Shane Lowry gana el Open Británico del regreso a Irlanda del Norte

DEPORTES

IAN WALTON

Nacido en la República de Irlanda, consigue a los 32 años su primer «grand slam»

22 jul 2019 . Actualizado a las 08:43 h.

Shane Lowry lleva media vida trinfando con su país. Cuando participó con Rory McIlroy en el título Europeo aficionado en el 2007, cuando ganó como amateur el Open de Irlanda del 2009 y, ahora más que nunca, al ganar el Open (así, a secas, para los británicos) del regreso del campeonato a la isla por primera vez desde 1951. Comenzó la semana tapado, porque él no nació en la zona que pertenece al Reino Unido, como sí sucedía con el propio McIroy, Graeme McDowell y Darren Clarke. Así que, aunque el torneo también volvía a su tierra, los focos apuntaron a otros hasta que Lowry tomó el mando. El sábado destrozó un puñado de récords, incluido el resultado más bajo en un British tras 54 hoyos (-16). Y este domingo, que abrió el día con cuatro golpes de ventaja sobre el inglés Tommy Fleetwood y seis sobre el americano JB Holmes, se manejó con toda solvencia bajo presión, la del líder, y acabó campeón con una última tarjeta de 72 (+1) para un acumulado de -15 en Royal Portrush. A sus 32 años, con el primer grand slam en su palmarés, con el título que evitó el pleno de majors del golf de Estados Unidos en el 2019 (Tiger Woods había vencido en el Masters de Augusta, Brooks Koepka en el PGA y Gary Woodland en el US Open), eleva su estatus.

Lowry, que había fallado el corte en las cuatro últimas ediciones del Open, manejó la situación con toda entereza en un domingo en el que el viento fue una constante y la lluvia también hizo aparición. Cometió un bogey en el primer hoyo, sí, pero se resarció con birdies en el 4, 5 y 7 que dejaron aquel desliz inicial en anécdota. Se dejó un golpe en el 8 y otro en el 9, mientras Fleetwood no era capaz de situar su tarjeta en negativo en ningún momento del domingo.

Pese a todo, cuando salvó el par en el 10 con un putt tenso de cuatro metros, Lowry apretó el puño consciente de que acababa de frenar una posible crisis.

El irlandés se dejó otros dos golpes en el 11 y en el 14. Pero fue ahí, en este último hoyo, un par 4 de 430 metros, la segunda calle más difícil esta semana en Portrush, donde dio el golpe definitivo a un Fleetwood que cometió un doble bogey. Mandaba entonces Lowry con -14 por el -9 de su compañero en el partido estelar. Otro birdie del líder en el 15 sentenció el torneo y permitió al ganador desatar su euforia en el green del 18.

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