El cohete que vuela hacia Tokio
Los gallegos Toro y Germade integran el K4 500 español, un barco con tres oros olímpicos que esta semana aspira al Mundial y asombra por sus tiempos y resultados de cara a los Juegos del 2020
Es agosto en Trasona (Asturias), el día ronda los 20 grados con el cielo nublado y el agua todavía refleja como un espejo. Buenas condiciones para entrenar en el embalse. Pero esta vez llueve. Así que los piragüistas del K4 500 metros español, el buque insignia del ciclo olímpico que finalizará en Tokio 2020, se dan unos minutos para que escampe. El viariense Cristian Toro comenta la última peli de Leo Harlem, El mejor verano de mi vida. Buen título para lo que ansiará desde el jueves en el Mundial de Montemor (Portugal) un barco que vuela como un cohete sobre la lámina de agua. El cuarteto se formó hace solo un suspiro, en abril, pero está llamado a hacer historia en la nueva distancia reina de los Juegos. Lo integran tres campeones olímpicos en diferentes pruebas, el propio Toro, el catalán Saúl Craviotto ?con cuatro medallas? y el mallorquín Marcus Cooper -campeón en Río- y el cangués Rodrigo Germade, revelación del último Mundial, con oro y plata.
En aquel 2017 el K4 500 español batió el récord de la distancia en el Mundial de Racice (República Checa) con 1:18.371. Pero el barco alemán le arrebató el oro al rebajarlo en seis décimas más. Aunque aquel kayak todavía era otro. Incluía aún a Carlos Garrote, sustituido el pasado abril por Craviotto, que se había tomado medio de descanso el 2017, cuando ganó el concurso Master Chef. «No sé si batiremos ese tiempo porque la pista del Mundial de Portugal no es tan rápida y suele haber un incómodo viento lateral, pero ahora somos más rápidos tanto los alemanes como nosotros», razona Toro, de 26 años. «Pinta bien, pero del pasado no se puede vivir. Hay tres o cuatro barcos en un segundo», matiza Craviotto.
Con el K4 actual, España superó a Alemania por solo 9 centímetros, 14 milémisas, en el Europeo de Belgrado. De ahí la prudencia del catalán, a sus 33 años líder natural del grupo por palmarés y experiencia. «No habla mucho, pero con solo mirarnos ya sabemos lo que nos quiere decir», ilustra Germade.
Trasona es un ir y venir de barcos los días previos al Mundial, con los kayakistas argentinos y portugueses de invitados. «Quieren entrenar con el K4 español, aprender de ellos», confirma Miguel García, el preparador que guio todos los éxitos de Craviotto desde el oro que ganó en Pekín 2008 junto al gallego Perucho.
Después de Río desaparecieron dos pruebas emblemáticas del programa olímpico, el K2 200 del oro Toro y Craviotto y el K4 1.000 del quinto puesto de Germade. El cuarteto lo completa Cooper, campeón en K1 1.000 en Brasil. Los cuatro, tan diferentes y tan complementarios, se adaptaron a la nueva distancia de 500 metros. Y por ahora están invictos. Ganaron la Copa del Mundo de Szeged (Hungría) y el Europeo de Belgrado con idéntica autoridad: primeros en la manga y primeros en la final. Hasta la fecha son invencibles.
Todavía llevan un balance más asombroso Toro y Craviotto desde que se unieron en el K2 200 a principios del 2016. Lo han ganado todo. «El preolímpico, los Juegos, dos Copas del Mundo y el Europeo», repasa el gallego. Primeros en todas las mangas que han disputado hasta hoy. Así que, pese a no haber entrenado de forma específica esa prueba, pues su prioridad es el K4, perseguirán también en Portugal el título mundial, el único que les falta juntos.