La Euroliga, y un campeón en busca de ser destronado

Alberto Blanco

DEPORTES

FOTO TONI GALAN

Para el Madrid de Laso, volver a Vitoria es síntoma de felicidad. Nunca ha perdido una final en esta cancha

17 may 2019 . Actualizado a las 07:39 h.

Así se narra una historia. El Real Madrid defiende su corona. Lo hace en una cancha fetiche. En el Fernando Buesa Arena de Vitoria. Y se mide en esta Final Four al imperio ruso, el CSKA de Moscú (21.30 horas, Movistar Deportes). La otra semifinal prueba la cólera y el poder otomano de Estambul: Fenerbahçe y Efes (18 horas, Movistar Deportes).

Arranca este torneo de la Euroliga con un enfrentamiento fratricida. Dos equipos de la misma ciudad, creando una historia nunca vista hasta la fecha. El Fenerbahçe de Obradovic ante el Efes de Ataman. Dos estilos muy diferentes. De Zeljko no hay nada más que decir. Desde que llegó a Estambul junto a un cerebro excepcional como es Maurizio Gherardini (director deportivo), Fenerbahçe no ha parado de crecer. Decir en su contra, que llega algo tocado y justo a la Final Four. Por un lado las bajas de Luigi Datome y Lauvergne, y con un jugador crucial como es Jan Vesely entre algodones. Pero si algo ha marcado la línea de Obradovic es superar todos y cada uno de los retos y problemas en el camino.

El Efes viene de dejar en la cuneta de los cuartos de final al Barcelona. Los finalistas de este torneo en Vitoria y los blaugranas son los presupuestos más importantes de Europa. Así que es ciertamente normal, la llegada del Efes a esta ruleta de la suerte.

Basa su juego en la velocidad de sus bases, en la inspiración del tiro de tres puntos y en el ex Baskonia, Shane Larkin. Pero atención, si alguien cree que parando a un jugador esto puede estar listo, bien engañado está. Hay estrellas por doquier en cada equipo. El color de las gradas, con miles de hinchas turcos invadiendo la ciudad alavesa, pone a los dos clubes de Estambul a defender con uñas y dientes su particular pelea de gallos.

Para el Madrid de Laso volver a Vitoria es síntoma de felicidad. Nunca ha perdido una final en esta cancha. Así que, algo de brujería tiene a su favor. Llegan los blancos en un momento de forma magnífico. Barriendo a Panathinaikós en los cuartos de final, desplazando al Barcelona del liderato en el rush final de la liga regular en la ACB. Y sabiendo además que su artillería está al completo. Por otro lado, cuenta con un extra. Este porrón de años donde ha marcado un estilo, manteniendo la columna del equipo intacta y mejorando cada temporada, con nuevas piezas añadidas al puzle.

Pero su rival de hoy es el número uno del gasto mundial, el CSKA de Moscú. Los rojos. Tras ser segundos en la fase regular y el puñado de ataques recibidos en la prensa por su irregularidad en ciertos momentos del año, los de Itoudis serán un enemigo complicado.

Defensas en cambio como un carrusel. Cada bloqueo, cambio. Cada engaño lejano, cambio. Cada tres o cuatro minutos, cambio del quinteto. Ha logrado el CSKA un proyecto estable impulsado por los rublos del níquel y un conjunto muy, pero muy, físico. Ahí tenemos a Sergio Rodríguez, el Chacho. Que tendrá un día especial midiéndose a sus ex. Qué suerte vivirlo en Vitoria.