El mito que creció entre las ruinas

DEPORTES

YouTube

Tras comenzar su carrera en unos Warriors sin rumbo, Curry construye hoy su legado destrozando registros en la edad de oro de la franquicia de California

04 jun 2018 . Actualizado a las 23:07 h.

El curso baloncestístico 2009-2010 arrancaba en la bahía de San Francisco con la visita de Houston Rockets al Oracle Arena. Era el primer partido de la temporada pero el proyecto era ya un fracaso. Un equipo en ruinas, caminando dubitativo hacia la reconstrucción y que aún digería la resaca de los tiempos del «We believe» -«nosotros creemos»-, un lema fraguado después de que Golden State Warriors hubiese eliminado a los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki en primera ronda del play-off del año 2007. El octavo clasificado había eliminado al primero por tercera vez en la historia de la liga. Mucho champán para tan poca fiesta. Los Warriors cayeron en la siguiente ronda frente a Utah Jazz y de la fe inquebrantable en aquel grupo liderado por Baron Davis solo quedan los titulares de prensa.

En la temporada siguiente la franquicia no logró clasificarse para las eliminatorias. Fuego a la tierra y barbecho. El acrobático Jason Richardson fue traspasado, Stephen Jackson- otro de sus puntales- sancionado tras verse involucrado en un lío de armas. Baron Davis aguantaría un curso más. Sin el base, que no volvería a brillar lejos de Oakland, el equipo firmaría un récord de 29 victorias y 53 derrotas en la 2008-2009.

Ese era el panorama cuando ante aquellos Rockets de Kevin Martin y Luis Scola debutó un joven base llamado Stephen Curry, entonces más celebre por ser hijo de su padre, un buen exjugador en los años ochenta y noventa, que por su baloncesto.

De 36 minutos dispuso el rookie -séptima elección del draft- en un debut rodeado de cuatro compañeros rotundamente mediocres. Tardó 12 segundos en dar su primera asistencia y 33 en intentar su primer triple. La pelota no entró y no volvería a lanzar de tres en todo el partido.

Ocho temporadas más tarde Curry ha batido el record de triples anotados en un partido de una final de la NBA (9) en la segunda victoria de su equipo en la serie frente a Cleveland Cavaliers (122-103) superando el registro que ostentaba Ray Allen tras encestar ocho en el año 2010 frente a los Lakers de Bryant y Gasol.

Una nueva plusmarca para el base que ya tiene en su haber la primera, segunda, tercera y quinta mejor marca de triples en una temporada en la NBA y que con 87 duelos jugados en los play off, está a quince triples de superar el registro histórico que el propio Ray Allen conserva en las eliminatorias. 385 triples en 171 partidos sumó el campeón con Boston y Miami. Curry lleva 370 en 87 apariciones.

Es cierto que la liga ha cambiado mucho. Se tira más que nunca y con más acierto. 653 triples intentó Allen en la temporada que más lanzó de su carrera. En sus nueve temporadas como profesional Curry ya ha superado esa cifra dos veces. Aspirante, sino lo es ya, a mejor triplista de la historia y líder de un equipo de leyenda.

Los más creyentes del «We believe» no lo hubiesen podido creer si se lo cuentan.