Popovich y el espectáculo

José M. Fernández

DEPORTES

Gary A. Vasquez

05 nov 2018 . Actualizado a las 08:17 h.

Nunca está de más escuchar atentamente al maestro Gregg Popovich. Incluso cuando no pone en el punto de mira a Trump y reflexiona sobre ese juego del que es un protagonista activo desde hace más de veinte años. Ha conquistado cinco anillos y ha llevado a los San Antonio Spurs a los play off en 21 de las 22 campañas que se ha sentado en su banquillo, así que sabe de qué va el asunto. La noche en la que Klay Thompson anotó 14 triples, Popovich se refirió a ese récord en la NBA y a los 92 puntos que Golden State llevaba en el descanso: «Eso no es verdadero baloncesto. ¿Por qué no creamos un lanzamiento de cuatro puntos, entonces?». Y es que en lo que va de temporada, 24 equipos promedian más de diez triples por partido, además de firmar el mayor promedio anotador desde 1971.

«También pueden inventar lanzamientos de cinco puntos para que los fans puedan tener auténtica diversión. Hagamos un circo», señaló irónico el circunspecto entrenador de los Spurs, que no es la primera vez que cuestiona el abuso del lanzamiento de tres, quizá ?por qué no decirlo? como producto de la frustración de no saber como hincarle al diente a los Warriors.

La fiebre del triple no afecta solo a la NBA. En la ACB ?Obradoiro? y en la LEB Oro ?Oviedo? hay equipos que lanzan más de tres que de dos. La tendencia parece imparable, otro asunto es si esto nos aleja definitivamente del tostoncesto, aquella deriva tan dañina para la vista importada de los Balcanes que consistía en ganar con el mínimo de posesiones. Aunque, al fin y al cabo, anotar más no tiene porque ser directamente proporcional al incremento del espectáculo. Las reglas ?fundamentalmente, los triples o la reducción del tiempo de posesión? engordan los marcadores. Pese a su menor anotación, nadie se atrevió a cuestionar el espectáculo de los Sixers del Doctor J, los Lakers del showtime o de Shaq-Kobe, los Celtics de Bird, los Bulls de Jordan o los Spurs de Popovich. Tampoco de los bad boys de Detroit.

En el baloncesto, como en el fútbol ?en palabras de Simeone?, hay distintas maneras de jugar, «nadie tiene la verdad. Y la verdad sigue siendo el ganar». Aunque para eso no es necesario alejar la línea de tres o reducir el tiempo de posesión. Basta con lanzar una moneda al aire, aunque es menos divertido que ver al Joventut de Aíto o al Madrid de Laso. O a los Warriors de Steve Kerr.