Última bandera a cuadros para Fernando Alonso

Raúl Álvarez OVIEDO

DEPORTES

Fernando Alonso
Fernando Alonso DIEGO AZUBEL | EFE

El pilotó anunció en agosto su salida de la fórmula uno y puso fin a su carrera a finales de noviembre en Abu Dabi, escoltado por los otros dos campeones mundiales en activo, Lewis Hamilton y Sebastian Vettel

01 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Fernando Alonso sigue siendo piloto, pero ya no correrá en la Fórmula 1. Cansado de dar vueltas al mundo y a los circuitos sin ninguna posibilidad real de alcanzar a los mejores y buscar la oportunidad de adelantarlos como hace una década, el campeón de Oviedo anunció en agosto algo que los cronistas de su deporte y los aficionados que desafían a los husos horarios para seguir las carreras ya barruntaban desde hace tiempo: lo deja. En pleno verano, durante las vacaciones de mitad de temporada, eligió las redes sociales para comunicar su adiós al circo. Su cuenta de Twitter divulgó el 14 de agosto el vídeo en el que anunciaba la decisión.

Hay quien no se lo cree, seguidores de los que el ganó para las carreras que aún confían en una retirada solo temporal. Alonso, aunque convencido del paso que da, fue deliberadamente ambiguo en su despedida y volvió a serlo pocas semanas después, cuando la versión italiana de Sky Sports lo entrevistó con motivo de su última visita al circuito de Monza. En esos dos momentos grabados, el piloto deja la puerta, como mínimo, entornada para el caso de que en el futuro reciba una oferta interesante, alguna oportunidad de poner sus manos en un volante con posibilidades de dirigir a un coche hacia el éxito.

17 temporadas, dos mundiales

El epílogo tuvo lugar el 25 de noviembre en Yas Marina, el circuito de Abu Dabi, donde el Gran Premio de los Emiratos Árabes Unidos añadió la última línea de un historial que abarca 17 temporadas y dos títulos mundiales en la fórmula uno. Después de cruzar la meta, Alonso, escoltado por Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, los otros dos campeones en activo, dio su vuelta de honor y unos trompos que recodaron a los vistos en Oviedo en 2005 y 2006, cuando el joven victorioso del Renault azul y amarillo celebró con sus paisanos sus éxitos en un recorrido por la calle Uría y la plaza de La Escandalera. Porque, como sucede siempre en la fórmula uno, los éxitos y los fracasos se alcanzan fuera de casa. Los hitos principales de la carrera de Alonso se levantaron en continentes distintos. Debutó en Australia, alzó sus dos coronas en Brasil y fue a ver la bandera a cuadros definitiva a la vista del Golfo Pérsico.

Sin dejar las carreras

No es un abandono definitivo del deporte que le valió un premio Príncipe de Asturias (cuando se lo concedieron, aún no se había cambiado el nombre por el actual Princesa de Asturias). Alonso sigue en las carreras. Este año no ha repetido en la Fórmula Indy, pero ha corrido con Honda en el Mundial de Resistencia y ayudó a su equipo a ganar otra prueba con resonancias legendarias en el mundillo. Para 2019, volverá a los circuitos ovalados estadounidenses. A principios de diciembre, se confirmó que McLaren y Chevrolet estaban de acuerdo en unirse para darle sendos monoplazas con los que tomará parta en las 24 Horas de Daytona y en la míticas 500 Millas Indianápolis que ya intentó asaltar en 2017.

Lo que Fernando Alonso tiene entre ceja y ceja es la triple corona del automovilismo: un palmarés con victorias en el Gran Premio de Mónaco, Le Mans e Indianápolis. No es un reconocimiento oficial, pero es una hazaña que solo un piloto ha conseguido hasta ahora. El inglés Graham Hill lo consiguió con triunfos en las décadas de los 60 y los 70. Nadie ha vuelta a hacerlo desde hace más de 40 años y, conociendo el carácter competitivo de Alonso, ese vacío ya parece una razón suficiente para intentarlo. Probablemente, para conseguirlo. Y, si mientras tanto McLaren logra resolver sus penurias presentes y volver a convertirse en una de las marcas de referencia de la Fórmula 1, un semillero de campeones, quién sabe los triunfos que podrán contarse en los próximos años.