incluido, recibiese el adiós definitivo por parte del club que le brindó la posibilidad de hacerse un hueco en el fútbol mundial. Una camiseta conmemorativa, un mosaico con el lema «De Niño a Leyenda», una placa y miles y miles de aplausos pusieron el punto final a una ceremonia que terminó entre lágrimas atléticas, incluidas las del propio Fernando.

No sabemos qué pasará a partir de ahora, ni si el fuenlabreño volverá a casa algún día para formar parte del equipo técnico o de la directiva, pero lo que sí podemos decir es que aquel niño que debutó con diecisiete años en Segunda División se ha convertido, por méritos propios, en historia viva del Atlético de Madrid.