Miriam «La Reina» Gutiérrez, víctima de malos tratos, se disputa esta noche el Campeonato europeo

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Boxea desde pequeña pero lo dejó durante una temporada para no dar explicaciones a su entrenador, Jero García, de las marcas que tenía en el cuerpo producidas por el maltrato que sufría del padre de su primera hija

22 mar 2019 . Actualizado a las 14:22 h.

Miriam «La Reina» Gutiérrez se disputa esta noche el Campeonato de Europa de peso ligero en el Gran Casino de Torrelodones de Madrid, lo que sería su primer título como profesional, contra la británica Samantha Smith. «La Reina» boxea desde pequeña pero lo dejó durante una temporada para no dar explicaciones a su entrenador, Jero García, de las marcas que tenía en el cuerpo producidas por el maltrato que sufría del padre de su primera hija.

La pugilista se emociona, en una entrevista con Europa Press, cuando habla del miedo que sintió cuando le contó a su familia que su pareja la pegaba. «No sabes si vas a estar acompañada siempre, el día tiene 24 horas y tenía miedo de que pudiera matarme», explica. El boxeo le da equilibrio y seguridad, le ha permitido recuperar la autoestima y sentirse la mujer que era antes. Ahora todo ha quedado atrás y sonríe al hablar de su nueva pareja y del hijo que han tenido juntos. Para ella, lo más importante era que su hija creciera en un entorno «sano» en el que no hubiera gritos ni violencia.

«La escuela» de Jero García

Además de combatir en el ring, la boxeadora ha iniciado una cruzada de la mano de la Fundación Jero García, exboxeador y presentador del programa de televisión 'Hermano mayor', contra la violencia. 'La escuela' de boxeo que dirige Jero imparte clases a quien quiera apuntarse pero, además, ha becado a 30 chicos y chicas que han sufrido violencia. El maltrato o exclusión son algunas de las experiencias a las que plantan cara dentro del ring.

«El boxeo ayuda a canalizar la agresividad y regular la ira», según el director. Miriam lo corrobora: «Yo al principio combatía con mucha ira pero ahora tengo control, para mí es como bailar». Ambos defienden que el boxeo no es un deporte violento, y aseguran que «el boxeo cierra heridas».

Javi Prestel contra el Bullying

Javi es alumno de esta escuela. Tiene parálisis cerebral y sufrió acoso escolar. «Cuando sufres bullying sientes una bola en el estómago y ni duermes, ni sabes por qué te está sucediendo eso ni por dónde te viene», recuerda. En su primera clase con Jero no se veía capaz de seguir el ritmo porque su brazo izquierdo temblaba y no podía controlar su dirección. Pero tres años después, ha perfeccionado su crochet y su puño directo y está a punto de sacarse el título de profesor de boxeo.

En estos tres años se ha sacado una oposición y tiene más confianza en sí mismo. «Cuando tenga novia puedo cogerla de la mano sin sentirme inseguro porque sé que no me va a temblar el brazo», explica mientras cierra el puño y sonríe. «Ya decidí hace tiempo que gente que me aporta bienvenida, gente mala que siga su camino, conmigo no van a venir», expresa Javi que reconoce que ahora ve cada día como una oportunidad y que disfruta de su familia, sus amigos y su deporte.

Albaladejo: «Para mí lo natural es huir y el boxeo es plantar cara»

La última incorporación a la escuela es la de Lorenzo Albaladejo, medallista paralímpico de atletismo que llegó al boxeo buscando preparación física pero que después de meses entrenando, se queda con los valores que ha aprendido. «Para mí lo natural siendo atleta es huir y el boxeo es plantar cara», reconoce.

El atleta se ha involucrado en la lucha contra la violencia e imparte charlas, junto con Jero y Miriam, para concienciar a niños y adolescentes sobre la importancia de acabar con el bullying. «Al final se siente más orgullo viendo que una persona a que has ayudado ha conseguido destacar, que viendo que una persona a la que has hundido ha terminado suicidándose», afirma.

Lorenzo reconoce que las cartas que le tocaron jugar no son las que más le gustaban porque nació con una parálisis cerebral, pero según explica, son las únicas que tenía y con las que le tocaba jugar. «Si mis padres no hubieran luchado seguramente estaría en una cama, en una silla de ruedas o me habrían abortado y estaría muerto», asevera. Para este atleta «rendirse siempre es lo más fácil», por lo que anima a padres y personas con dificultades a pelear «porque sino nunca sabrán cuál es el resultado».

Jero García coincide con Albaladejo y reconoce que, además de la recompensa física que le aporta el boxeo, se aprenden valores como la constancia, la disciplina o el sacrificio.

La «tribu»

En esta escuela se definen como una «tribu». «Cuando uno está de bajón, está otro para darle una palmadita, cuando uno está triste, está otro para darle aliento», según Jero, que reconoce que después de años boxeando sus alumnos se transforman porque tienen nuevos objetivos. La base de su entrenamiento es la certeza de que «el boxeo no engaña y algo que no te engaña te prepara para la adversidad». El entrenador se enorgullece de que en 'La escuela' se trabaja de forma horizontal. «Aquí vamos todos de la mano, nadie manda más que otro porque somos todos compañeros», concluye.