Lluvia de dinero en la NBA

DEPORTES

EZRA SHAW | AFP

Cada equipo de la Liga dispondrá de casi 87 millones de euros (más de 100 millones de dólares) para confeccionar sus plantillas

25 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado viernes la NBA comunicaba las nuevas normas que regirán el juego para la inminente temporada. Fueron aprobadas por el comité de competición de la Liga. Como si de una reforma constitucional se tratase, los cambios fueron refrendados en solemne mayoría de dos tercios e incluían variaciones importantes como la reducción del tiempo de posesión tras el rebote en ataque (de 24 segundos a 14) y una amalgama de nuevas directrices arbitrales sobre qué será considerado falta personal y qué no. Cuando empiece la temporada, los jugadores en la cancha y los analistas en los estudios discutirán largo y tendido sobre si determinada acción debería haber sido pitada o no pero, ahora mismo, todo esto parece importar a muy pocos.

Todo se debe a una filtración. Porque las noticias sobre lo que sucede en las entrañas de esta competición suelen ser antes oficiosas que oficiales. El periodista Shams Charania desvelaba, gracias a una fuente interna, cuál será el límite salarial de la Liga para esta temporada y las dos próximas. Y todo el mundo sacó la calculadora; porque antes que sobre el parqué, esta Liga se empieza a ganar en los despachos.

Techo histórico

Más de 100 millones. Por primera vez, los equipos dispondrán de algo más de un centenar de millones de dólares para confeccionar sus plantillas. Concretamente, 101,87 millones de dólares (unos 87 millones de euros) podrá dedicar cada equipo en salarios para sus jugadores. La lluvia de millones procedente de los derechos televisivos permite que, año tras año, la fiesta no se pare. Si hace diez temporadas el máximo permitido por el comisionado de la competición para pagar nóminas era de algo menos de 59 millones de dólares (50 millones de euros), la cantidad prácticamente se duplicará para el curso 2020-2021, lo que repercutirá directamente en los honorarios de las grandes estrellas de la liga.

Impuesto de lujo

El recurso de los poderosos. La liga americana siempre se ha jactado de ser una competición justa y solidaria. El sistema, a priori, parece el paradigma de la equidad. Todos los equipos disponen de la misma cantidad de dinero para repartir entre los integrantes de la plantilla dejando la responsabilidad del éxito o el fracaso de los proyectos a la destreza de los responsables de las direcciones deportivas. Pero hay una muy destacable excepción a la norma. En el sistema de reparto existen tres cifras claves: el mínimo salarial, el máximo salarial y el umbral del impuesto de lujo, que para la presente temporada ascenderá a 123,73 millones de dólares (105 millones de euros). Un tope máximo por encima del tope máximo. La razón de esta paradoja se debe a la excepción Bird, llamada así porque fue el mítico jugador de los Boston Celtics al primero al que se le aplicó esta jurisprudencia. El funcionamiento es sencillo. Los equipos no pueden contratar a ningún jugador libre una vez alcanzado el tope salarial, pero sí pueden revisar contratos al alza a los que ya forman parte de la plantilla hasta alcanzar esos casi 124 millones de dólares. En caso de sobrepasar ese segundo tope, las franquicias son multadas, multiplicando, en función del exceso cometido, por 1.5, 1,75 o 2.5 cada dólar superado. Ahí es donde las organizaciones con más recursos, más afición y mejor márketing marcan diferencias. Los Lakers, Celtics o Golden State Warriors se pueden permitir incumplir las normas financieras porque, sencillamente, tienen más liquidez, dejando la igualdad de la liga en paños menores.

A la NBA, que recauda el dinero de esas multas, tampoco parece importarle demasiado.

Oklahoma toma el relevo de los Cavaliers de LeBron

La última temporada le salió muy cara a los Cleveland Cavaliers. En lo metafórico y en lo literal. En un último intento a la desesperada por lograr un nuevo anillo, y con la mosca detrás de la oreja ya sospechando que sería la última campaña de LeBron James en Ohio, la franquicia rodeó al alero de una plantilla llena de grandes nombres y, sobre todo, de grandes salarios.

El proyecto se quedó en la orilla y la multa en casa. Cuando comenzó la temporada, los de Cleveland excedían el umbral del impuesto de lujo en más de 23 millones de dólares (casi 20 millones de euros). La NBA les aplicó la máxima sanción económica que recoge la normativa, por lo que la multa rondó los 60 millones. Unos 50 si lo convertimos a euros y un auténtico dineral sea cual sea la divisa.

Este año serán los Thunder de Oklahoma City los que escuchen con más claridad a la NBA frotarse las manos a causa de sus excesos. La desorbitada renovación que han hecho a Rusell Westbrook, convirtiendo por entonces al base en el jugador mejor pagado de la competición por encima de Stephen Curry, tiene la culpa. Tampoco han tenido demasiados miramientos a la hora de renovar al alero Paul George, que recibirá 137 millones de dólares (116,40 millones de euros) en los próximos cuatro años. Una hipoteca a largo plazo para un proyecto que de momento no ha dado el más mínimo síntoma de convertirse en ganador y que la temporada pasada, con Carmelo Anthony en el equipo, quedó eliminado en la primera ronda del play off por Utah Jazz.

Los Toronto Raptors también han apostado fuerte y aceptarán de buena gana la multa si a cambio logran heredar el cetro que en la Conferencia Este ha dejado desierto Lebron James.

Los Warriors y los Rockets, también muy por encima del umbral de lujo. Pocos les importará a los primeros, que han creado una equipo de dinastía, y también a los segundos, decididos a vencer por fin a los californianos.

El resto mirarán cada dólar. Sobre todo ojeando el escaparate de jugadores que el verano próximo se podrán convertir en agentes libres -Kevin Durant, Leonard, Irving, Thompson, Gasol o Porzingis- y teniendo en cuenta que el estío traerá todavía más millones.