El Atlético de Madrid golpea primero en su asalto contra la Juve

Rodrigo Errasti COLPISA

DEPORTES

JuanJo Martín

Giménez y Godín dieron la victoria a los rojiblancos tras dominar a la Vecchia Signora

21 feb 2019 . Actualizado a las 14:28 h.

Muchos esperaban un duelo cerrado, de apenas ocasiones y posiblemente sin goles por el esfuerzo de los centrales. Dos de los mejores del mundo los tiene el Atlético, son uruguayos, amigos pese a la diferencia de edad pero marcados por el mismo patrón. Cualquier entrenador del mundo quiere ir a pelear al lugar más inhóspito con ellos. Te salvan la vida cuando lo necesitas y además tienen gol. En el área son dos seguros, que dominan el espacio aéreo pero también saben rematar con el pie al más puro 9 clásico, recio de área. No son Diego Forlán pero sus botas esta vez fueron de oro. Y con ellas ajusticiaron a un Juventus demasiado temerosa.

Ese doblete charrúa, un gran botín, puede transportar al Atlético hasta cuartos, aunque tendrán muchos balones que cortar delante de Oblak en Turín. Hubo mucho respeto, incluso temor a encajar un gol desde el inicio. Allegri se dejó a Cancelo en el banquillo mientras que Cholo optó por el cuatrivote con Costa como principal sorpresa. La apuesta del argentino inicio no le salió mal al argentino, ya que el Atlético, con las líneas muy juntas, apretando mucho a la Juve y siendo una amenaza en cada pérdida de una Juventus que replegó bien pero sufrió en la derecha ya que Bentancur no ayudaba lo suficiente a De Sciglio.

Por ahí generó el Atlético su primera gran ocasión. Diego Costa, que vio una amarilla absurda que le impedirá viajar a Turín por saltarse la distancia en la barrera, encontró la brecha para obtener un penalti que finalmente se quedó en golpe franco por acierto del VAR. Szczesny, que ya había demostrado sus cualidades en un disparo lejano de Thomas, repelió a córner el golpeo de exterior de un Griezmann que entre líneas generaba peligro... aunque la zaga visitante estaba rápida para no conceder remates.

VAR y Cristiano generaron estruendo

El único pero al juego local, que evitó los centros laterales a Manduzkic gracias a las ayudas colectiva, era que Pjanic entraba demasiado en juego pese a tener superioridad en la zona ancha y que, por momentos, perdía demasiada energía en protestar las decisiones de Zwayer. Casi tanta como sus hinchas en silbar a un Cristiano que confirmó la gran forma de Oblak, que desvió con acierto un golpe franco lejano pero igual de potente. Y es que el portugués, pegado en la banda, jugó su propio partido. Fue silbado desde el inicio en cada acción, hizo sus amagos y cabriolas habituales, se llevó alguna patada a destiempo, lo intentó desde lejos, casi marca en un golpe franco, marró de cabeza la opción más clara para el 2-1 en la prolongación y se enfrentó a la grada recordando sus cinco Champions cuando tras recordarle su sentencia con Hacienda algunos mal llamados hinchas le desearon la muerte. Se fue rumiando que su objetivo de lograr otra orejona con un tercer club se complica.

Solo los silbidos al árbitro, y por extensión al VAR, centraron más las iras de los presentes que CR7. En el primer minuto se pidió penalti por una plancha de Matuidi a Griezmann, infracción rectificada en el citado penalti a Costa y más tarde cuando cambió el veredicto de un cabezazo a la red de Morata, al que el videoarbitraje le impide por el momento sellar la paz con su nueva afición gracias a un gol. La indignación local fue enorme, ya que cuanto más importante sea el encuentro, más trascendente es la rectificación. Lo que nadie puede negar es que hace el fútbol más justo.

Ocasiones desperdiciadas

Nada más comenzar la segunda mitad Diego Costa tuvo la más clara en una bola profunda medida puesta por Griezmann pero tras una carrera de 40 metros golpeó horrible, a varios metros de la portería cuando Szczesny ya se había vencido al lado contrario. Parecía, en un duelo tan táctico, complicado que hubiera una opción más clara en jugada elaborada pero llegó apenas unos instantes después cuando Griezmann intentó superar de vaselina a Szczesny pero el polaco rozó la bola lo suficiente para que la pelota besase el larguero.

Simeone pensó que era buen momento para refrescar al equipo, buscar un plan B para la media hora final prescindiendo de los dos que tenían amonestación. Quitó dos mediocentros (al incombustible Koke además de Thomas) para optar por Lemar y Correa en banda. Arriba Morata compareció por un fatigado Costa y acertó en la primera que tuvo pero Zawyer lo anuló por falta del delantero a Chiellini. La grada explotó indignada, recordando que está hasta los mismísimos, mientras Allegri modificó su plan sin su faro, metiendo a Emre Can por Pjanic. Otros uruguayos goleadores Y entonces llegó el deseado gol a balón parado, gracias a la fe y el orgullo de Giménez, que remachó una bola muerta en el área. Lo hizo como un ariete, minutos antes de que su maestro, amigo y compatriota también optimizase otra acción a balón parado con un remate acrobático que rozó en la espalda de Cristiano para dirigirse a una portería en la que faltaba Szczesny, atropellado en su salida.

Un doblete goleador uruguayo que puede ser suficiente para que el Atlético regrese al Metropolitano, al lugar en el que espera jugar otros tres partidos europeos más.

FICHA DEL PARTIDO

Atlético de Madrid (2): Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Saúl, Thomas (Lemar, m. 60), Rodrigo, Koke (Correa, m. 66); Griezmann y Diego Costa (Morata, m. 58).

Juventus (0): Szczesny; De Sciglio, Bonucci, Chiellini, Álex Sandro; Bentancur, Pjanic (Can, m. 71), Matuidi (Cancelo, m. 84); Dybala (Bernasdeschi, m. 80), Mandzukic y Cristiano Ronaldo.

Goles: 1-0, m. 77: Giménez remacha un rechace dentro del área. 2-0, m. 82: Godín remata con la derecha tras un rechace.

Árbitro: Felix Zwayer (Alemania). Amonestó a los locales Diego Costa (m. 8), Thomas (46+) y Griezmann (m. 88) y al visitante Alex Sandro (m. 55).

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante unos 68.000 espectadores. Lleno