Nadal-Djokovic, el gran pulso

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

GLYN KIRK

Wimbledon alcanza unas semifinales en las que se enfrentan entre sí profesionales y universitarios

13 jul 2018 . Actualizado a las 07:30 h.

Wimbledon 2018 no tendrá la oportunidad de ver la repetición de la final del 2008 entre Rafa Nadal ante Roger Federer. Pero esta edición ya será recordada por una gran jornada de cuartos, con dos buenos partidos como el Isner-Raonic y el Djokovic-Nishikori, pero sobre todo por la remontada de Kevin Anderson ante Federer, tras perder los dos primeros sets y levantar una bola de partido, y sobre todo, por el formidable Del Potro-Nadal. Un partido excepcional entre dos grandes competidores que ofrecieron un recital con una intensidad impropia del historial de lesiones que incidieron en la trayectoria de ambos. Del Potro perdió, pero demostró que hay que contar con él en el futuro, y que si no llega a ser por los años de inactividad por problemas y operaciones de muñecas, estaría al nivel de los cuatro dominadores del tenis reciente.

EL CUADRO

Se cumplen los pronósticos

Por la parte del cuadro de Nadal se han cumplido las expectativas. Si Del Potro estaba bien, debía estar en cuartos, y si Djokovic seguía su línea ascendente, debía llegar a las semifinales.

El camino de Rafa hacia la final pasaba por salvar estas dos serias dificultades. La primera ya la logró, tras un formidable esfuerzo de casi cinco horas. Ahora le queda la segunda, en la rivalidad numérica más importante del tenis masculino. 51 duelos con Djokovic (26/25 para el serbio).

El partido llega en buen momento para los dos. Rafa está en un estado de forma extraordinario, tanto en lo tenístico como en lo físico, porque en mentalidad, excelso como siempre. El serbio, que viene de pasar la peor crisis de su carrera, disminuido en su competitividad por unas extrañas influencias, agravadas por la lesión en el codo, ha ido recuperándose poco a poco, hasta llegar a parecerse al Djokovic dominador que ganó 12 grand slams. El alcanzar la semifinal, jugando su mejor tenis de los últimos tiempos, le hace temible. Sobre todo, porque sabe que ganar a Rafa; y optar a ganar Wimbledon le devolvería a la cima del tenis mundial, tras una dolorosa etapa de derrotas y decepciones.

FAVORITO

La mejor versión de Nadal contra un Djokovic confiado

Pero el Nadal que se va a encontrar es un jugador que está dando una gran imagen en todo: saque efectivo, resto profundo, no duda en tomar la iniciativa, un revés mucho más agresivo, varía con comodidad los golpes cortados, utiliza con precisión las dejadas y rentabiliza con altos porcentajes de éxito sus subidas a la red. Si a eso unimos una condición física impecable, con una movilidad y agilidad más propias de sus primeros años, y su excepcional capacidad competitiva, creemos que Rafa es favorito. Pero tiene un rival peligrosísimo, que al igual que Del Potro no teme enfrentarse a él, sino que piensa que le puede ganar porque, entre otras razones, ya lo ha hecho en 26 ocasiones.

LA OTRA SEMIFINAL

Isner y Anderson, formados en universidades americanas

Eliminado Federer, por la parte de arriba del cuadro competirán dos jugadores de edades y características parecidas. Isner con 33 años y 2,08 metros, y Anderson, 32 años y 2,03. Ambos extraordinarios sacadores. Los dos mejoraron su juego de fondo y reconocen estar jugando el mejor tenis de sus carreras. Y comparten otra curiosidad: los dos se formaron en las universidades americanas, donde llegaron a enfrentarse (2003-2007). Isner, nacido en Carolina del Norte, jugó en Georgia. Anderson, de Johanesburgo, formó parte de la de Illinois. Ambos representan el éxito de las ligas deportivas norteamericanas (NCAA), de tener la oportunidad de simultanear el deporte y los estudios sin que ello suponga un freno. Para que, si tienes condiciones y vocación para seguir una carrera deportiva profesional después de graduarte, puedas hacerlo. Ambos se han enfrentado 11 veces (8/3 para Isner) y para ambos es un logro estar en semifinales.

En definitiva, otra gran jornada con duelos entre universitarios por un lado y dos de los más importantes profesionales que ha dado el tenis.