Galones para el novato Jon Rahm

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PAUL CHILDS

Bjorn elige al vasco, el más joven de la Ryder de París, para abrir con Justin Rose el duelo contra EE. UU.

28 sep 2018 . Actualizado a las 08:19 h.

El inicio del partido que abre la Ryder Cup es uno de esos instantes del golf con una atmósfera diferente. La increíble irrupción de Jon Rahm le ha dado galones de líder a sus 23 años y la posibilidad de lanzar uno de esos primeros zambombazos. El capitán europeo, Thomas Bjorn, lo eligió para reestrenar el duelo frente a Estados Unidos y llegar al tee del 1 formando tándem con otro de los líderes del Viejo Continente, el campeón olímpico Justin Rose. Abrirán los cuatro partidos de fourballs (cada integrante de la pareja juega su propia bola y en cada hoyo eligen el mejor resultado) frente a los americanos Tony Finau y Brooks Koepka (el último ganador del US Open y del PGA). Bjorn, que dio sus cuatro invitaciones a jugadores veteranos, soprendió con su lista para esta mañana. Situó en la jornada matinal a cuatro de sus cinco novatos, incluido su jugador más joven, Rahm. Sergio García, el otro español en un evento que juega por novena vez, y en el que persigue tres puntos que le conviertan en el europeo más anotador de la historia de la Ryder, descansará al menos hasta esta tarde con los foursomes (los integrantes de cada pareja juegna la misma bola con golpes alternos).

Entre los jugadores del actual equipo de Estados Unidos suman 31 grand slams (en 1981 acaparaban 35) por los ocho de los europeos. Con una lista interminable de estrellas, los americanos tienen once de los 17 primeros del ránking, por los cinco de su rival.

Imbuidos por la mística de la Ryder y entregados a la causa, a los capitanes se les fue algo la mano con los elogios al rival. «Mi colega Thomas Bjorn aseguró que tenemos el mejor equipo de la historia. Y yo diría también que nos enfrentamos al mejor equipo europeo de todos los tiempos», indicó cortés el capitán de Estados Unidos, Jim Furyk.

Tres factores juegan a favor del anfitrión. Por un lado, el conocimiento del campo. 11 de los 12 jugadores locales consiguieron alguna vez un top 10 en un torneo celebrado en Le Golf National, donde ganaron el Open de Francia el inglés Tommy Fleetwood en el 2017 y el sueco Alexander Noren este año. En segundo lugar, el público juega un papel clave en el evento. Y por último, el espíritu de equipo de los europeos atenuó en las últimas décadas la supuesta superioridad técnica americana. Por eso el Viejo Continente ganó en ocho de las 11 últimas ediciones, y por eso no pierde como local desde 1983.

«La fuerza de Europa es que hemos estado muy unidos y, aunque haya diferencias, las dejamos fuera. Así nos suele ir bien en los últimos años», explica el norirlandés Rory McIlroy, ganador de cuatro grand slams. Ya en su quinta Ryder con solo 29 años, forma junto al danés Thornbjorn Olesen la segunda pareja europea. Se medirán con otro tándem americano potentísimo, con el número uno mundial, Dustin Johnson, y Rickie Fowler, el 9.

El campo que eligió Francia para la Ryder, el emblemático Golf National, plantea un desafío técnico y estratégico a los jugadores. Tanto que bombarderos como Johnson, uno de los mayores pegadores del mundo, tendrán menos posibilidades de mandar la bola más allá de los 300 metros desde el tee de salida. Otros dos duelos de alto voltaje cierran la jornada matinal de hoy, con más mezclas de debutantes y veteranos en el equipo europeo.

Primero se cruzan Jordan Spieth y Justin Thomas con los ingleses Paul Casey y Tyrrell Hatton, y luego serán Tiger Woods y el volcánico Patrick Reed los que desafíen al italiano Francesco Molinari y el inglés Tommy Fleetwood.

Molinari le arrebató a Woods el título del Open Británico hace solo dos meses. Ahora se verán en la Ryder, la de las cuentas pendientes.